OO6; ʜᴇᴀᴛᴇᴅ

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Oh el día del viaje, ese era. Llegué al colegio a las siete y media en punto, justo como lo requirió la directora del plantel. La mayoría de profesores estaban ahí, la mayoría eran jóvenes e iban vestidos como si fueran a las costas más veraniegas de Corea cuando sólo íbamos a un pueblo a los alrededores a pasar una especie de vacaciones.

Ese día por la mañana, me levanté con la molesta alarma del reloj pero estaba feliz definitivamente lo estaba. Me di una ducha de agua fría y mientras me vestía llamé a mi madre quien como todas, me deseó suerte y me pidió que me cuidara.

Llevaba un pantalón negro, botas del tipo militar del mismo color. Una camisa azul a rayas de manga corta que dejaba ver mis trabajados brazos pero cubiertos también por una chaqueta de cuero negra para cubrirme del frío.
Mi cabello negro estaba peinado hacia arriba y a un lado, llevaba mis gafas redondas para no fallar en nada.

Mi maleta era un bolso de mano no tan grande, sólo llevaba lo necesario.

Me acerqué a la directora para preguntar ciertos asuntos, descubrí que me tocaría cuidar dos grupos, el de segundo y tercero durante el viaje y solamente a segundo en las casas.
Los niños comenzaron a llegar con un aura impaciente, otros con aura triste porque se apartarían de sus madres pero sólo esperaba a YeoJoo, esa niña que me besó al decidir pagarle el viaje.

Al verla llegar, mi corazón comenzó a palpitar rápidamente. Tan linda con un bellísimo vestido color crema dando casi al blanco, con bonitos pliegues y encajes que en sí, llegaban un poco más abajo que la mitad de su delgado muslo y no porque le quedara pequeño, era a su medida.

Su cabello suelto ligeramente ondulado y de nuevo, adornado por un lazo blanco posicionado con perfección. Ella sonrió al verme y jaló a su madre hasta estar cerca de mí. YeoJoo era una replica de su bonita progenitora, ambas eran de una estatura baja pero no exagerada, complexión delgada pero de buenas curvas.

Ambas me saludaron, su madre notablemente avergonzada.

—H-Hola señor Lee, soy Kang SeulGi, madre de YeoJoo. Le agradezco mucho lo que ha hecho por YeoJoo pero no era necesario.

—Un gusto, soy Lee HoSeok. No se preocupe, lo hago con placer, no podía permitir que YeoJoo se quedara sin ir a unas pequeñas vacaciones.

—Prometo que le pagaré todo, sólo deme tiempo.

Miré a YeoJoo y ella bajó la mirada avergonzada, yo sólo reí y volví a mirar a su madre.

—No es necesario, es como un regalo de cumpleaños.

—Eso es lindo pero prometo compensarlo de cualquier forma.

De su bolso algo desgastado ella sacó un papel con un número escrito y me lo entregó, yo lo recibí con gusto.

—Espero que no le moleste pero me gustaría que me avisara a este número si llega a ocurrir algo con YeoJoo. Ella es algo torpe y enfermiza-

—¡Mamá!

—Es por tu bien, me preocupo por ti y te conozco. Disculpe, y me sería muy de utilidad que me llamase si se lastima o algo, por cualquier emergencia, ¿sí?

Yo sólo miraba divertido a ambas muchachas, YeoJoo estaba notablemente avergonzada. Guardé el papel en el bolsillo de mi camisa y asentí.

—Lo haré con gusto, no debe preocuparse.

—Muchas gracias, por ahora me tengo que ir al trabajo, espero que no lo moleste mucho.

—Para nada.

SeulGi se despidió de su hija con un beso en su frente y se despidió con una reverencia de mí para después salir corriendo en dirección contraria, yo sonreí aún más. Seguro ella había sido una nínfula antes, en ella aún se percibía un brillo atrayente sin intenciones, algo que le heredaría a su preciosa hija, quien me tomó de la mano.

—Espero que me cuide bien, profesor. No le gustará ver a mi madre enojada.

Ella sonrió y yo le revolví un poco el cabello, caminamos para estar con los demás niños y ella simplemente no se apartaba de mi lado, me ponía nervioso, mi mano estaba sudando. Al abordar los autobuses, YeoJoo y SangAh se sentaron juntas, lo cual me conmovió pero sentía un vacío. Era el único a cargo de treinta niños, hasta me sentí triste por eso. Ambas niñas estaban sentadas detrás mío y platicaban sobre cualquier cosa, me sorprendió escuchar a SangAh desenvolverse con facilidad ante YeoJoo.

Antes de partir, tomé lista. Durante el trayecto, esperaba un gran dolor de cabeza pero todos los niños iban platicando o comiendo, sin hacer mucho ruido. Estaba haciendo memoria de nombre de todos cuando sentí unos toques en mi hombro, rápidamente giré a ver quien era.

SangAh y YeoJoo me miraban con una sonrisa y se las devolví.

—¿Qué ocurre?

—Nos aburrimos, profesor.

Con su voz suave, habló SangAh quien también con sus ojos me miraba con cierto brillo.

—Bueno, falta una hora de camino, pueden jugar a algo, no soy bueno para estas cosas.

Ambas niñas me ignoraron y se sentaron a mis costados, dejándome acorralado en el centro, totalmente acalorado.

—Cuéntenos algo, profesor.

—¿Cómo qué?

—¿Tiene novia?

—¿Qué? Claro que no.

—Pero si usted es muy guapo, me sorprende que no tenga a una chica con usted.

—Sólo no he encontrado a la indicada. ¿A ustedes les gusta algún niño del salón?

Pregunté sin mostrarme totalmente interesado, sería normal si les gustara un niño, obviamente ellas no me miraban a mí como candidato pero quería saber si sus gustos eran lo suficientemente buenos.

—¡Usted nos gusta!

Contestaron al unísono y simplemente reí nervioso, me sentí aún más acalorado. Ellas recostaron su cabeza sobre cada uno de mis hombros y por fin comprendí de qué habían estado hablando antes de atacarme.















































































ʟᴏʟɪᴛᴀ ¡! ᴋɪʜᴏ ғʀᴏᴍ ᴍᴏɴsᴛᴀ xDonde viven las historias. Descúbrelo ahora