Capítulo uno.

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6:45 A.M

¿Qué estoy haciendo despierto a esta impía hora?

¿Qué está haciéndo Misha Collins pasando a través de esta verde extensión de hierva, la pálidda luz del sol destellando el brillo de la fina capa de sudor sobre su frente, la respiración irregular bombeando a traves del agradable aire fresco?

Estoy trotando.

Y no es porque no preferiría estar dormitando en mi trailer con mi mano enterrada en una bolsa de Doritos; es porque soy actor.

Y c'est la vie.

Jadeo por cada respiracion temblorosa, los músculos en mis piernas ruegan por piedad. Pero no la tienen, porque necesito mantenerme en forma. Afortunada o desafrotunadamente rechoncho no esta en la decripcion de personaje de Castiel y Robert Singer tendría mi cabeza en un plato si comprometiera mi físico. Eso es, si mi esposa no le gana.

Mi hazaña furtiva golpeó el terreno, agitando nubes de tierra y comiendo hierba. A través de la transpiración en mis ojos, veo el exuberante paisaje a mi alrededor. Y sonrío.

Este es el campo por el que troto todas las mañanas antes de filmar: hectáreas sobre hectáreas de colinas puesto contra el fondo del sol naciente... te quita el aliento.

Literalmente.

Gruño y me empujo hacia adelante. Me estoy haciéndo muy viejo para esto.

Me doy cuenta de que necesito usar mi reserva especial de energía si quiero la oportunidad de una bola de nieve en el infierno de llegar a mi trailer en los siguientes cinco minutos.

Así que evoco los rostros de mis hijos, mi esposa.

Gruñendo, insto a mis pies hacia adelante y aprieto los ojos, imagino al pequeño West saltando a mis brazos y llamandome el padre mas fuerte del mundo. Imagino a Vicki corriendo sus manos apreciartivamente bajo mi torso.

Puedo hacerlo.

Farfullo, prácticamente ahogándome en mi propio sudor cuando éste escurre por mi cara.

Entonces mi telefono se enciende, hay una molesta vibracion en mi cadera; es un mensaje de Jensen. El tipo sabe que estoy ocupado trotando justo ahora...

Le hecho un vistazo, luchando contra el rápido aumento de luz de sol, e intento sostener la pantalla firmemente frente a mí.

Jensen: Hey Mish, se que estas corriendo en ahora, si no me equivoco tienes 3 min para llegar puedes hacer esto, hombre ;)

A pesar del cansancio arrastrando cada atomo de mi cuerpo, las esquinas de mi boca se arquean hacia arriba en una leve sonrisa. Justo como el estúpido, disparatado emoji.

El sabía que yo podría usar la charla de ánimo en esos últimos, agotadores minutos de mi trote. Es por esto que es mi mejor amigo.

De alguna forma, su consideración me da un estímulo de energía que no sabía que aun me quedaba -quizá más que los pensamientos de mi familia lo hicieron- y recojo la paz.

Corro como un maldito desquiciado.

La otra cosa que siempre me ayuda durante el tramo final es pensar profundamente. Así que pienso en mi vida, mis metas y aspiraciones, y mi mas definitoria característica: mi rareza.

Odio jodidamente la normalidad. Porque la normalidad es falsa. Sus proponentes son falsos. Los defensores de las fachadas idílicas son suprimidos y por lo tanto infelices, o muy jodidamente estupidos para conocer algo mejor o querer algo más. Por lo tanto infelices de nuevo. Estos ultimos son como ganado gordo y pesado, dando vuektas sin pensar en la masacre. Nacer, reproducirse, morir. Nacer, reproducirse, morir. El ciclo de la vida continúa, con la mayoría muy tontos para preguntarse si hay algo mas para la vida. Muy tontos para hablar en contra de las reglas y expectativas de encarcelamiento en busca de algo diferente y más gratificante.

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⏰ Última actualización: Apr 28, 2020 ⏰

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Nobody Sees, Nobody Knows {Cockles}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora