•||ENCUENTROS INESPERADOS||• ~Kacchako~

●||Introducción||●

Atención:
●Los personajes no me pertenecen.
●La historia es mía y está prohibido el plagio.
//Espero que disfruten cada uno de los capítulos hasta el final. Gracias//

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▪||7 años atrás..||▪

No pretendía que las cosas se salieran tanto de control. Sólo quería hacer lo correcto y lo que un futuro héroe haría. Pero siempre esa molesta piedra en los zapatos que no dejaba de joderle la vida. Desde ese día en el puente, desde esa maldita tarde en la que su odio hacia su amigo salió a flote, nunca pudo controlar sus acciones hacia con él. Su irá y sus pensamientos iban hacia esa estúpida expresión con la que esa mierda verde lo miró. Lástima y esa asquerosa amabilidad que náuseas le daban. Su madre le había dicho, bueno exigido que dejará de golpearlo cada vez que tenía oportunidad, pero era imposible si ese imbécil de Deku no dejaba de provocarlo, buscándolo y siempre queriendo retomar eso que jamás debió de existir entre ambos. Quería que lo entendiera... Y lo hizo. Lo lastimó tanto que lo había dejado destrozado en varios sentidos. Su pecho se apretó ante el recuerdo y sus ojos se aguaron un poco. ¡Lo odiaba. Lo odiaba tanto! ¿Por qué lo hacia sentir tan mal? La culpa le carcomia el alma y quiso llorar. Su padre lo había mirado tan decepcionado y su madre no podía siquiera mirarlo. Ni una palabra. Ni un indicio de enojo. Sólo un desesperante silencio que nunca espero de ella.

Ese mismo día, luego de todo lo ocurrido. El se había encerrado en su habitación, ansioso por escapar de la tensión que se instalaba en su hogar por su causa. Apenas se derrumbó en su cama, hizo un gran esfuerzo por retener las lágrimas que salían a montones de sus ojos y fue imposible. Un terrible dolor agudo se alojó en su garganta y sin siquiera esperarlo comenzó a llorar hasta quedar dormido.

"¿No crees que fuimos muy duros con él? Katsuki estaba..."__comenzó el castaño lentamente, no quería alterar a su esposa.

"Creo que ha llegado demasiado lejos. No sé si pueda perdonarle esto"__Lo interrumpió su mujer con la voz ahogada escondiendo su rostro entre sus manos.

"No digas eso. Nuestro hijo es un buen niño"__ Acaricio su corto cabello rubio suavemente deseando transmitirle tranquilidad__"Sólo debemos recordarselo y hacerle saber que no se resuelven los problemas de esta manera"

Una pequeña sonrisa se le escapó a la mujer ante las palabras de su pareja. Ella amaba a su hijo y a su esposo y odiaba tener que estar en esta situación.

"¡Tienes razón, esa pequeña bestia no es malo, sólo le faltan un par de golpes!¡Y eso mismo voy a hacer ahora mismo!"__Se alejó de él padre de su hijo y corrió hacia el cuarto de ese pequeño rubio pendenciero.

"Eso no era a lo que me refería..."__Susurro el mayor para si mismo siguiendola detrás.

Al entran a la habitación una dulce sonrisa surco de ambos padres al ver tal preciosa escena. El pequeño dormía abrazando fuertemente su osito de All Mitht que le habían regalado hace algunos meses. Era una imagen tan adorable que si no conocieran al niño, jurarían que podrían confundirlo con un pequeño angelito. Los dos se acomodaron sobre la cama a cada lado de él rubio y lo cubrieron para luego darle un beso en cada una de sus mejillas.

"Te amamos pequeña bestia..."

Algunas horas después Katsuki despertó sólo en su cuerto. Algunas luces se podían ver entrar desde su ventana que iluminaban la habitación. Suspiró mirando nada en particular, sus pensamientos eran un torbellino de emociones y era demasiado para el. Luego de algunos minutos en los que trato de volverse a dormir, escucho un pequeño susurró desde su derecha. Asustado se quedó de piedra intentando no hacer ningún movimiento, pero su pulso comenzó a correr cuando sintio algunos pasos acercándose a él. Una pequeña mano tocó su hombro y eso fue suficiente para que el rubio salga disparado de su cama en busca de algún escapé, pero todo fue en vano ya que la persona que había ingresado a su habitación lo había tomado en sus brazos y había cubrido su boca con la palma de sus manos. Su miedo era tan grande que no pudo siquiera pensar en usar su quirk para explotar al individuo y huir.

"Shh... tranquilo Bakugo-kun, no te haré daño"

Esa delicada voz tranquilizó un poco los nervios del niño que por producto del pánico había cerrado los ojos. Lentamente los abrió y enfocó su mirada en la persona frente a él. Encontrándose con una joven adolescente unos años mayor que él, con cabello castaño y unos ojos marrones realmente redondos. Dejó de respirar por unos instantes alarmando a la muchacha que lo observaba intranquila.

"Respira Bakugo-kun..."__Deslizó la mano que cubría su boca hacia su mejilla y lo acaricio suavemente. "Confía en mi. No te haré daño"

"¿Q-quién eres tú?"__Murmuró con dificultad. Cosa que hizo que la castaña sonriera dulcemente.

"No puedo decirte y no me queda mucho tiempo aquí. Debes escucharme, cariño.__ Se lamento un poco por la forma en lo que llamó. Por suerte paso desapercibido por el niño"

"¿No te queda mucho tiempo? No entiendo nada"

"No te culpes por lo que pasó esta tarde. Es difícil controlar lo que sentimos. No eres una mala persona y jamás lo serás. Tú eres especial, tan especial que hice este viaje por ti"

El pequeño rubio no entendía nada, pero siguió escuchandola. Sus palabras aliviaban un poco el nudo en su pecho.

"Eres alguien amado y nunca lo olvides, un día volveré y tu jamás tendrás que estar sólo otra vez..."

Después de escuchar eso, todo se volvío oscuro. Lo último que sintio fue un pequeño beso en su nariz y luego ya no pudo sentir nada.

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