Ignorando el pacto

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El calor del sol chocaba con las lentejuelas rojas de su traje, haciéndolo brillar entre los otros dos que lo acompañaban.

-Ali, estás muy calladito el día de hoy, no? En que piensa mi fresa favorita?.- Alastor miró con una sonrisa forzada a su compañero. No era como si le interesara mucho contarle que en esos momentos, la hija del hombre que los mantenía a ellos trabajando forzadamente había estado a punto de hacerse suya.

-Enfócate en tus propios asuntos, querido Angel.-Se separó de la pared en la que se encontraba descansando la espalda. 

--Pareciera que no dormiste nada, tu maldito loco.- Husk, uno de los toreros mestizos entró a aquella enorme habitación que se encontraba bajo la arena en la que los tres demonios vivían.

-Yo nunca duermo mi querido compañero.

-Deja tanto misterio de lado maldito bastardo, dinos ya que hiciste en la fiesta de los Magne.- Sus dos compañeros se pararon frente a el esperando una respuesta. Alastor elevó su vista hacia su lado izquierdo, como si estuviera buscando algo, para después reír un poco.

- Hay una dama que en estos momentos, roba mis pensamientos. Le conocí antes de poderme coronar como campeón la noche de ayer.- Sus compañeros le miraban como si de una historia increíble tratara, y bueno, lo era. En todo el tiempo que llevaban conviviendo con el, tenían la idea de que era un ser asexual, un mestizo más demonio que humano. Soltó una leve risa al notar la cara de sorpresa que ponían Angel y Husk, entonces continuó.

-Sin duda una belleza llena de vida. A pesar de ser hermosamente humana, no nos ve como seres inferiores, tampoco nos teme.

-HUMANA? ESTAS BROMEANDO NO?. – Husk no entendía cómo de todas las criaturas en las que se podía haber fijado su compañero, se había fijado en una humana.

- Ay Husk no te pongas histérico, deja que nos siga contando de su aventura, quiero escuchar todos los sucios detalles. – Angel tomó de los hombros a Husk haciéndolo relajar su semblante.
Esos dos se hacían compañía todo el tiempo, eran muy unidos a pesar de tener personalidades muy diferentes. Ángel solía ser esclavo de un magnate que lo usaba como juguete sexual, hasta que había logrado escapar de el, llegando al mundo del entretenimiento gracias a Husk, quien lo había encontrado, una de sus noches de copas, arrastrándose en algún callejón lleno de golpes. Husk identificó de inmediato que Angel no era un mestizo cualquiera,  era como el y Alastor, podía sentir su poder y su apariencia no era tan humana como la de Alastor, pero si era más monstruosa que la de el mismo. Parecía un tipo de mestizo arácnido.

Husk lo había llevado a arrastras hacia la casa en la que vivían dentro de la arena el y Alastor, quien se encontraba leyendo mientras tomaba un café. Alastor apenas y le dirijo una mirada sin interés alguno cuando le vio arrastrando a aquel mestizo hacia la habitación, y así lo habían convertido en uno de ellos, ayudándolo a huir de algo o de alguien.

-Lo importante mis entrometidos amigos, es que está dulce dama me corresponde con el mismo interés.

Mientras tanto, en la mansión Magne, Charlotte tocaba el viejo piano de su padre bastante feliz. Vaggie le miraba molesta, estaba enterada de la razón que la ponía de tan buen humor y eso la hacia rabiar, no le había escuchado ninguna de sus advertencias y sabia que pronto habría consecuencias.

“Good god Let me give you my life” .- Cantó Lucifer sin muchos ánimos dedicándole una mirada divertida al pararse a lado del piano que tocaba su hija, para después ponerla de pie frente a el.

-Mi Charliebu, tu madre y yo iremos a la arena, habrá una presentación por parte de la banda sonora.- La mirada de Charlie se iluminó. Nunca pensó querer acompañar a sus padres a la arena pero no desaprovecharía la oportunidad.

El toro por los cuernos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora