EPILOGO

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Como prometí, luego de mil años aqui esta el epilogo, espero les guste y muchas gracias por leer esta historia!!!





El Winchester mayor se levantó para guardar el resto de tarta, justo al momento escucho ese característico aleteo familiar, sus ojos se dirigieron al frente donde estaba parado nada menos que Castiel.

Sam y Gabriel se levantaron sorprendidos, mientras que Benny solo observaba con tristeza e impotencia a Dean. Este sería el punto en que tendría que decir adiós a lo que pudo ser, lo más seguro es que el rubio lo deje para regresar con el ángel que seguía mirando a los hermanos Winchester

—Hola Sam, Dean— dijo el pelinegro, aunque sus ojos azules solo observaban a Dean.

El rubio lo miró sin moverse, sus manos se sentían duras a sus costados y un peso se instaló en su pecho. No podía creer que enfrente se encontraba Castiel.

Un silencio denso se asentó entre los hombres.

—Hola Castiel—saludó Sam, llenando aquel vacío silencioso.

La voz de su hermano despertó a Dean, con una sonrisa se acercó al ángel.

Benny veía destrozado como Castiel abría sus brazos para recibir a su Dean, quería separarlos, gritarle al ángel por abandonar a ese hombre de ojos verdes, pero solo estaba ahí sentado, sin hacer nada, sin atreverse a nada.

Ajeno a lo que pasaba por la mente del vampiro, el cazador rubio abrazó al pelinegro, por fin, luego de tantos meses de intensa búsqueda con Benny. El vampiro ocupó sus pensamientos de inmediato, haciendo que aflojara su abrazo poco a poco.

Benny es ahora su pareja.

Cuando Dean se separó, Castiel notó que algo no iba bien, los ojos azules buscaron inmediatamente los verdes que siempre le respondía con un brillo singular, pero estos se encontraban dirigidos a la silla vacía donde antes estaba el rubio vampiro.

—Dean—le llamó el pelinegro.

—Me alegra que estés de regreso...amigo—susurro inseguro la última palabra antes de irse en busca de su pareja.

Gabriel y Sam intercambiaron miradas, aquello no se lo esperaban.

—¿Qué sucedió?—les interrogó el ángel confundido por la actitud de su Dean, aunque en su interior surgía una idea que lo hacía temblar.

—Pues llegaste tarde hermanito—respondió Gabriel con una cruda verdad.

_*_

Dean camino con rapidez por el largo pasillo hacia la habitación del vampiro, pensando en la decisión que tomaría.

El cazador encontró al rubio preparando una bolso con la mitad de la ropa adentro.

—Dime que no vas a actuar como una chica despechada y te iras—el ojiazul se detuvo, pero no se giró a verlo.

Dean cerró la puerta, el ruido de sus respiraciones rebotaban por la habitación.

—Castiel regreso—ya no me necesitas, pensó con los hombros caídos.

—Sí ¿Y?—lento el cazador se acercó a su presa.

Benny se giró al fin, encontrándose con Dean a solo unos centímetros de distancia.

Tenía tantas cosas que decirle, no solo lo mucho que significa para él, sino que entendía que se quedara con el ángel, pero no podía, las palabras no salían de su garganta.

Dean ya tenía su elección hecha y lamentó que una de las personas que más amaba sufriera, pero esta vez sería egoísta con su felicidad.

Cuando sus ojos verdes conectaron con los ojos azules de Benny vio el dolor reflejados en ellos, el mismo que él sintió cuando Cas se fue. No lo resistió, rápido tomó sus rostro entre sus manos y lo beso en los labios.

El rubio mayor se sorprendió, pero no lo apartó, después de todo, si este sería su beso de despedida haría que sea el mejor. Así que rodeo con sus brazos la cintura del cazador, acercándolo más a su robusto cuerpo.

Sus labios se saborearon, era claro que Dean mandaba en aquel beso, pero las manos del vampiro aprovechaban para acariciar cada rincón de ese cuerpo firme, cada duro músculo era acariciado sobre la tela de esa camisa a cuadros.

El beso se volvía más apasionado a cada segundo, ambos se dejaban llevar por lo que sentían. Lento se dirigieron, sin interrumpir el beso, hacía la cama, Benny estaba a punto de tirar a Dean sobre esta para romperle la camisa cuando la puerta se abrió.

Los dos se separaron para observar a Castiel molestó en el umbral de la puerta con el ceño fruncido y la espada mata ángeles en su mano. El ángel había escuchado en sonido de sus gemidos escapar en cada beso y choque exagerado de sus labios lo que le hizo interrumpirlos.

Gabriel y Sam estaban detrás de Castiel, a punto de detenerlo si este decidía atacar al vampiro.

—Cas, Benny y yo... bueno—entrelazo las manos con el ser sobrenatural dando entender lo que no podía decir con palabras.

Los pares de ojos azules observaban impresionados al ojiverde, sin creer que había hecho esa elección.

Castiel se marchó rumbo a la salida del búnker esperando que Dean lo siguiera, pero el ojiverde seguía al lado del vampiro lanzando un suspiro, sabía que Cas estaba dolido pero ya hizo su elección y no daría marcha atrás.

—Te gane otra vez, Sammy—canturreo el arcángel con una sonrisa.

El cazador suspiró derrotado mientras sacaba de su billetera doscientos dólares.

—Ustedes apostaron—afirmó un poco molesto el rubio.

—Sí, doscientos y el culito de tu her—rápido Sam le tapó la boca al arcángel.

—Je, nada, vamos Gabe—gruñó un sonrojado Winchester cerrando la puerta de la habitación.

Los dos rubios se quedaron en silencio y sorprendidos.

—Ese—

—¿Es en serio?—la pregunta del vampiro interrumpió sus pensamientos contra Gabriel.

—No sé y no quiero saber si Sammy es el pasivo—respondió el cazador pensando que se refería a ellos.

—No eso, me refiero a esto— levantó sus manos aún entrelazadas para que Dean las observe.

—Claro que es enserio.

Con un sonrojo tiñendo las pecas de sus mejillas se acercó y le dio un rápido beso en los labios.

Benny no se abstuvo, con una sonrisa abrazó a su cazador y lo beso enserio, saboreando cada pedacito de su boca sabor a pie de manzana, mordiendo de vez en cuando ese labio inferior que lo volvía loco.

—Si sigues así debemos tirarnos en la cama—comentó Dean con una sonrisa ladina, mientras rozaba levemente su erección con el mayor.

El ojiazul lo lanzó en la cama y rápido se subió sobre él, besando y chupando ese blanco cuello.

¿Quién se iba a imaginar que gracias a la elección de ese ángel ahora tendría a Dean? Benny sonrió mientras rompía esa camisa a cuadros, él no abandonaría a su cazador, él estaría siempre con él.

La decisión de un ángel - Denny.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora