Prólogo

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Tus demonios se convirtieron en los míos.

Tu felicidad se convirtió en la mía.

Tu tristeza y dolor solo lograban que pierda la cabeza pensando en como hacer para desaparecer esos malditos sentimientos de ti.

Tu sonrisa se convirtió en mí luz.

Tus ojos se convirtieron en los faroles que iluminaban mí camino.

Tu te convertiste en mis ganas de existir.

Nuestro amor nos lastimaba, estaba conciente de eso, pero rayos, me hice malditamente masoquista y egoista, pues no puedo dejarte ir, jamás lo podría hacer.

Me perteneces, y yo te pertenezco.

Amor, nos estamos dañando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora