Luego de la "gran" profecía de los siete, Jason y Piper no podían parar de sonreír. Al fin, podían tener un tiempo para ellos solos, donde nadie los interrumpiera (Leo) o les dijera que se compraran un motel (Leo) o que corrieran a ayudarlos (el resto... pero por sobre todo Leo).
Ahora nada de eso ocurría. Se besaban en los pasillos sin que nadie les dijera nada. Iban de aquí a allí; Piper inclusive se había mudado a la cabaña de Zeus (cosa que en realidad etaba estrictamente prohibída -pero, obviamente, gracias a su embrujaahablar, nada sucedió-). Nunca se atravía a separarse de su "rubio hermoso":
Tenían apodos graciosos; ella lo llamba Pikachu. Él la llamaba Reina Paloma.
Reían todo el tiempo, realmente la pasaban genial... Parecían una parejita de adolescentes, haciendo de las suyas en donde nadie podía ver, o dándose besos robados cuando nadie veía...
Al fin tenían algo de paz. Y eso era muy hermoso; es decir... ¿A quién no le gusta pasar tiempo de calidad con su pareja?
