Thirty nine.

128 22 11
                                    

Al llegar a la casa Mía estaba tan entretenida por sus juguetes nuevos que ni siquiera se preocupó en que hacíamos Daniel y yo. Entró rápido y corrió a la sala para abrir todas las cajas nuevas.

-Daniel, quiero hablar contigo-hablé sin mirarlo mientras pasaba mis dedos por el puente de mi nariz.

-Dime-habló tranquilo mientras dejaba su abrigo.

Caminé hacia la escalera y subí un escalón, Daniel se acercó y se apoyó en el barandal mirándome tranquilo.

-Vi a Aubrey en el shopping-hablé directa, su rostro se vio libre de expresión y buscaba alguna en la mía.

-Y-y ¿qué te dijo?-tartamudeó un poco y habló con algo de miedo.

-Antes de eso contéstame una pregunta, ¿le pediste a Aubrey que se casara contigo?-me miró confundido.

-¿Qué? ¿ella te dijo eso?-asentí-Zoe por favor, créeme-sujetó mis manos desesperado y se acercó a mi-eso no es cierto, no es cierto, te juro que a la única mujer que quiero junto a mi por el resto de mi vida es a ti, por favor créeme-me solté de su agarré y me alejé un poco.

-Ya cálmate-lo miré con una mueca-sólo quería que me contestaras si eso era cierto o no-negó.

-Te juro que no, nunca le pediría matrimonio a Aubrey.

-Bien-subí algunos escalones-era sólo eso-me giré para irme.

-Zoe-me detuvo su voz-¿me crees?-lo miré de reojo.

-Si te creo o no, es cosa mía.

[...]

No tardó mucho en llegar la noche. Daniel y Mía habían quedado dormidos en la sala mientras veían una película, en su defecto yo estaba en el balcón de mi habitación pensando. No estaba segura si creerle a Daniel, sólo quería que todas las mentiras terminaran de una vez y poder vivir una vida normal y tranquila, nada más que eso.
No tenía a  Zach aquí como para hablar con él, mi segunda opción sería Jack pero él estaba demasiado ocupado, por lo cual por descarte me quedaba Corbyn. Parecía medio estúpido necesitar de alguien para analizar las cosas, no necesitaba de alguien, sólo quería que otra persona me diera su punto de vista y si necesitaba ver lo equivocada que estaba, que me hiciera verlo.

Marqué el número de Corbyn en mi teléfono y esperé a que contestara, una vez que lo hizo luego de que se despertara del todo le pregunté si estaba en su casa, después de su rápida afirmación e invitación a ir si necesitaba de él corté la llamada y me encargué de colocarme un abrigo. Ni siquiera me molesté en cambiar mi pijama, Corbyn me había visto en otras ocasiones con estas prendas y no era nada del otro mundo.

La casa de Corbyn estaba obscura. Una débil luz proveniente de la sala indicaba que el rubio estaba allí. Cuando me acerqué a la puerta el chico me sorprendió abriéndola antes que pudiera tocar. Al igual que yo traía su pijama el cual consistía en un pantalón y camisa de una galaxia.

-Christina está durmiendo-aclaró al verme confundida por lo de la puerta-pasa-se hizo a un lado y eso hice-por la hora en la que llamaste supuse que necesitabas hablar con alguien, se que eso sueles hacer con Zach y él no está aquí-lo miré-¿esa era la situación?-asentí y el me miró dudoso-ven, vamos a la cocina para hablar tranquilos.

Lo seguí y una vez allí me senté en la isla con Corbyn a mi lado, sirvió dos tazas de café recién hecho y me miró esperando a que hablara.

-¿Qué ocurre? para que llegues al punto de llamarme a mi debe de ser algo importante-asentí.

-Es sobre Daniel-dejó la taza a un lado y me miró molesto.

-¿Qué te hizo ahora?-habló entre dientes.

•Don't stop loving me•  3°《Daniel Seavey & Jonah Marais》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora