Prólogo

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Joaquín.

En completa oscuridad..... sumergido en tres las aguas tibias de esta amplia bañera, me encontraba pensando en todo y a la ves en nada, sé que suena raro pero así lo siento, porque cuan empiezo a pensar me sumerjo tan profundamente en ellos que simplemente me desvío y termino viendo la oscuridad que hay en el baño, quizás sea por qué no tengo nada bueno que pensar o recordar, solo cosas grises y que me asen daño, y es como si mi cerebro fuera consiente de eso, por lo tanto, decide evitarme todo ese dolor, prohibiendome pensar, solo para protegerme, es tonto creer que tu cerebro tiene vida propia pero aveses creo que la tiene.

De vez en cuando me gusta bañarme en la tina de mi baño con el agua tibia y con la luces apagadas, esto me ayudaba a relajarme cuando estoy inquieto, preocupado o ... triste pero no es tristeza lo que siento sino que más bien es un sentimiento que se origina en mi estómago y se queda hay, desde que me despierto asta que me duermo, y es ahí cuando viene lo peor...las pesadillas que me asen recordar lo que no quiero, aveses son tan fuertes que me despierto ajitado y asustado por la misma pesadilla que siempre me atormenta por las noches. Después de que me clamo es cuando llega la soledad ese sentimiento que me ase sentir , de alguna forma, despreciado y solo, aunque no era el único en el “gran apartamento de lujo” como lo llama el, -aveses pude ser un poco arrogante y presumido pero aún así me agrada- yo prefiero decirle apartamento, a secas, pero no puedo negar que si es un poco grande, y Ablando del rey de Roma puedo escuchar como sube las escaleras, y jusgando por la rapidez con que lo ase párese que tiene prisa.

—Joaquín!!!—escuche su voz detrás de la puerta seguida de unos desesperados golpes—.

—que quieres niko—dije con fastidio, no me gustaba que interrumpieran mi baño—.

—adivina quien está aquí—dijo en un tono agudo, parecía estar emocionado—.

—dímelo de una vez niko—dije aún con fastidio—.

— hay, esta bien, que genio—aunque lo no lo podía ver supe que puso los ojos en blanco—te vine a decir que—dijo alargado la última palabra y con la misma emoción con la que llegó—!diego está de vuelta¡—.

—¿Que?—dije levantándome de la tina con sorpresa y emoción— ¿de verdad?¿Cuándo?—.

—!hoy en la tarde¡ y no solo eso !está aquí, esperándote abajo en la sala!—dijo con entusiasmo y con razón era Diego el no veiamos desde hace un año.

Diego Valdez es un amigo de niko que el me presento hace ya unos años, cuando nos conocimos no nos llevavamos muy bien, bueno, más bien yo no me llevaba muy bien con el, el por su parte, hacia lo posible para llevarse bien con migo y yo solo lo ignoraba. Con el paso del tiempo, en el cual no dejo de intentar ganarse mi amistad, me fue callendo mejor, yo lo toleraba un poco más y el estaba feliz porque interactúaba más con el, ya que antes no le dirija ni la mirada, la verdad nunca tuve claro por qué me caí tan mal. Asta que terminamos siendo buenos amigos, tiempo después el tuvo que irse por un tiempo por razones de trabajo, por cierto Diego es modelo y trabaja para varias líneas de moda muy importantes. Cuándo llegó el día de irse estuvo, sin exsajerar, todo el bendito día junto a mi, recordarme lo cuánto que iba a extrañar y ni se able de cuando tuvo que subirse al avión para salir de Estados Unidos, parecía un una cascada de lágrimas, no dejó de abrazarme durante todo el trayecto al aeropuerto, no sabía por qué lloraba tanto, es decir, no es como si no nos fuéramos a ver de bueno, aunque si me dió un poco de tristeza cuando por fin abordó el avión y fue hay donde pensé “creo que lo voy a extrañar” y así fue.

—dile que bajo en un momento—dije con una pequeña sonrisa, salí de la tina para luego salir del baño con una toalla el la cintura encontrándome con niko el cual tenía una expresión juguétona, sabía lo que estaba pensando e incluso podría apostar todo lo que tengo a qué sabía lo que estaba apunto de decir—.

Two lives  a single detinationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora