—Sí, claro. Mi padre es agente, yo le preguntaré. —afirmé.
Al día siguiente del yate, Ali y yo íbamos a ir, de nuevo, al centro comercial, pasar la mañana de tienda en tienda y comer en un italiano.
A última hora, Connor se decidió a venir con nosotras, podría decir que me molestó que nos cortara el plan de chicas que habíamos preparado, pero, realmente, no me molestó en absoluto; es más, su compañía era siempre agradable.
Justin no vino ese día, iba a ver a James al taller de su padre, ya que hacía mucho tiempo que no hablaban como antes y sentía que su amigo le necesitaba, aunque yo sabía que él también necesitaba a su amigo, por lo que me alegré de que se volvieran a ver.
—Muchas gracias, Eden. —me agradeció Connor.
Al parecer, y para mi sorpresa, Connor quería formar parte del cuerpo del FBI y me había preguntado sobre qué pasos debía de seguir al respecto para conseguirlo.
—No hay de qué. —le sonreí.
Mientras los dos tortolitos caminaban de la mano y yo me mantenía al margen de su conversación; el estruendo que provocó mi móvil al sonar, les hizo desviar la atención del uno al otro y me miraron al sacar el móvil de mi bolso. En la pantalla de mi móvil apareció el nombre de Justin, me mordí el labio inferior, descolgué e inevitablemente sonreí al escuchar su voz al otro lado de la línea telefónica.
—Hola, preciosa. —de fondo se escuchaban los cláxones de los coches, por lo que supe que estaba caminando por la calle, fuera del taller.
—¡Hola! —exclamé al contestar. —. ¿Qué tal James?
Ya me imaginaba a Justin cruzando la calle, esquivando a los coches que la abarrotaban, con una de sus manos sujetando el móvil y la otra metida en sus vaqueros negros. Sexy, fue todo lo que mi cabeza pudo pensar.
—Ha sido una mañana larga... Ya sabes, teníamos mucho de lo que hablar, pero... Prefiero contártelo en persona. —me explicó.
—Pero... ¿No vais a pasar el día juntos? —le pregunté.
—Vaya, mi princesita no quiere que su príncipe esté con ella. —no pude evitar reírme.
—No, no es eso, claro que no es eso. —repetí nerviosa frunciendo el ceño.
—Estoy subiendo al coche, en un momento estaré en el Downtown. ¿Puedes esperarme en la entrada de GAP, por favor? —me preguntó.
—Sí, claro. —dije al mismo tiempo en el que asentí con la cabeza.
—Te quiero. —le contesté con la misma frase y después de sonreír, colgué la llamada.
JUSTIN
—¡Hey, Señor Duhamel! —nos dimos un apretón de manos, seguido de unas palmadas en la espalda en modo de saludo. —. ¿Dónde está el maldito James? Hace al menos quinientos años que no veo al cabrón de su hijo. —le informé y ambos reímos.
—Abajo, cómo no. Se va a alegrar muchísimo de verte. —vaya mariconadas me decía el tío.
Bajé las escaleras rápidamente y me encontré, como siempre, a James debajo de un coche.
—Levántate, cabrón. —James asomó la cabeza por debajo del vehículo y me miró.
En cuanto me vio, salió de ahí, dejó la herramienta que estaba utilizando sobre el suelo, el sonido al chocar contra este fue estridente y casi doloroso para mis oídos, maldije por lo bajo. Se levantó limpiándose las manos en el pantalón de su uniforme de trabajo.
ESTÁS LEYENDO
ÉL - Un Verano En California [US #1#]
Novela JuvenilLos polos opuestos se atraen, pero... ¿quién elimina la opción de que los polos iguales también lo hagan? Completamente diferentes, pero; jodidamente iguales. Así eran ellos. Su alma era negra y su vida demasiado atormentada como para saber a ci...