En El Bar

4 0 0
                                    

Sentada en aquella vieja y desgastada silla de cuero apurando el resto de mi cerveza fría me gire hacia la multitud de cuerpos aglomerados en la pista, contemple la idea de encontrar algún hombre apuesto.
Un lindo par de sólidos y anchos hombros,  decorados con un sexy rostro sería un buen comienzo.
Y manos grandes!
Me encanta la sensación de manos grandes recorriendo mi cuerpo; haciéndome sentir frágil, tocando cada centímetro de mi piel, torturando mis pechos a su placer, acunandome cerca y sin posibilidad de escape, manteniendome quieta.
Necesitaba un hombre grande, fuerte en voluntad y físico para lograr contenerme, o en su defecto dominarme.
Pero viendo como avanzaba la noche y observando a los especímenes reunidos en este (relativamente) pequeño espacio mis espectativas fueron en picada.
Habían chicos lindos, pero no más, solo chicos bonitos y ningún hombre de ensueño... Al menos a mi parecer.
Así que simplemente me levante y me dirigí hacia la salida, pensando si eso era todo por hoy o si intentaba en otro lugar.
.
.
.
.
.
.

Al final nuevamente estoy en otro bar, pero esta vez bebiendo algo más fuerte.
Tal vez, solo tal vez si me pierdo a mi misma me logre conformar con algo por esta noche.

Y así noche tras noche.

AleatorioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora