Prólogo

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7 años

- Jessica Ocean - dijo la directora del orfanato - Es la quinta vez hoy.

- Lo siento, señorita Miller - dijo la pequeña en un susurro - Pero no fue culpa mía.

- ¿No ha sido culpa tuya? - la directora la mira con escepticismo.

- ¿Cómo podría haber sido yo? - dijo Jessica con su vocecilla angelical - Yo no sé como ha explotado el cuarto de Amanda Potskov.

La señorita Miller se sujetó el puente de la nariz. No tenía cómo hacer que la niña confesase. Por todos en el orfanato era sabido que, ante cualquier problema o cosa fuera de lo normal que pasase en aquel lugar, los Ocean estaban metidos.

Eran un caso difícil. No querían separarse y, cuando alguna pareja quería adoptar solo a uno, terminaban armando algo para que no pasase.

- Vuelve a clase, Jessica. - suspiró la directora.

13 años

- Dylan y Jessica Ocean - dijo la señorita Miller entrando en la clase - Salid un momento.

Los hermanos se miraron extrañados. No habían hecho nada todavía para que la directora les sacase de clase. Ambos se levantaron de sus asientos y salieron ante la atenta mirada de sus compañeros.

- Seguidme - dijo la directora con una gran sonrisa - Tengo una sorpresa para vosotros.

Dylan la miró con escepticismo.

- Vamos Anabelle - dijo Dylan - ¿Una sorpresa? Eso solo lo dices cuando hay una familia interesada.

- Y nosotros somos demasiado mayores como para que alguien quiera adoptarnos - terminió Jessica - Es pura estadística. Las parejas que quieren ser padres siempre quieren a los bebés.

- O, como mucho, no mayores de 8 años.

La señorita Miller no perdía la sonrisa. Sabía que esos niños era tremendamente inteligentes. Muchas veces la habían llevado de cabeza con sus travesuras e inculpando a los mayores.

- Hay familias a las que no les importa la edad de los niños - siguió caminando hacia el patio delantero - Hay algunos que solo quieren ser padres.

Al salir al patio los hermanos pararon en seco. Había un coche negro aparcado. Un Camaro para ser específicos. Del coche salió una pareja algo mayor muy elegantes y los niños retrocedieron un paso.

- Chicos - Anabelle se arrodilló delante de ellos y les cogió de las manos - Ellos son Nícolas y Louane Greco y quieren adoptaros - los niños seguían sin apartar la mirada de las dos personas que acababan de aparecer - A los dos.

- No - dijo Dylan dando otro paso atrás y agarrando del brazo a su hermana - No.

La directora les hizo una señal a la pareja para que no se acercase todavía.

- Dylan - dijo Anabelle con voz dulce - Es probable que sea la única oportunidad que tengáis de que os adopten juntos.

- Pero no me gustan.

- Son buenas personas - les aseguró - Llevamos meses recogiendo información y teniendo entrevistas con ellos para saber que son buenos para vosotros. Podréis llegar muy lejos con ellos.

Los hermanos se miraron. En sus miradas solo había dudas. Habían conseguido mantenerse juntos, aunque les hubieran querido adoptar por separado, pero ahora era distinto. Les querían a ambos.

La señorita Miller asintió y los Greco se acercaron despacio.

- Hola - dijo la señora Greco con una sonrisa - Soy Louane.

- Jessica.

- Dylan.

- Yo soy Nícolas - dijo el señor Greco acachándose como lo había hecho la directora - Pero podéis llamarme Nick.

17 años

- La habéis cagado - dijo Nick cabreado - La habéis cagado pero bien.

- Lo sentimos, Don - se disculpó el Capodecime.

- Sentirlo no cambia nada - contestó con furia Louane - Mis hijos estaban ahí.

- La cosa se torció... - intentó explicarse el hombre.

- Mis hijos, Santini - Nick dio un golpe sobre la mesa - Mis hijos eran tu prioridad.

- Discúlpenme.

El despacho de Nícolas Greco se quedó en completo silencio. Hasta que ellos entraron.

- Jess - susurró Louane dejando salir el aire que había estado conteniendo - ¿Estás bien?

- Sí, Louane, tranquila - dijo sonriendo.

- Solo fue un raspón - concluyó Dylan colocándose al lado de Nick.

- Sal de mi vista Santini - dijo Nick apretando los puños y este saló corriendo de la habitación - ¿Qué pasó?

- Alguien de los Ricci es un traidor - contestó Dylan impasible - Dio un chivatazo a los pitufos y la cosa se descontroló.

- ¿Os vieron? - preguntó mientras se levantaba para echarse un Whisky.

- ¿En serio lo preguntas, Nick? - preguntó Jessica de vuelta.

- Está bien... - suspiró - Habrá que cambiar de planes.

La familia se quedó en silencio, esperando a que Nick continuase.

- No os pueden relacionar con esto.

- Nunca han relacionado a la familia con esto, Nick - dijo Dylan - Llevamos tiempo encargándonos de ello.

- La policía está intentando llegar a nosotros y no me gusta por donde van.

- ¿Qué tienes pensado? - preguntó Louane.

- Para empezar - dijo mirando a sus hijos - Vosotros entraréis en un colegio.

- ¿¡QUE!? - exclamaron Jessica y Dylan a la vez.

- Hay registros de que estáis internados en Harrinton High.

- Nick - dijo Dylan sentandose en la silla frente a su mesa - Nosotros hicimos esos registros.

- Se supone que estamos entre los mejores del curso - completó Jessica.

- Ahora - Nick se sentó en su silla de nuevo - Deberéis ir.

- ¿Por qué? - preguntó Dylan.

- Nos ha llegado un informe de Chase - Louane se colocó junto a su marido.

Que Chase se pusiese en contacto era malo. Muy malo.

- ¿Y qué dice el informe de nuestro hermanito? - preguntó Dylan apoyando los codos en las rodillas.

- La policía ha llegado al orfanato Rosehood.

Eso era muy malo. Demasiado.

Jessica se sentó junto a su hermano, que tenía la cabeza entre las manos.

- Tendremos que utilizar el apellido Greco, ¿no? - Jessica apretó el hombro de su hermano.

- Debe ser todo oficial - dijo Nick apoyándose en la mesa - Sí.

- Aunque aquí os conocen como Ocean - continuó Louane - En el internado seréis Greco.

- ¿La tapadera de siempre? - preguntó Dylan.

- Sí.

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