Forty.

135 24 12
                                    

Las semanas pasaban rápido y Daniel cada día se esforzaba más que el anterior por darme sorpresas. Desde una limpieza improvisada, hasta una comida deliciosa, nunca sabía lo que tenía planeado pero siempre lograba asombrarme.

-¿Cómo pueden no gustarte?

-¡No me gustan los koalas!-chillé cruzándome de brazos.

-A mi me parecen adorable-aportó Mía haciéndome rodar los ojos.

-No me interesa, a mi no me gustan y ese es el punto final.

La magnífica idea de Daniel para este día había sido venir al zoológico. No tenía nada en contra de los animales, pero tampoco era una amante de verlos de tan de cerca.

-Quiero un león-habló Mía mientras pegaba su rostro a las barras de la jaula del mismo.

-Aléjate de las barras-la alejé un poco y ella bufó para volver a caminar, Daniel y yo nos quedamos un poco atrás y caminamos con calma.

-¿Quieres un algodón de azúcar?-me preguntó señalándome a un señor a lo lejos con un montón de estos, yo negué asqueada.

-No quiero comer nada-sujeté mi estómago.

-¿Otra vez dolor de estómago?-asentí-¿tienes nauseas?

-Maso menos-me miró con una mueca.

-Deberíamos ir al doctor, Zoe.

-¿Deberíamos?-reí irónica-el problema es mío, no tuyo-apretó los labios y asintió.

-Tienes razón, puedo dejarte en un hospital camino a casa si es lo que quieres-no esperó respuesta y apuró el paso para unirse a Mía.

[...]

-¿Segura que no quieres que me quedé?-negué-avísame cuando estés por salir y pasaré por ti-volví a negar.

-Allí está Zach-señalé al chico recostado en su coche esperando por mi-él se quedará conmigo y luego me llevará-asintió desanimado.

-Bien, cómo quieras.

Me alejé de la ventanilla y Daniel puso el coche en marcha para alejarse por la calle. Me giré a mirar a Zach pero a mi sorpresa el chico ya no estaba.

-¡Qué estás haciendo!-habló rápido mientras me sujetaba de la cintura para levantarme un poco y hacerme soltar un chillido del susto.

-Eres un idiota-golpee su pecho y él rió.

-¿Cómo estás?

-Fenomenal, ¿no se nota?-me miró sonriendo burlón y comencé a caminar-por eso vengo al hospital, porque estoy muy bien.

-Vale entendí, no debí preguntar-rió caminando detrás de mi-¿me dirás que es lo que sientes?-preguntó abriendo la puerta para mi.

-Sólo estoy un poco mareada.

-¿Te falta el aire?

-Tengo nauseas-aclaré ante sus divagaciones-y me duele el estómago-me miró pícaro y ahogó una risa.

-¿La pequeña Zoe está embarazada?-entrecerré los ojos y negué.

-Cállate, idiota-volvió a reír ante mi agresividad, rodé los ojos y me acerqué a la ventanilla donde había una mujer algo mayor, le conté lo que me estaba sucediendo y me dio las indicaciones de a donde debería ir para esperar a que me atendieran, la agradecí y luego me alejé.

-¿Qué te dijeron?-preguntó Zach caminando muy cerca de mi.

-Debo ir al segundo piso-mi estómago se contrajo y me vi obligada a dejar de caminar y sujetarlo.

•Don't stop loving me•  3°《Daniel Seavey & Jonah Marais》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora