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Las gotas de sudor en la frente de Donghyuck eran frías y los mechones de su cabello estaban mojados gracias a éstas.

Una vez más, había tenido ese extraño sueño.

Logrando que se despertara a la mitad de la noche totalmente confundido y por qué no, asustado.

Ya había pasado una semana desde que le dio curiosidad saber sobre la leyenda del hilo rojo, a lo que aún culpaba a su amigo Renjun por haberle sugerido leer sobre ello.

Desde ese día, no pudo dejar de pensar sobre su persona ideal o alma gemela, como muchos decían.

Tenía que ser honesto y admitir que él no creía en esas cosas porque vamos, era algo tan irreal y estúpido.

Aún no sabe por qué, pero la curiosidad y entusiasmo de saber o creer que había alguien perfecto para él en algún lugar del mundo le llamaba mucho la atención.

De hecho, había buscado cosas en internet relacionado con el tema, como por ejemplo: "¿Cómo encontrar a la persona del hilo rojo?" "¿Cómo saber quién es mi alma gemela?" E incluso había hecho algunos test sobre "En qué parte del mundo está tu persona ideal".

Sí, ridículo y penoso. Pero a Donghyuck no le importaba.

Porque su intriga era mucho más grande que su propia vergüenza y las burlas de su amigo Renjun por decirle que se había obsesionado bastante con el tema y que sólo lo dejara.

De todas maneras, su tiempo fue desperdiciado considerablemente ya que, ninguno de esos estúpidos tests o artículos habían ayudado en algo, al contrario, habían logrado hacer crecer la intriga del chico. Incitándolo a ponerse más ansioso que nunca.

Donghyuck ahora estaba más intrigado que antes, porque a sólo dos días de haberse convertido en un completo interesado y experto en la leyenda del hilo rojo y las almas gemelas, había comenzado a tener sueños.

Sueños extraños y algo tétricos, que lo dejaban asustado, confundido y jodidamente curioso.

El primer sueño se basó en una carretera.

No se veía ni veía a nadie, sólo estaba presente mirando con sus propios ojos una carretera mojada y resbaladiza en una cruda noche de invierno, sin ningún auto o vehículo alguno, sintiendo mojarse debido a las finas y pesadas gotas de lluvia.

La carretera vacía y húmeda.

Cuando despertó fue confuso, no entendía, porque el sueño acabó allí. En esa carretera oscura, solitaria y la lluvia.

No le pareció nada extraño en realidad porque esa carretera la conocía, era el puente de Incheon.

Pero seguía sin entender.

¿Por qué diablos soñaba con el puente de Incheon?

El siguiente fue un sueño similar.

Esta vez había un auto rojo y de vidrios negros, pasando a su lado con una rapidez impresionante.

Otra vez a las cuatro de la mañana sentado en su cama, sudoroso y confundido.

¿Qué estaba mal con él y sus malditos sueños?

La siguiente noche, la misma escena anterior.

La única diferencia era que ahora el auto había doblado sus ruedas en una dirección equivocada, perdiendo el control.

¿Qué?

El conductor había perdido la dirección y la carretera húmeda no había ayudado en absoluto.

el hilo rojo • markhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora