Aquel bazar de barrio no era muy distinto a cualquier tienda china que pudieses encontrar por todo Madrid, el olor a incienso era asfixiante y los estantes estaban a revosar de productos mal organizados y con un señor asiatico mirando mal desde el mostrador.
Jerry llevaba diez minutos allí, haciendo acopio de todo lo que necesitaria para aquella noche, snacks, bebidas energeticas y minipizzas congeladas, los viernes noche de Jerry, a diferencia del fin de semana del resto de veinteañeros universitarios, que consistia en salir de fiesta hasta perder en conocimiento por el alcohol, Jerry preferia pasar la noche en la calidez de su habitación, viendo Netflix o jugando al lol hasta la madrugada.
Jerry camino hasta la caja con las provisiones, el dependiente las paso frente al infrarojo y murmuro:
-Seis con cincuenta-
Jerry metió la mano en su bolsillo, sacando su cartera donde tenia un billete de 10 euros, dandoselo al cajero que lo garró rapidamente, metiendolo en la caja y devolviendole el cambio al jóven.
-¿Podria darme una bolsa?-
El cajero bufó pero no dijo nada, tomando una bolsa de plastico y arrojandosela a la cara, Jerry suspiro y metió todo en la bolsa para salir de la tienda.
La casa de Jerry era un antiguo piso de departamentos, un tercero sin ascensor, tenia mas de 10 años y le hacia falta urgentemente una mano de pintura, Jerry abrió la puerta del portal con su llave y entró, el caracteristico olor a tabaco se hizo ver, los ceniceros que habia en el portal estaban a revosar y aún mas colillas estaban repartidas por el suelo, el jóven suspiro negando con la cabeza y caminando hacia las escaleras.
Mientras subía por el primer piso chocó contra alguién, el estaba absorto en sus pensamientos y ella iba acelerada, era Alexandra, la vecina del segundo de Jerry, una mujer de 25 años y de cabello rubio, tenia un rostro redondeado muy atractivo y unos ojos verdes que recordaban al agua de un lago, era una mujer deportista y un día mas salia a correr, Jerry no pudo evitar pensar lo sexy que se veía, como su ropa de deporte, unos leggins y un sujetador deportivo, podian realzar tanto sus curvas.
-Lo siento Jerry- dijo la mujer algo avergonzada.
-No, ha sido culpa mía por no mirar-
-Tengo prisa por salir a correr ¿Hablamos luego vale?-
-Vale...-
Alexandra se pego a la parez esquivando a Jerry y siguió bajando la escalera a trote.
Eso era a lo maximo que un tipo como Jerry podia aspirar con una chica como ella, cruzar un par de palabras.
Con la cabeza gacha, Jerry subió hasta el tercer piso, metiendo la llave en la cerradura y abriendola, a diferencia del resto del edificio, el aoartamento de Jerry estaba muy bien decorado gracias al buen gusto de su madrastra, cuando su padre se volvió a casar, la madratra de jerry y su hija remodelaron completamente el apartamento de su padre, y así habia quedado.
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El colgante de la Diosa|| TG
FantasyJerry tiene una vida de mierda: Una hermanastra abusiva, una jefa insensible y una amiga interesada, parece que todas las mujeres de su vida solo le traen problemas. Pero un día, en un bazar, Jerry se hace con un colgante muy especial que arreglará...