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Respiro.
Respiro profundo como si nunca lo hubiera hecho antes.
Me concentro en la persona que tengo frente a mi, tiene la vista llena de burla y no es para menos , me ha derribado ya tres veces del tatami.
-¿Cuándo piensas atacar Sadie?- se escucha un grito entre las sombras que rodean el cuadrilátero.
Hommer, el chico corpulento frente a mi sonríe -¿Cuándo piensas atacar Sadie?- repite en tono burlón.
Cómo si de un impulso se tratase me abalanzo contra él, el sonríe en gracia y bloquea mi ataque  lo que me obliga a retroceder, lanza un puñetazo a mi dirección que apenas logro esquivar, lanza uno tras otro hasta que yo me defiendo pero es en vano, él ha tomado mi brazo para jalarme  y azotarme al piso acción que provoca que todo el aire salga de mis pulmones.
Siento entonces si enorme peso encima de mi. Me ha inmovilizado.
-Suficiente Hom- se escucha una voz femenina.
Hommer retira su corpulento cuerpo y me permite respirar de nuevo, toso por la falta de aire.
-¿Estás bien?- me pregunta amablemente. Es como si de dos personas se tratasen, el chico corpulento que casi me asfixia contra el caballero que me tiende la mano para que me levante.
-si..- digo débilmente mientras impulso mis piernas que duelen y pesan .
- Ha sido una derrota espectacular Sadie- cuando bajo del tatami un chico alto y delgado se cuelga de mi.
-Es porque no ha entrenado lo suficiente- Una chica pelirroja pasa a mi lado en dirección al tatami.-Creo que estar fuera de servicio tanto tiempo te óxido- su tono es altanero, me mira con superioridad mientras me da la espalda .
Yo sólo ruedo los ojos.
-Kara peleará contra Gea, ella también será peso muerto en un rato-
Joe quiere animarme, lo sé. Junto con Hommer son los más amables ahí.
-Me gustaría ver eso pero debo ir a un chequeo- 
Joe solo sonríe, su melena caoba le cubre la frente - Te contaré los detalles más tarde entonces- da media vuelta en dirección a ver la pelea.
Yo salgo de la sala de entrenamiento físico hacia un pasillo blanquesino. Apenas camino unos pasos cuando escucho su voz detrás mío.
- Hommer fue demasiado amable contigo-  no volteo la vista pero me detengo por instinto.
-¿Lo dices porque está vez no estoy sangrando?-
Siento su presencia detrás de mi, volteo y lo veo recargado en la pared, trae el uniforme de servicio, el pantalón negro que hace juego con la chaqueta, todo está ordenado, su cabello que tiene tendencia rebelde se ve perfectamente en su lugar. Tiene los brazos cruzados a la altura del pecho y sus ojos están cerrados. Está molesto.
-No estás  tomandote esto en serio Sadie-
Ser llamada así, aún no me acostumbro.
-Creí que me llamarías diferente estando solos- Abre sus ojos y veo esa mirada verdosa intensa .
- Sadie, debes entrenar más- pasa de mi lado no sin hacer énfasis en el nombre.
Resoplo - si sólo vas a venir a molestarme no lo hagas-
Voltea-No lo hago por ti- y sigue su camino.
-Yo no pedí esto- susurro apenas para mí.

El doctor Erasmus parece satisfecho con los resultados del chequeo.
- Tu progreso es fascinante- dice mientras Lee unas de las tantas máquinas que están conectadas al cuerpo.
-Solo tres semanas y haz logrado una adaptación mejor de lo esperada-
-Alikart no piensa igual, me ha interceptado al salir del entrenamiento-
El doctor ríe - Es un poco sensible con esto, quiere estés bien-
Río ante su comentario, mentir no se le da al doctor.
-Sólo quiero que esto acabe ya-
El doctor me mira con compasión, pero eso me molesta, él  menos que nadie puede verme así cuando es uno de los principales culpables de todo.
-Si esto funciona Sadie, podrá ser implementado en un futuro, tú contribución es mayor de lo que crees-
-Por supuesto, una contribución involuntaria- sonrío sarcástica.
-Tus padres aceptaron querida- la doctora Minerva entra en el momento justo con las palabras menos adecuadas.
-El cambio de almas es el futuro cariño- se coloca a un lado del doctor para analizar las pantallas, hace anotaciones rápidas, en sus lentes se reflejan números y letras que no logro comprender.
-No es algo que pedí- El doctor Erasmus era el culpable pero la doctora Minerva era la mente maestra de todo.
- Cariño, si no estuvieras aquí, estarías postrada en una cama sin poder moverte. Te hicimos un favor -
Lo decía en serio, es verdad, estaría inmóvil sin saber nada a mi alrededor.
-Le dimos esperanza a tus padres- la doctora comenzó a quitar los cables y agujas con cuidado - Y sólo tendrás que fingir ser alguien más por 16 semanas más- me miró fijamente mientras tomaba la aguja que conectan en mi espina dorsal - Es un trato justo, ¿No lo crees Malí?- sentí como retiró la aguja como un pinchazo.
Sonrió mientras veía las pequeñas gotitas de sangre que escurrian por la aguja.
-Eso espero doctora-

SadieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora