Pequeño Chimi

Él

Jimin ya tiene 16, se encuentra en cuarto año de secundaria. Asistiría a una nueva escuela, ya que en la anterior, sus compañeros de clase no tenían piedad con él,pues es que se burlaban de él por su baja estatura.
El primer día en su nueva escuela lo haría ver si podía llevarse bien con sus compañeros de una vez por todas.
Jimin ya había entrado en la escuela, y se encontraba buscando su salón de clases. Cuando lo encontró, pudo ingresar. Todos los estudiantes lo miraban, por lo que se sonrojó y se sentó solo, al final del salón.
Todos hablaban entre ellos, pero nadie lo hacía con él, por lo que pensó que no le iría bien este año. Hasta que alguien mas cruzó la puerta de entrada de su aula de clase. Traía puesto un jardinero color azul, un suéter amarillo y unas zapatillas rojas. Cuando ingresó al salón, todos se empezaron a reír, mientras Jimin permanecía en silencio en su rincón, alejado de los demás.
-Qué extraño...- pensó Jimin- aunque se rieron de él, sigue sonriendo.
El joven estudiante se dirigió al pupitre de Jimin.
-¿Puedo sentarme junto a ti?- preguntó señalando el lugar vacío al lado suyo.
-C-Claro...- Murmuró.
El día transcurrió rápidamente, ya que los dos chicos no intercambiaban palabra alguna.
Se encontraban en clase de matemáticas, cuando Jimin terminó su ejercicio y se paró para alcanzárselo a su profesor. Pero se tropezó con la pata de la mesa de su compañero y cayó al suelo. Todos comenzaron a reír.
Jimin estaba sentado en el suelo, rojo de la vergüenza.
-¿Estás bien?- le preguntó su compañero con una sonrisa, mientras le extendía su mano. El profesor había salido del salón.
-Si- asintió Jimin con una leve sonrisa. Agarró la mano de su compañero y se puso de pie. Ambos comenzaron a reír, y transcurrieron sus últimos dos años de secundaria juntos, divirtiéndose y riendo con sus caídas y errores. Juntos.
Tae y Jimin.