Ella tenía unas características de un conejo de prado, como orejas largas y puntiagudas, patas de conejo, y una colita esponjosa. Parecía tan real, que por "accidente" le tome una de las orejas, tenía una textura algo rugosa, pero suave al mismo tiempo *Toque una oreja de mi mascota – Ella se sonrojo un poco, hasta se acercó a mí, tenía un leve olor a zanahorias y pasto recién cortado... Suplico que le dejara la oreja, y al darme cuenta que estaba haciendo, abrí mi mano.
Embobado, escucha una melodiosa voz, talvez coreada por unos ángeles. Ella no era de este mundo, estaba claro, pero vi en ella lo que significaba Venus para mí. En verdad estaba pasando?
Hasta que volví a la realidad, Ella estaba enojada por lo de antes, caminaba demasiado rápido para mí, pero le pude seguir el ritmo, Le pregunte porque se había enojado por eso.
- Para mí, mis orejas son un tesoro invaluable de mi especie, para que tú lo manches
Le pedí perdón, por todo el camino de regreso, hasta que llego a su casa. Dijo que no podía entrar, ni menos mirar, Yo no tenía lugar para quedarme por la noche, pero ella tumbo la puerta en mi nariz antes de que pudiera decir algo. De esa manera tuve que quedarme pidiendo entrar para no morir de frió...
Cuando abrí los ojos, ella estaba sentada en frente mío, me dio una manzana que ella tenía en su alacena.
- Te ayudare a buscarla, pero después de eso, te vas de aquí
Me levante y pare rumbo a seguir buscando a Aldara.