-Es aquí-dice Aitana con una débil señalando su portal y deteniéndose frente a él.
La noche se le ha pasado más rápido de lo que pensaba. Aunque tuvo dudas a la hora de aceptar la invitación de Iván, su jefe de redacción, finalmente por insistencia de las chicas acabó aceptando. Viajan a Barcelona cada semana y ha descubierto en él un cinéfilo que siempre está dispuesto a hacerle recomendaciones. En ocasiones su conversaciones en el avión se quedan cortas, lo que ha animado a Iván a invitarla a cenar esta semana.
Aitana lleva unos días dándole vueltas a un mensaje al que aún no sabe cómo responder, así que ha pensado que quizá salir un rato y despejarse no era mala idea.
La cena no ha podido alargarse con unas copas porque tal y como le ha explicado, no puede beber. Iván no lo toma como un rechazo y propone en su lugar, dar un paseo hasta casa de Aitana para acompañarla para que no vaya sola.
Es la segunda vez que quedan para cenar y ambos disfrutan de la compañía y la buena conversación.
-Te veo el jueves en el aeropuerto entonces-responde él con las manos metidas en los bolsillos y una sonrisa torcida.
-Sí, gracias por acompañarme y por la cena-agradece sincera- Que pases una buena semana.
-Igualmente, Aitana.
Aitana se adelanta a despedirse con un abrazo y una sonrisa antes de buscar las llaves en el bolso para poder subir a casa cuanto antes y deshacerse de su mala elección de calzado de esa noche, que le ha dejado los pies reventados.
Se desnuda rápido e invierte un poco más de tiempo en desmaquillarse mientras no para de mirar hacia el móvil diciéndose a sí misma que es el momento de contestar. Deja caer su cuerpo sobre la cama mientras observa esa maldita línea vertical parpadeando frente a ella exigiéndole una respuesta.
Al día siguiente se deja arrastrar por Miriam hasta el gimnasio en lo que supone va a convertirse en interrogatorio. Miriam comenta sin darse cuenta que Roi ha bajado con Luis y Alba a dar un paseo con Gael por el parque. Ante el gesto indescifrable de su amiga cuando ha mencionado a Luis y la niña, Miriam decide cambiar de tema mientras aprieta el ritmo en la cinta de correr.
-No me has dicho nada de la cena de ayer.
-Estuvo bien-contesta lacónica y con dificultades para hablar y no ahogarse al mismo tiempo.
-¿Solo bien?-pregunta alzando una ceja.
-Es muy simpático y siempre me lo paso bien con él.
-¿Y ya? Seguramente busque algo más que charlar contigo. Ya es la segunda vez que te invita y siempre tiene detalles bonitos contigo. Parece buen chico.
-Sí, lo es. Somos amigos. Yo no creo que esté preparada para algo más ahora mismo.
Miriam asiente con la cabeza y deja de insistir al notar cierto agobio en el gesto de su amiga. Alargan media hora más en las máquinas y se despiden hasta la semana siguiente.
Aitana come sin ganas y se dedica a limpiar la casa después de recoger la cocina. A eso de las ocho se viste y se encamina hacia el cine, dispuesta a retomar esa costumbre y de paso ver la película que Iván le ha recomendado.
Llega más pronto de lo previsto y decide sentarse en una de las pequeñas mesas de la cafetería del cine a tomar un té. Concentra toda su atención en el torbellino que provoca al hacer girar el líquido con la cucharilla.
Cuando alza la mirada, desde de llevar demasiado tiempo agitando su propia mente, casi se arrepiente al descubrir en la taquilla una espalda demasiado conocida. Su corazón empieza a palpitar demasiado rápido y comienza a morderse la mejilla por dentro. En apenas unos segundos, cuando él se gire la verá.
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Canción Desesperada (II)
RomansaSegunda parte de Canción Desesperada. 5 meses después. ¿Cuando lo has perdido casi todo, por qué merece la pena seguir?