Tiempos desesperados requieren medidas desesperadas. Esa era una frase que, desde pequeño, Jungkook había repudiado con todo su ser. Para él, no importaba que tan complicada fuera la situación, siempre existía una manera razonable de sobrellevarlo todo. No entendía a la gente que simplemente se dejaba llevar por el pánico y actuaba de forma que, en cualquier otro día, sería motivo de reproche. El joven abogado siempre se había sentido orgulloso de sí mismo por pensar las cosas a fondo antes de actuar. Al menos, así solía ser; estaba seguro que si su yo de hace unos días lo viera ahora, no sentiría más que lastima y pena por sí mismo.
Debía admitir que, desde el inicio, aquel plan había sido demasiado precipitado. Realmente no existía nada que temer, su relación con Jimin iba a la perfección. Ambos estaban sumamente enamorados uno del otro, cómodos con lo que tenían y, si bien habían prometido que llevarían las cosas con calma, algo dentro de Jungkook había estado inquietándolo últimamente. No entendía muy bien de qué se trataba. No había prisa, podía tomarse todo el tiempo del mundo, pero una terrible sensación dentro de su estómago se negaba a dejarlo en paz. Era como si le gritara que tenía que apresurarse, que si no daba el siguiente paso en ese instante, no volvería a tener la oportunidad de hacerlo. Eso, claro, era rídiculo. Se amaban, tenían una relación estable. Nada malo les iba a pasar y Jungkook se aseguraría de eso.
Por desgracia, saberlo no hacía que sus nervios disminuyeran; parecía que no tenía otra alternativa que continuar con su plan, por más apresurado que estuviera resultando todo. No es que se quejara en realidad. Si de algo estaba seguro, es que quería compartir el resto de sus días con su adorable novio, simplemente no existía nadie mejor que él. El plan era repentino, pero su decisión no. Esa era una de las pocas cosas de las que jamás podría arrepentirse, aún si quisiera.
El sonido del timbre de la entrada resonó por todo el apartamento, haciendo que su cuerpo se tensara. Ya había llegado, no había vuelta atrás. Cuando Jungkook estuvo seguro de sentirse listo para proponerse a Jimin, todo le pareció sumamente fácil, al principio. Claro que quería que fuera algo especial, el rubio no merecía nada menos que algo extraordinario, pero, debido a su inflado ego, pensó que era algo que él solo podía organizar. Lo peor no fue que se convenciera de que no requería ayuda, sino que genuinamente creyó que podía organizarlo en un día, sin ninguna clase de planeación previa. Fue así como, al llegar a casa, comenzó a mover los muebles de lugar, procurando dejar el suficiente espacio para decorar. Conforme los iba a moviendo, cayó en cuenta de un pequeño, pero muy importante detalle: no tenía ojo para la cursilería. Esa siempre había sido la especialidad de Jimin.
Dejó el sillón que estaba empujando y se quedó pensando. Realmente no quería pedirle ayuda a nadie, quería esforzarse al máximo por su novio, además, odiaba depender de otras personas para asuntos personales... aunque, viéndolo desde esa perspectiva, acudir a alguien más implicaría un gran sacrificio de su parte, lo que podría contar como esfuerzo ¿no? Era una lógica innegablemente estúpida, pero el joven estaba desesperado, por lo que fue excusa suficiente para que dejara su orgullo de lado y tomara su celular. En circunstancias normales, jamás lo habría considerado, sin embargo, eso no era de lo que se arrepentía, sino de lo que ocurrió después.
Dentro del pequeño universo de Jungkook, el mundo entero estaba a su disposición, nunca pasó por su mente que las personas pudieran tener mejores cosas que hacer que resolver su vida amorosa. Grande fue su sorpresa cuando, uno por uno, sus amigos fueron excusandose y negándose a ayudarlo, dejándolo sin opciones. Si bien siempre existía la posibilidad de cambiar de día, era tanta su urgencia de que ocurriera aquella noche, que el chico se sintió obligado a llegar al último contacto de su lista. Fue ahí cuando Jungkook dejó de pensar y simplemente marcó. Por fortuna para su eterno alivio y ahora creciente angustia que aquella persona accedió a ayudarlo.

YOU ARE READING
La propuesta
FanfictionJungkook tiene una sorpresa planeada para Jimin, por desgracia, no puede llevarla a cabo solo, por lo que tendrá que pedirle ayuda a la persona que menos lo tolera en el mundo. *Historia complementaria a Lost Stars, historia escrito en colaboración...