Había un colgante de jade, con la figura de un dragón tallada en él, entre las manos del primer príncipe.
Las voces que aun estallaban en el salón de la casa del marques Jin desaparecieron como tragadas por un tornado, tal era el silencio que, si uno lo intentaba, podía oírse la respiración de los presentes.
Otros dos príncipes imperiales veían la escena que se desarrollaba a un lado con expresiones tormentosas y amargas, pero el joven protagonista de la noche no se atrevió a apartar la mirada de la persona a la que había recibido su colgante.
La expresión del hijo del primer ministro de derecha, Jiang Fengmian, era quizás la más evidente en todo el salón: al estar en una situación tan expuesta, ¿se atrevería a rechazar? de estar solo ellos sin duda se negaría sin dudar, pero, estaban en público y no había opción para él, sus antiguas palabras habían sido claras cuando el príncipe le había pedido el colgante que estaba en su cintura.
-Su majestad, este colgante ha estado conmigo desde mi nacimiento, siendo así, ¿cómo podría deshacerme de él?
Había sido una súplica disfrazada, sí el primer príncipe quería un recuerdo suyo podría pedir otra cosa, pero, no le daría el colgante que su madre le había entregado al nacer. No quería hacerlo.
¿Quién esperaría que el príncipe descolgara su propio colgante de dragón, aquella ficha familiar suya y se la ofreciera así, ¿sin ningún arrepentimiento?
-En compensación - había dicho, y la cara de la familia imperial estaba en sus manos.
Sintiendo las piernas tensarse y su corazón derramar veneno y amargura por igual, Jiang Wanyín solo pudo cerrar los ojos y sus labios delatar una sonrisa leve, muy leve, antes de inclinarse.
- ¿cómo podría? - Aceptar o rechazar sería un crimen, por lo que solo le quedaba ceder ... Después de aquel momento ¿podría alguna posibilidad de casarse? Maldijo en el interior de su pecho su mala suerte, y maldijo aún más al primer príncipe, que lo había marcado, con ese gesto, como una de sus personas; aunque nunca cayese en su lecho, todos sabrían que su majestad le había dado su colgante de jade.
¿No era ese un gesto hecho para el amor?
¿Un gesto para un matrimonio? ¿Casi una promesa?
Y de manos de un miembro de la familia imperial, aceptar el colgante era lo mismo que condenarse a sí mismo... todos sabrían que él estaba al lado del primer príncipe.
Vio a lo lejos a su propio padre, lo que observaba con una mirada complicada y solo podía terminar su propio gesto .
-Este sujeto no se ha explicado bien - lo intento de nuevo volviendo sobre sí mismo a la docilidad, que odiaba - este sujeto - no se atrevía a usar el título militar que le habían concedido, por beneficio o por burla, pues no había ido a la guerra, fusionado como estaba a la política interior de la capital imperial - no esperaba intercambiar su colgante, nunca se atrevería a aspirar al colgante de su majestad, pero dado que su majestad quiere el colgante de este humilde, este humilde solo puede dárselo, esperando que su forma no ofenda los ojos de su alteza.
Termino de hablar y descolgó, con movimientos veloces y, aun así, elegantes, el colgante de jade de su cintura, solo para entregárselo al joven príncipe, antes de caer de rodillas.
No quería el colgante del príncipe, solo había querido mantener su propio colgante, sin embargo ... se había condenado a sí mismo.
Solo podría rezar por sí mismo.
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Dame paz y Dame guerra
FanfictionUniverso alternativo, ChengXian El corazón de Jiang Wanyin es como un diamante, hecho para que solo una persona habite en él, y la persona que puede habitarlo es Wei Wuxian. Siendo así, ¿cómo podría mirar a alguien más que aquel que le ha pedido le...