Meses después.
La graduación. Un día significativo para muchos, un infierno de alcanzar para otros.
Un día especial, lleno de alegría y buenos recuerdos.
Todos esos días de colegio quedaban atrás, sólo se convertían en meros recuerdos.
Gracias a este día una sonrisa estaba incrustada en las caras de Vanessa, Aleksander e Issac, nada podía perturbar la paz que sentían de encontrarse a salvo y felices, a punto de graduarse.
Se encontraban en el auditorio de la institución, escuchando las palabras del director, que decía:
— Un año ha pasado, hoy estamos en la graduación de nuestros queridos alumnos, los que se han enfrentado con esfuerzo y trabajo a las dificultades del último año. Me alegra de todo corazón que todos ustedes hayan alcanzado las metas establecidas al inicio del año, les doy mi palabra de que serán unos excelentes profesionales y les deseo suerte en la vida. Ahora escucharemos unas palabras de Issac Laferrerè.
El rubio fue hasta el escenario con una cara digna de una foto, estaba tan serio y solemne que sus amigos y compañeros, hasta sus padres, no lo podían creer. En cuanto llegó al atril empezó con su discurso:
— Ha sido un año lleno de pruebas, todos lo sabemos. Muchos han crecido intelectualmente, espiritualmente y creativamente gracias a lo que hemos pasado, un último año no es fácil, se nos impone una gran responsabilidad, que es prepararnos para ser los adultos y líderes del mañana. Ahora es momento de hacer introspección y felicitarnos por lo que hemos logrado. No es fácil, lo sé, hasta a mí me ha costado, pero, sé que valió la pena lo que se hizo para llegar hasta aquí. Un consejo que les doy es que nunca, nunca, se arrepientan de nada. No se arrepientan de su vida, de sus problemas, de la carrera que escogieron, porque al final no vale la pena que lo hagan, vivir una vida llenos de remordimiento no es bonito. Les deseo la suerte más grande del mundo y gracias, gracias por los momentos compartidos.
Terminó su discurso y todo el auditorio, conmovido, le aplaudió. Recibió un abrazo de Aleksander en el proceso de volver a su asiento y fue tomado de la mano por Vanessa, que se encontraba a su lado.
Empezó la entrega de diplomas y premios. El primero del grupo de amigos en recibir diploma fue Aleksander Kalas, el castaño estaba tan nervioso que tomó el camino equivocado y cuando se dio cuenta de su error lo intentó enmendar, pero ya estaba hecho. Después fue el turno de Issac Laferrerè, el que tuvo extra felicitación del director y terminó ganándose el diploma de mejor bachiller. La última y no menos importante fue Vanessa, la que tenía una sonrisa de oreja a oreja y su padre no se quedaba atrás, él grabó todo la ceremonia con su celular y no paraba de comentarles a los padres de Issac y a la madre de Aleksander lo mucho que su hija había avanzado.
El hombre pelinegro estaba orgulloso, su hija ya no era la niñita asustada que era antes y eso se debía a los amigos de ella y a Elián, que en paz descanse. Al fin el hombre pudo sentir paz y dar gracias por todo lo bueno que le había dado la vida.
Sonrió y miró toda la ceremonia con orgullo.
Amaba a su pequeña.
De eso no había duda.
Al acabar la ceremonia los jóvenes y sus familiares iniciaron una sesión fotográfica dirigida por la fotógrafa de la institución.
Primero fue una foto grupal y después una individual. Luego, los padres pidieron una cada uno, con excepciones, porque Issac se negó a tomarse una foto con sus padres y en vez de eso se tomó una foto con Enrique y Vanessa, dejando a sus progenitores confundidos y un poco tristes.
Cuando los padres de Issac le preguntaron qué le pasaba, él contesto:
— Ustedes no pueden fingir que les importo, nunca han estado para mí.
Su madre se tapó la boca con una mano, no podía creer que su único hijo le dijera eso. El padre miró a su hijo con dolor, él entendía por qué Issac decía eso, ellos siempre estaban trabajando y nunca para él. Lo dejaban en el apartamento solo, días, semanas, hasta meses.
El padre le dijo:
— Sé que somos malos padres, no te prestamos atención, no merecemos que seas el mejor bachiller y que entraras a las mejor universidad del país, el trabajo ha sido nuestra mayor preocupación y no tu, que eres nuestro único hijo y te amamos.
Issac parecía a punto de llorar, tanto así, que Enrique lo abrazó. La madre de Issac le dijo al rubio:
— Eres lo mejor que nos ha pasado, no lo olvides, si nos perdonas, algún día, intentaremos ser una familia feliz.
El rubio le contestó:
— No, mamá. Yo ya tengo una familia feliz, son los Villanueva y los Kalas, ellos sí saben cómo ser familia y me aman como se debe.
Sus padres asintieron con la cabeza y se fueron lentamente del auditorio. Al rubio le dolía en el alma, hace unos meses estaba pensando en enfrentarlos y hacerlo lo hizo sentirse peor de lo que esperaba, no quería dejarlos a su suerte, le dolía, le dolía mucho. Tenía unas ganas de correr a abrazar a su mamá y a su papá, pero ya el daño estaba hecho.
Los Kalas y los Villanueva miraron a Issac con ternura y amor y abrazaron todos al rubio, porque lo necesitaba, y él empezó a llorar de una forma desgarradora, sus sollozos se ocultaban por la multitud de personas que lo abrazaban.
Una parte de él decía que era lo mejor. Otra parte, la rota y maltrecha, le daba señales que su vida, a partir de ahí, sería un infierno, nada podía estar más lejos de la realidad. Años después de esa fecha él tendría una familia y por fin sería feliz, sin mirar al pasado sólo de vez en cuando, para así no olvidar de dónde venía.
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El dolor de amarte | ✔️ EFECTOS DE AMARTE 1#
Fiksi RemajaLa vida de Vanessa cambia cuando un viejo amigo de su padre muere. Ese amigo, Elián, siempre estuvo para su pequeña familia, compuesta por ella y su padre. Antes de morir el hombre le pide a Vanessa viajar en compañía de sus mejores amigos, Isaac y...