Muy bien, parece que éste fanfic nunca va a terminar si sigo así, publicando y amenazando que es el último xD
Este capítulo está dedicado especialmente a Saturnine Evenflow, que hoy es su cumpleaños y se merece lo mejor que pueda brindarle. Gracias por soportar la locura, amiga.
¡Aquí va!
--------------------------------------------------
---------------------------
Keiji Akaashi jadeó asustado, despertándose de repente en medio de la oscuridad.
Tardó varios segundos en comprender dónde estaba, qué hora era y qué lo había sobresaltado de aquella manera. Cuando logró regularizar su respiración, volteó en la cama y su mano se deslizó hacia un costado, palpando el colchón.
La cama a su lado estaba vacía, las sábanas frías.
Suspiró, volteando otra vez y cubriéndose hasta la coronilla. Al cabo de unos minutos se destapó, sofocado y ofuscado consigo mismo. Estiró la mano hasta alcanzar su teléfono en la mesa de noche, encendiendo la pantalla.
Las 6:15 AM.
Soltó el aparato mientras se retraía en si mismo entre las frazadas; al cabo de un rato de comprender que los nervios no volverían a dejarlo dormir, volteó por segunda vez y tomó la almohada a su lado, enterrando el rostro en ella y olfateando aquel aroma fuerte y penetrante que tanto lo calmaba.
Y de un momento al otro, comenzó a llorar.
Malditas hormonas.
Hacía casi dos semanas que estaba repitiendo la misma rutina miserable de despertarse sobresaltado porque Bokuto no estaba en la cama junto a él. Últimamente, el equipo de la universidad había recrudecido los entrenamientos y a eso le tenía que sumar que Bokuto se estaba auto exigiendo más de la cuenta y, día por medio, el Alfa salía a correr antes de las seis de la mañana sin que él se despertara en el proceso.
Hecho inútil, porque dejar a un Omega embarazado sólo en un departamento al que aún no se había acostumbrado era una mala idea.
No iba a echarle la culpa a Bokuto, aquello no tenía ningún sentido. Akaashi ya cursaba su cuarto mes de embarazo y habían decidido mudarse juntos hacía poco menos de un mes; al principio, la situación había sido bastante compleja, sobre todo porque la familia de ambos habían hecho todo lo posible porque ellos dos sobrellevaran lo mejor posible las cosas - y no se habían detenido hasta que Akaashi, presa de los nervios porque su padre y la madre de Bokuto habían tocado absolutamente todo en el departamento de éste cambiando y mezclando los efluvios, había estallado y se había tenido que poner firme en afirmarles que estaba todo bien - y la situación no había hecho sino empeorar cuando Akaashi comenzó a sentirse un tanto inseguro sin la presencia de Bokuto, hecho que había tenido a bien ocultar para no desesperar al otro.
Luego de un par de semanas de adaptación, ambos habían encontrado un equilibrio y la tranquilidad parecía volver a reinar para Akaashi. El Omega había podido inscribirse a la carrera de Edición en la misma universidad que Bokuto y la estaba sobrellevando bastante bien.
Pero la paz nunca había sido una opción, menos teniendo de pareja a Bokuto.
Dos semanas atrás, no sólo había comenzado el pequeño inconveniente de que Bokuto había estado más fuera del departamento que con Akaashi, sino que el Omega había comenzado a experimentar ciertos "malestares". Nada serio, por supuesto. Los vómitos todavía no habían cedido del todo pese a que estaba a punto de ingresar a su quinto mes de embarazo, la cintura comenzaba a cobrarle factura y las piernas se le hinchaban más de lo normal.
ESTÁS LEYENDO
Vainilla
RomanceKeiji Akaashi se vio sorprendido por sus ciclos hormonales irregulares; decidió seguir con su vida cotidiana, después de todo, la persona con la que más se frecuentaba no solía percatarse de ese tipo de detalles...¿o tal vez ahora si? BokuAka, Omeg...