calderos de chocolate, astronomía y otras cuestiones mágicas

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—Disculpe, señorita ¿La está aburriendo mi clase?

Dy tardó largos segundos en darse cuenta de que el profesor Ogden se refería a ella.

Miró alrededor para darse cuenta de que el aula entero tenía los ojos sobre ella e intentó reprimir la urgencia de golpear su cabeza contra el pupitre.

Mierda. Había bostezado en plena clase sin darse cuenta.

—Lo...siento, profesor Og...

—Veinte puntos menos para Slytherin.

—Joder.

—Que sean treinta, por maldecir. —La chica volvió a abrir la boca para replicar pero el profesor no le dio oportunidad— Ha estado usted los suficientes años en Hogwarts para aprender la importancia que tiene el autocontrol. Su falta de decoro no sólo le afecta a usted, también a su casa. Espero que pueda reflexionar sobre ello.

🔮

La clase acabó, después de lo que parecieron, siglos.

Ni siquiera sabía por qué aún acudía a las clases de preparación. A aquellas alturas no tenía muy claro si iba a presentarse a los É.X.T.A.S.I.S —que no eran drogas, como pensó al principio, sino una acotación de Exámenes Terribles de Alta Sabiduría e Invocaciones Secretas — que tendrían lugar a final de aquel año. Era obvio que no iba a aprobarlos. Apenas había pasado quinto con un triste "Aceptable" en sus exámenes T.I.M.O.

Y menos cuando Tiberius Ogden era uno de los examinadores. Viejo cascarrabias.

Empujó sin ganas el libro dentro de su bolso de tela negro, deseando largarse de allí y dar por finalizada aquella jornada.

—Buen trabajo, genio.

—Piérdete, Yoongi. No estoy de humor. —Gruñó, echándose el bolso al hombro.

—Ninguno lo estamos después de tirar treinta puntos a la basura. —Respondió el chico, con cara de pocos amigos.

A decir verdad, Min Yoongi siempre tenía cara de pocos amigos. Era, en todo lo que se esperaba de un Slytherin, un alumno diez.

Se preocupaba bastante por los puntos, poco por los compañeros.

—Vuelve a recuperarlos tú, asistiendo a clases de séptimo que no te corresponden y lamiendo culos. —Dy escupió las palabras, mostrándose abiertamente agresiva ante el sarcasmo de Min— Permiso.

—Oye. Si no quieres seguir aquí, lárgate. Pero deja de joder el trabajo duro del resto. —Pese a que ella había comenzado a andar fuera de la vacía aula, aquellas palabras la hicieron detenerse, con una mueca de creciente rabia— Los demás no tenemos la culpa de que no sepas qué hacer con tu vida. Así que si vas a dormirte en clase, quédate en la cama mejor. O en tu casa directamente.

Un bulto negro voló, cayendo al suelo. Los ojos de Yoongi siguieron el objeto, distrayéndose de ella durante un par de segundos. Era su bolso, lo había lanzado. Cuando volvió su mirada a la chica, ella le estaba apuntando con la varita.

—¿En serio eres tan...absurda? Vamos a perder como 200 puntos ahora.

Ella sonrió.

—Haberlo pensando antes de abrir la boca, genio—sonrió— ¡Ossio dispersim...!

—¿No estás a punto de hacer lo que creo que estás a punto de hacer? —Dy se giró hacia la puerta rápidamente, con miedo a que fuese el profesor Ogden de nuevo (o cualquier otro capaz de quitarle otros cincuenta mil puntos a su casa). Sin embargo, la indignada voz venía de Park Jimin, que los observaba desde la puerta— ¿Ibas a atacar a un compañero?

POLLIRETOS; one shots (+18) (o no)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora