die for me - minsung

d i e f o r m e

said you'd take a bullet, told me you would die for me

i had a really bad feeling you'd been lying to me

Los ruidos de la gente se escuchaban desde el piso de arriba como un permanente y bajo murmullo, como los ruidos de un animal agazapado bajo la música, los mismos susurros hipnóticos que la gente murmurando sobre ti. Las paredes vibraban al ritmo de la base de hiphop, y la casa entera parecía flotar, estática sobre el suelo.Él mismo se sentía así, sus pies entumecidos, al igual que las manos, parecían flotar sobre el suelo de mármol. Entre la oscuridad de la habitación podía distinguir la mesilla, manchada de blanco,con una navaja ocupando el lugar de la lámpara, rota en el suelo. Su vista vagaba por la penumbra, sus pupilas expandidas siguiendo la lámpara de cristales y el cabezal de la cama donde se reflejaban las luces. A su lado, sentía el cuerpo de Jisung. El menor se reía sin moverse, apoyado contra la pared.

Cada vez que parpadeaba, la habitación se movía, difusa. Con lentitud y sombras, sus manos se enredaban con la ropa del chico. Los dedos del rubio vagaban entre el cabello de Minho, rizando los mechones de pelo del pelinegro y desordenando su pelo. Los ojos del mayor buscaban los de Jisung, cuyas pupilas expandidas recorrían erráticas los rasgos del otro, sin encontrar nunca su mirada. Una mueca de sonrisa ocupaba sus labios entreabiertos.

we were on the low, but you were getting high with me

when its past eleven, thats a different side i see

Las imágenes del chico a lo largo del día le venían ahora a la mente, al verlo de una forma tan clara y a la vez difusa, real y completamente distanciada del Jisung que conocía. Aquella sonrisa no coincidía con el gesto de diversión y crueldad que dejaba todos sus dientes al descubierto de día,acercándolo a la imagen de un lobo a punto de devorarte. Sus ojos descristalizados parecían inocentes y honestos ahora, a diferencia de la mirada congelada y sarcástica que el resto veían. Minho no lo reconocía.

remember when you got my ass arrested

at least when i was in jail i got some rest yeah

Su risa. Su risa era la misma.Aquel sonido era el mismo que el mayor había escuchado aquella vez en la fiesta, acompañada de sirenas. Mientras intentaba que el policía le soltara, debatiéndose como una presa en una trampa, y entre la muchedumbre había visto a Jisung. El muchacho reía,cubriendo su rostro a medias con una mano, mientras la otra aferraba una botella de vodka escocés. Cuando otro de los policías amenazó con acercarse a él, el chico desapareció entre la multitud, su cuello blanco con marcas hasta la clavícula destacando azul bajo las luces del coche en el que metían al mayor. Minho odiaba dejar sus trabajos a medio hacer.

Los labios de ambos se rozaban para volver a separarse, intermitentemente como las luces de la fiesta. El pelinegro perseguía la boca del otro, atrapando su labio inferior entre los dientes y volviendo a soltarlo, jugando a perder. Jisung reía a susurros entre beso y beso, volviéndolo loco,pegándose a él y rozando su cuello con la yema de los dedos. La ofuscación del mayor crecía, haciéndolo reafirmar el agarre a la cintura del chico y tirar de su ropa. Él solo reía y le besaba,disfrutando como de una victoria, murmurando:

-Moriría por ti.

i heard you comin in, i was lyin there awake

didnt know that it was you, got the gun right out the safe, damn

Sus miradas chocaron. La locura asomaba al fondo de los ojos del rubio,destacando su sonrisa. La misma locura que la noche en la que Minho casi lo mata. Por un segundo creyó oír el tintineo de las llaves bajo la risa del chico, igual al de la madrugada en la que las había escuchado sin esperar visita. Había buscado la pistola en la mesilla, encontrando el metal frío como el cristal y quitando el seguro. Para cuando la puerta de su habitación se había abierto en la oscuridad, el revólver apuntaba hacia el cuerpo escueto e inconsciente que se abría paso hacia la cama sin dubitación. Minho había encontrado el gatillo en el momento en el que aquella risa cortaba el aire, fría e irresponsable como la bala que le apuntaba desde el cañón. La respiración del pelinegro se había cortado,dejándolo como si hubiese recibido un golpe de culata en la nuca.Había desviado la pistola hacia el lado de su cama, sin llegar a dispararla. Había notado el nuevo peso sobre el colchón sin soltarla todavía, mientras Jisung se acercaba a él y se sentaba sobre sus caderas, inclinándose y besando al mayor. Sus lenguas se habían enredado mientras el frío seguía habitando en Minho. En cambio, el rubio desprendía calor.

it was love at first sight, felt like you were chosen

but that blood in your veins, yeah i know its frozen

Los labios del mayor bajaban por su cuello, empezando a marcar bajo la mandíbula y deslizándose hacia abajo como una serpiente reptando sobre su piel blanca. La primera vez que lo había visto había sabido que daría todo lo que fuese necesario para tenerlo. Jamás había podido hacerlo. En cambio, había cedido todo lo que nunca había dado. Su mente, su confianza, su seguridad. Se había dejado obsesionar con el chico, y la primera vez que había probado su sabor lo había devorado con la euforia de una victoria. Cuando, en realidad, había sido su perdición. Jamás había podido controlar a Jisung, dónde estaba, qué hacía, con quién estaba. E igualmente,seguía cayendo por él cada día. Se había prometido que pararía.Pero cada vez que el muchacho aparecía, Minho no podía evitar darle todos sus caprichos. El rubio era la única persona que conocía su residencia, y además tenía acceso. Y en cambio, el pelinegro no sabía nada de él.

all your friends, you know

they sold you out

Nadie lo conocía. Vagaba entre contactos y amenazas, y siempre reía.Desconfiaba de todo aquel que se acercase a él, y no cedía a nadie su lealtad. Si te debía algo terminaba contigo. Si se acercaba a ti,te volvía loco. Solía pasar una noche con alguien y desaparecer de su vida al segundo siguiente. Minho observaba su conducta desde lejos, sin perseguirlo, disfrutando solo de los momentos en los que el menor lo buscaba. A la vez, se destruía por dentro, pendiente del rubio y de los destrozos que iba dejando a su camino. Jisung reaccionaba de forma agresiva con facilidad, causando peleas y ganando enemigos fuera a donde fuera. Destrozaba lo primero que encontraba si entraba en furia, y se largaba sin remordimientos. Se ponía en peligro constantemente, a menudo arrastrando a Minho con él. Pasaba de la impulsividad a la desconfianza en cuestión de segundos. Mentía, peleaba y volvía tiempo después sin ninguna aclaración. Se drogaba sin pensar en las consecuencias, tal y como Minho lo hacía. Vivía como si fuera su último día, y aquello llevaba al mayor a vivir como si cada día fuese el último día de Jisung.

Su piel quemaba. El menor parecía desprender fuego, y al pelinegro le costaba enfocar la vista, casi sin respiración. Veía las marcas que su boca había ido dejando, y cerró los ojos cuando Jisung encontró sus labios, moviéndose con la lentitud y pesadez de un reptil. Dejó sus manos trepar bajo la ropa del rubio, acariciando su cuerpo bajo la camiseta. Casi podía sentir el humo enredándose entre sus dedos al escapar la piel. Jisung se pegó más a él y mordió su labio durante el beso, con fuerza suficiente para hacerle sangrar ligeramente. Al sabor de la sangre, las manos de Minho bajaron hasta sus caderas, cogiéndolo con fuerza y alzándolo del suelo.Cargándolo, lo llevó hasta la cama, donde se dejó caer sobre él.Sus piernas tardaron unos segundos en enredarse, y el mayor apoyó su frente sobre la del rubio, respirando con fuerza.

-No puedo dejarte ir.

La sonrisa del menor se ensanchó, llena de satisfacción, poder,placer. Pasó los brazos por detrás del cuello de Minho, pegándolo a su cuerpo, y volvió a juntar sus labios, reabriendo la herida en la boca del otro, disfrutando del sabor de la sangre.