Este capítulo es especial, quiero dedicárselo a un amigo que conocí gracias a que leyó esta historia y que el día de ayer cumplió años. Feliz cumpleaños PabloVene (que por alguna razón no puedo mencionar su usuario)
Contado por Tyler
Aroma de flores de menta... que caiga una fuerte tormenta
Escuché decir a una chica que no conocía. Era una hechicera al igual que Israel y Justin. El cielo que se encontraba completamente despejado se tornó gris, se escuchó un gran estruendo al momento de comenzar a caer un rayo y comenzó a llover.
Después de eso la chica sacó su varita, pronunció algo y desapareció dejándome solo en este lugar que no conocía.
Cerca de mi había una estructura que diría que es una pirámide, aunque la verdad era que no estaba seguro ya que no conocía casi nada de este mundo de los humanos, excepto por las fiestas y el sexo.
Pude notar que había personas sobre la pirámide y debido a la lluvia comenzaron a retirarse.
No sabía que podría hacer, ni como diablos llegué aquí. Asumía que esa chica me trajo a este lugar ¿Pero por qué?
-Hola chico -mencionó un hombre que apareció de la nada y me asustó.
-¿Quien es usted? -pregunté con una voz mas temblorosa de lo que quisiera.
-No importa quien sea yo, lo importante es ¿Quién eres tu? ¿Ryan o Tyler?
El hecho de que supiera mi nombre y el de mi hermano debía ser suficiente como para correr por mi vida en este momento, pero si me trajeron a este sitio antes la chica que lo hizo podría volver a hacerlo.
-Soy Ryan -mentí.
-Eres el chico que sale con el ángel ¿No es así?
Asentí mintiendo otra vez.
-Bien, sigueme -mencionó comenzando a caminar, y aunque algo dentro de mi me decía que debía marcharme decidí seguirlo.
Se dirigía hacia la piramide y comenzamos a subir a ella. No era nada fácil, ya que debido a la tormenta el agua que caía por las escaleras era suficiente para hacer que alguien resbalara y con esa caida llegarían hasta el suelo.
Con suma dificultad logramos llegar hasta la cima, ahí se encontraban algunas personas que podría asegurar que nos estaban esperando.
-Que bello es México -mencionó el hombre mirando a su alrededor.
Yo no dije nada, permanecí observando a los que ya estaban aquí. Ellos hicieron que mi desconfianza aumentara.
-Cuentame ¿Qué se siente ser un chico y que no puedas amar a quien deseas solo porque él también es un chico? Me parece algo injusto ¿No?
Asentí simplemente un tanto confundido pero despues recordé que le dije que yo era mi hermano, o sea el hermano gay, pero para la mala suerte de los chicos yo no lo era.
Yo no sabía a la perfección todo eso de la relación de mi hermano. Pero de lo que estaba enterado era que Angel tenía permiso de estar con el. Al parecer él no sabía de lo que estaba hablando.
-No te gustaría poder ser feliz con él, que pueda decirle a todos los ángeles que te ama, que puedan unirse para siempre, poder intimar con él.
Iluso, ese par de chicos ya han intimado, parecen maquinas sexuales, solo porque ellos no pueden tener ángelitos de lo contrario ya hubiesen repoblado ambas ciudades. Y se que comenzaron desde hace tiempo cuando durante un par de días Angel caminó un poco raro y después lo escuché decir -o gemir, mejor dicho- ciertas cosas en una ocasión que pasé por su habitación y me lo confirmaron ¿Quién lo diría? Yo hubiese apostado que Angel sería quien le daría a mi hermano que se ve mas delicado, y no al revés. Supongo que con los gays no siempre es lo que se aparenta.
