Tengo una pregunta importante: ¿tú qué hubieras hecho si tu crush te preguntara si te gustaría comenzar una relación?
Supongo que no harías lo mismo que yo.
Estábamos en el momento y lugar correcto, nada se encontraba en nuestra contra por primera vez en esos meses, y yo la volví a regar. Gerard le dio otro nombre, pero no es una palabra muy bonita.
—No.
¡¿Qué?! Me pregunté en mi mente segundos más tarde.
El rostro de Arvel lucía bastante decepcionado, hasta note su corazón se romperse y como sus ojos tristes.
—Quiero decir —continué—, necesito pensarlo.
—No hay problema, te esperare.
Nos quedamos un rato más platicando de otras cosas, sin embargo, el ambiente se notaba algo incómodo y con toda la razón, después de pasarnos la saliva un montón de veces y yo salgo con mis cosas.
Cuando salí de su casa —mintiendo sobre un mensaje de Rory— me atreví a marcarles a Phoebe y Gerard, necesitaba hablar con ellos para que me ayudaran en lo que acababa de suceder. Aunque, ¿cómo les diría que ya nos besábamos y todo?
—¿Candace?
Ahora no, por favor. Mis amigos no respondían a mi llamado y lo peor de todo es que apareció Peter Jones en mi camino. Cancelé la llamada y miré al susodicho, quien seguía sin tenerme contenta.
—¿Me hablabas a mí?
—Por favor, Candy, no me trates así.
—¿Y cómo esperas que te hable después de lo que pasó el otro día?
—De eso mismo quiero hablar contigo.
Me cruce de brazos, dispuesta a escucharlo. Entonces, él reviso alrededor y se dio cuenta de la calle en que estábamos.
—¿De dónde vienes? —me preguntó.
—No sabía que eras mi hermano o mi padre para darte explicaciones.
—No, pero tú no vives por estos lados.
—Tú tampoco.
—Estabas con Arvel, ¿no es así?
—Eso no es de tu incumbencia. Y, si no tienes nada más que decir, me retiro.
Lo esquivé y seguí con mi camino. De pronto, me tomó del brazo, obligándome a parar mis pasos.
—Quería pedirte perdón por mi comportamiento del lunes contigo. Odio estar distanciado de ustedes.
—Está bien, sigamos siendo amigos.
Me soltó poco a poco, algo me decía que las cosas no iban bien.
—Ahora que somos amigos otra vez, puedes responder mi pregunta. ¿De dónde vienes?
—Ay, Peter. Eso no te lo voy a contestar.
Por suerte mi teléfono comenzó a sonar, así que me permitió alejarme para responder. Era Phoebe.
—Hey, ¿qué pasa?
—Necesito hablar con Gerard y contigo. En persona.
—Bien, yo me pongo en contacto con él y nos vemos en mi casa. ¿Estás de acuerdo?
—Por supuesto, nos vemos.
*
Nos quedamos platicando por un buen rato. Gerard parecía molesto por mis decisiones y Phoebe se quedó un tanto pensativa... Y Benjamín era una combinación de ambos, aunque ya me daba una pequeña idea de lo que pensaba.
—¿Por qué no nos dijiste antes? —preguntó Gee.
—Bueno —mencioné pensativa—, quería ver hasta donde llegaba esto.
—Ay Gerard, ¿a poco no sabías? —le cuestionó Ben.
—Pues no. ¿Ustedes sí?
—Desde que tuvieron su primera cita —habló Phoebe—, y sus "escapaditas" —hizo comillas con sus dedos—, para besarse.
—¡¿Qué?! —exclamé—. ¿Cómo?
—Hasta Rory sabe. De hecho, un día los vimos besándose. No sé cómo Jacob calmó al león para que no corriera a asesinar a Arvel.
—No es justo —se quejó Gerard—. Ahora fui yo quien se enteró a lo último.
—Y, conociéndote, me sorprende que sea así.
—Entonces, ¿qué vas a hacer, Candace? —Ben se acercó a mí—. ¿Enfrentarte a tu hermano y ser feliz con el amor de tu vida? ¿O ver hasta dónde llega esto?
—Aún no lo sé. En especial porque el hermano de Gee quiere reporte a cada hora de mi vida.
—Ah, ya sé —dijo el pelirrojo—. No se cansa de decir cómo te conquistará y le dará su merecido a Arvel —suspiró—. Me tiene harto.
—Yo creo —mencionó Phoebe—, que no deberías hacerle caso en nada a Peter y hacerte novia de Arvel.
—Igual yo —dijeron los idiotas al unísono.
—Ya no le des más vueltas, Candy, ya no queremos más drama por parte de ustedes dos.
*
El día siguiente, en la hora del descanso, estábamos con los chicos. Solo que esa vez era diferente porque me encontraba lejos de Arvel, bueno, Rory se sentó en medio de nosotros. Creo que le molestó la idea de que estuviéramos abrazándonos y a punto de darnos un beso.
Ugh, siempre arruinando las cosas Rory Delaney.
Me armé de valor, lista para poner en su lugar a mi mellizo. Giré en mi asiento y lo miré. Ay, el infeliz se miraba tan tranquilo. Tenía listo mi gran discurso cuando en eso...
—Rory, quiero hablar de algo contigo —le dijo Arvel.
Un momento, ¿Arvel?
—Dime, Winslow.
—Sé lo importante que es Candace para ti, y por eso mismo quiero pedirte permiso para que ella y yo seamos novios. Si es que tu hermana así lo decide.
La mesa se quedó en total silencio, las viejas chismosas de mis amigos se morían por escuchar la respuesta de Rory. Al igual que yo.
—Pues, ya que lo pides de esa manera, tienen mi permiso.
Todos en la mesa comenzaron a aplaudir y gritar, parecían más emocionados que nosotros dos.
Olviden lo de hace rato. Amo a Rory.
*
La aceptación de mi mellizo era todo lo que necesitábamos para caminar por toda la escuela de manera muy cariñosa; con abrazos, besos en la mejilla y manos entrelazadas. Estaba lista para decirle a Arvel que si quería ser su novia. Tenía planeado desaparecernos el sábado —el día siguiente— de nuestros amigos e irnos a su lugar favorito para darle mi respuesta, ya habíamos esperado bastante y deseaba responderle lo pronto posible.
Solo faltaba esperar que las cosas salieran como yo quería.
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Siempre fuiste tú ✔
Teen FictionCandace Delaney y Arvel Winslow han sido amigos casi toda su vida, ambos pueden deletrear sus aventuras o callar cuando se trate de sus travesuras. Candace está enamorada de Arvel, y Arvel está enamorado de Candace. Solo que ninguno sabe sobre dich...