Capítulo 3

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Estaba en blanco, no podía creer que no iba a realizar mis sueños por culpa de un repulsivo humano, por más que lo intenté, por más que me calmé, di media vuelta,  y con el rostro lleno de lágrimas atravese la puerta principal de la escuela  escuchando a lo lejos los murmullos de la multitud.

Las gotas de lluvia comenzaban a crear una melodía sobre mi cabeza, la tristeza me abrazaba,  en ese momento solo quería acabar con todo, gritar, correr, desahogar lo que sentía por dentro, el puente más alto se veía tentador, lo quería hacer, terminar conmigo sin piedad o perdón,  cada día era igual.

Los recuerdos de un feliz pasado me envolvían con una sensación de ahogo, mientras chapoteaba al correr. Mi padre me dijo mil veces que no lo lograría,  no puede ser que tuviera razón,  debía hacer algo, pero qué?.... solo me odiaba en ese momento por no ser como alguien más,  alguien que ama.....

-No lo hagas- dijo una voz en mi interior en aquella playa,  mientras guardaba rocas en mi bolso. -Solo les darás un gusto- repetía en mi cabeza.

El furioso mar me llamaba, debía hundirme en el.

-Clark!- escuche a lo lejos....

Entonces desperté, en aquella orilla,  mi bolso no estaba,  escuchaba voces a mi alrededor, todo era confuso, un chico me decía cosas pero no podía decir nada, mi ropa estaba húmeda,  realmente lo había hecho, intente matarme, despegar mi alma de mi cuerpo.... el me salvó.

-Me escuchas? - dijo exaltado, a lo que asenti -¿Qué pasó? ¿por qué querías ahogarte ahí? - ... se limpiaba las gotas de lluvia de la cara mientras me cubría con un paraguas.

-Est......- Y fue ahí cuando rompí a llorar, el chico sobo mi cabello.

-Entiendo, ya pasó -

-Gracias por salvarme- Susurre.

-te vi recogiendo las rocas y no creí que fueras capaz, pero luego te desplomaste en el suelo y el mar te arrastró, si no llegaba a tiempo.....-

-Hace frio- Mi cuerpo temblaba.

-Por favor déjame llevarte-

-Gracias,  pero has hecho demasiado- dije mirando a sus hermosos ojos color miel.

-Por favor?- Sus ojos eran tan dulces.

-Vale ... ni una palabra de esto a mi madre, te debo una....- No sabia su nombre.

-Sam -.

Sam...

QUE PORQUERIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora