Ruth
Presente
Sentía la cabeza a punto de estallar y trataba de controlarme para no explotar. Joe me miraba de manera irónica, mientras su abogado parloteaba cosas sin sentido para mí. Era imposible que él quisiera venir a robarme todo por lo que he trabajado, mi esfuerzo, mis noches sin dormir, simplemente porque el muy imbécil se quedó sin nada y ahora alega que mis bienes son suyos también.
—Lárguense de aquí —contenía mi deseo de gritar, estaba en mi oficina y no quería hacer una escena.
—Pero señora Mill... —mire con enojo aquel hombre —Señorita McCartney solo queremos llegar a un acuerdo —Joe ni siquiera había abierto la boca.
—Me quieren robar lo que es mío, esta basura que ve aquí me abandonó y todo lo que tengo me lo he ganado yo, así que si quieren guerra, guerra tendrán pero lo mío nadie lo toca.
Tome el teléfono y llame a seguridad, no podía seguir viendo la cara de aquellos dos estafadores, no podía seguir respirando su mismo aire. Jonan y August llegaron en un segundo a mi oficina y también todos los chismosos curiosos que al parecer no tenían nada mejor que hacer.
—No me toques —Dijo Joe a uno de los de seguridad—Nos veremos la cara de nuevo McCartney —Lo mire con altivez mientras este desaparecía escoltado a través de la puerta.
—Vamos se acabó el espectáculo—le agradecí con una triste sonrisa a Jonan, ahora mismo no podría lidiar con las preguntas de mis compañeros.
Me cubrí el rostro con las manos y no pude evitar sentir un sabor amargo en la boca. No podía dejarme vencer, no podía bajar la guardia ahora. Había sufrido por Joe lo suficiente, ya mi cuota de lágrimas por él había terminado y odiaba aún tambalearme con su sola presencia.
***
Mis ánimos estaban por el suelo. Billy había tratado de sacarme de la casa y Mike había llamado unas cuantas veces, pero no tenía ánimos de nada. Mi mente solo proyectaba mil formas de deshacerme de Joe y ninguna parecía ser la correcta. Había decidido dejar todo en manos de mi abogado, pero no podía evitar querer involucrarme.
Billy se había marchado al darse cuenta de que no me convencería de nada y luego de unos minutos el timbre sonó, resople con fastidio porque era muy probable de que como siempre hubiera olvidado sus llaves, pero no estaban en la encimera que es donde siempre las deja y al abrir la puerta no pude evitar que una sonrisa genuina iluminara mi rostro.
—Traje vino y comida —dijo mientras mordía su labio inferior —me apresure a tomar aquellas cosas, las deje encima del desayunador y atraje su cuerpo hacia mí. Pensé que no querías verme. —Mire a Mike con vergüenza.
—No sólo quería verte, anhelaba hacerlo, pero tengo demasiada mierda ahora Mike estoy perdiendo el control de mi vida —nos dejamos caer sobre el sofá y sus manos comenzaron a juguetear por debajo de mi blusa.
—Déjame acompañarte, déjame demostrarle a él que no está sola —no sabía qué responder, era demasiado pronto para estar enamorada de Mike, aunque de una cosa sí estaba más que segura y era que no quería estar lejos de este hombre, sin importar lo que pudiese pasar en el futuro, sin importar que en algún momento pudiese romperme el corazón. Entonces lo bese sellando aquel pacto que marcaba el inicio de la unión entre nosotros.
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Mi Segundo Primer Amor (Chicas Gordas #5) BORRADOR
RomanceSIN EDITAR Ruth McCartney siempre pensó en dejar Texas y se visualizó con una vida en la ciudad, pero sus cachetes sonrojados y su pelo rubio tostado por el sol, no eran la típica imagen de una chica urbana y ni hablar de su enfermedad y aquellos k...