Can we try it again?

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Words don't come easy to me
How can I find a way to make you see I love you
Words don't come easy
Words don't come easy to me
This is the only way for me to say I love you
Words don't come easy

 Words - Fr. David

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(Los recuerdos están con cursiva)

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| Levi |

Hoy es un día importante, bueno, más que todo para Erwin ya que después de largos meses de trabajo intenso con el arquitecto logramos terminar este magnífico lugar, es el primer día del restaurante café. Y aunque estaba vestido con un traje negro aceptable para esta fecha no me encontraba del todo concentrado. Erwin advirtió sobre mi estado y me dijo que no habría problema si yo no asistía pero no lo iba a dejar solo.

Así que aquí estoy. Parado como un zombie esperando que ya tomen la maldita fotografía para el periódico y que el maldito cejón corte la puta cinta de la puerta.

Hoy estoy más desgano que de costumbre.

Se hizo los actos protocolares y abrimos las puertas, todo estaba impecable y como habíamos planeado, con las decoraciones que habíamos quedado, los manteles limpios, las ventanas relucientes y la iluminación perfecta con nuestro personal contratado esperando a la clientela que próxima tomaba asiento en las mesas.

Erwin, Hanji y yo tomamos asiento en una mesa que estaba cerca de un ventanal y nos ofrecieron la carta. El rubio dijo que al menos por hoy él deseaba ser un cliente y disfrutar un poco después de todos estos meses de ocupación.

Intenté relajarme como él pero lo cierto es que cierta castaña a nuestro lado no ayudaba para nada porque si seguía chillando como una cerda terminaría llevándola al Matadero Levi.

— Leviiiiii, ¿No invitaste a Eren a la apertura?

A veces amo su puta honestidad y delicadeza.

— No.— observé el menú viendo que habían puesto profiteroles de crema. Me recordó cuando Eren me hizo de esos aunque eran demasiado azucarados.

— ¡Pero enanííínn, tu extrañas a Eren!

Intenté rezar a los santos del cloro que me dieran la paciencia suficiente para no romperle la cara ahí mismo. Solo atiné a soltar un suspiro y contar hasta 3 mentalmente. Hanji sabe que no soy alguien de expresar pero viene y me jode con el tema.

— Levi...

La verdad es que no me sentía para nada bien, debería estar entusiasmado y todo eso pero lo cierto es que no lo estaba, ver a esos camareros con el mismo uniforme que llevaba Eren me hacía sentir nostálgico. Por lo general no suelo demostrar mis emociones porque intento mantener la apariencia de un hombre fuerte, responsable que era. Pero mis emociones intentaban hacer lo que les apetecía en mi cuerpo y eso no estaba bien.

— Hanji,—dejé el menú a un lado y volví a suspirar para luego contener el aliento,— te voy a pedir que por favor te calles, no menciones a Eren, joder.

Esta vez hice algo muy diferente de lo usual y me di cuenta yo mismo cuan afectado estaba del tema por la manera en la que Hanji y Erwin abrieron los ojos grande, sorprendidos, alarmados y se quedaron en silencio. Tuve que hacer un esfuerzo descomunal para no venirme abajo en ese momento, porque si, si me dolía.

— Lo siento...

Y así tan pronto como nos habíamos sentado en aquella mesa me paré y tomé rumbo hacia la salida, mis amigos no me pidieron que me quedara, pero imagino que prefirieron que me tome mi tiempo solo. Ahí de nuevo, una sensación amarga concentrándose en mis ojos y palabras que no salieron de mi garganta. No soy un hombre de hierro como las historias de los cómics, pero simplemente era un ser humano como cualquiera que ríe, llora, anhela, sueña, quiere, ama. No soy una puta máquina.

Buscándote En Mi Nueva VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora