capitulo 1 :*1 El comienzo*

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—Juliettacomo es posible que cada vez tus calificaciones vayan bajando—Dijomi mamá.


—Esque tu no lo entiendes mamá es muy difícil.

Siguióregañandome y no dije nada solo esperé que terminara para poderirme. La playa queda muy cerca de mi casa, es una gran ventaja quetengo. Me gusta pasar el tiempo ahí, voy cada vez que estoy enojadao emocionada. El atardecer está más bello que de costumbre el solse esta ocultando y el cielo se pinta de muchos colores. Me sientomolesta, mi madre no entiende que la clase de algébra es muydificil. Con fuerza lanzo una piedra y esta cae en el centro de laplaya. Observo una sombra a mi lado y me giro a ver a la persona quese encuentra ahí. Es un chico como de mi edad, nunca lo he visto.Tiene un rostro muy lindo y sus ojos son de un tono café claro.

—Hola,me llamo Julietta y tú—me presento esperando que él tambien lohaga. Desde pequeña siempre he sido muy sociable y crear amigos seme hace muy facil, aunque amigos de verdad no tengo ni uno.

—Hola,mi nombre es Josue. Mucho gusto—dijo al fin y esbozó una sonrisa.

—¿Tegusta el atardecer?—pregunto mientras él me observa.

—Si,me gusta mirar el ocaso, todas las tardes vengo aquí un rato—Agregay siento una emoción no se porqué pero la siento.

—¿Noeres de por aquí cierto?—su acento no es igual al mio pero megusta su manera de hablar.

—No,vengo de españa nos mudamos aquí por problemas de salud—baja lamirada y se concentra en las caracolas que estan en el suelo—. Megusta este pais, su gente, sus playas y sus atardeceres. Siempre queestoy molesto, triste o emocionado vengo para acá un rato, me hacebien—Es increible como tenemos infinidades de cosas en común y esaconexión invisible que me une a él—Me gusta República Dominicalastima que deba irme dentro de dos años a Estados unidos. Me gustami nuevo liceo y quisiera vivir aquí para siempre.

Nodigo nada y solo lo observo. Al ver que ya está oscureciendo melevanto de inmediato, me despido, él me da su número telefónico yyo le doy el mio. Es tarde y creo que me gané otro regaño más.

—¿Otravez en la playa?—pregunta mi madre.

—Si,si quieres castigame todas las veces que quieras—Digo y ella memira confundida.

Durantela cena, me encuentro muy felíz. Cada vez que llevo un bocado a miboca recuerdo sus ojos, esos ojos marrones tan lindos. Cuando terminode comer, lavo los platos y subo a mi habitación.

»HolaJosue«

Losaludo a través de un mensaje y espero con ansias su respuesta.


»HolaJuli ¿Puedo decirte así?«


»Claro,me parece bien«


Respondoy me doy cuenta de la sonrisa que esta pintada en mi rostro, nunca hetenido una conversación con ningun chico, al menos solo algunasveces con mis primos. Con quienes hablo de juegos y de como mevengaré cuando vuelva a verlos, pero esto, esto es distinto y meencanta.


Hablamosun buen rato, nos hicimos preguntas sobre las cosas que nos gustabano las que no. Él me dijo que su nuevo liceo le gustaba y que suscompañeros eran muy buenos con él. Despúes de un rato me dio sudirección y se despidió. Saqué mi diario y lo anoté todo ahí,soy una de esas adolescentes de catorce años a las cuales aún lesgusta tener su diario y escribir en él. Es como si tuvieras unconfidente que te lee y no te juzga.


Susojos aparecen nuevamente en mis pensamientos, sonrió y sin pensarlome pierdo en un profundo sueño.

El ocasoWhere stories live. Discover now