Derek despertó lentamente al lado de su pareja a causa del insistente sonido proveniente de su celular, por lo que con mucho cuidado se estiró para apagar la alarma y no despertar a Stiles.
—¿Derek?
No lo logró.
De igual forma, debía despertar al humano de una vez.
—Buenos días, amor.
—Buenos días...—dijo de forma perezosa—¿Qué hora es?
—Nueve con veinte minutos, debemos levantarnos ya. Hoy es el día-se agachó para dar un ruidoso beso en la frente del humano y levantarse para dirigirse al cuarto de baño.
Stiles no quería abrir los ojos, estaba muy cómodo hasta que Derek se levantó.
—¿Por qué tenía que ser un domingo?— gimió mientras se estiraba y bostezaba.
—Fuiste tú quien sugirió este día, cariño-escuchó decir desde el baño.
—¡No es cierto, fue Isaac!—reclamó indignado.
Stiles abrió los ojos lentamente y vio salir a Derek del baño mientras se secaba el rostro con una toalla blanca. Éste dejó la toalla a un lado y se dirigió al humano para agarrar sus mejillas, haciendo que lo mire.
—Tú diste la idea, luego Isaac estuvo de acuerdo, Scott también y los demás le siguieron a Scott—le recordó.— Anímate Stiles, toda la manada estará ahí, los niños correrán por el campo y disfrutaremos el día.—se acercó para besar a su pareja por un corto tiempo.
Stiles hizo un ruido de queja por eso.
—Nos bañaremos, alistaremos y despertaremos a nuestros cachorros—jaló de la mano al humano hasta el baño mientras éste seguía con sus quejas de dormir más tiempo.
La pareja llevaba diez años juntos, nueve años de casados y un año de noviazgo. Esto luego de que Derek no soportara estar sin la presencia del chico adolecente, mientras que éste estaba lejos, trabajando para el FBI junto al padre de Scott.
Logró conquistar a Stiles en unos meses con ayuda de Scott y Lydia, pero no hubo mucha complicación porque el humano siempre había sentido un gusto por el lobo.
Gracias a la cantidad de chispa que el adolecente imperativo poseía, tuvo la capacidad de llevar vida en su interior.
Sip, tuvieron hijos.
Leo, el menor con 6 años de edad, resultó ser un hombre lobo de nacimiento; mientras que Claudia, la mayor con 8 años, era humana al igual que Stiles.
—¡Claudia!—gritó el humano ya listo y limpio mientras tiraba la manta que tapaba a su hija en la cama.—¡Vamos preciosa, a levantarse! ¡Hoy es el día!—Se alejó de la cama mientras abría las cortinas y las ventanas, dejando que el brillo del sol iluminará más la habitación.—Que gran día. Casa en medio del bosque, sol cálido y muy pronto estaremos en el campo con todos los demás—dijo con su alegre e imperativa voz.
—¡Aaahh Papi!—se quejó mientras volvía a recoger su manta y taparse de la luz.
—¡Papi nada! a levantarse, hermosa—camino hacia su hija y destapó otra vez la manta para empezar los cosquilleos a su hija mayor.
Claudia empezó a reír y a removerse de la manta, Stiles seguía con las cosquillas compartiendo la alegría con su pequeña.
Mientras tanto Derek...
—Arriba, campeón—sacudió suavemente a su pequeño hijo, quien lentamente abría los ojos color miel que heredó de Stiles. Eso le encantó a Derek.—Hoy iremos al campo con tus tíos y tías, vamos a jugar y a entrenar.
