Capítulo 10

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Costo, pero logro conseguir una estancia en condiciones con habitaciones para los cuatro. Se trataba de una posada al estilo cabaña muy humilde, pero era mejor que nada. Se obligó a quedarse adentro y esperar a sus compañeros, rezando porque vinieran con bien.

Finalmente, los tres aparecieron.

Los vislumbro por la ventana y corrió a la puerta para abrirles, después de quitar los métodos de seguridad.

— ¿Chicos, están bien?

La iluminación era pésima, así que debió acercarse más para verlos claramente.

El que iba adelante, Killua, traía la cara gacha y lo rodeaba un aura peligrosa. Daba la impresión de que estaba en su modo asesino, con la mitad de su rostro oscurecido y los labios sin sonrisas, extremadamente serio. Su mirada lo preocupo, tanto como ver a Alluka en sus brazos, aparentemente dormida, sin daño alguno por lo que pudo apreciar. A su lado, venia un Gon de lo más silencioso.

— ¿Gon?... ¿Killua?... ¿Qué ocurrió?

Killua pasó de él, ignorándolo. Entro a la posada y busco un lugar para acostar a su hermana, lo hallo en el primer cuarto a su disposición y se encerró adentro, asegurando la puerta, dando a saber que no quería compañía.

— ¿Le paso algo a Alluka?— Kurapika le pregunto a Gon.

— El la noqueo— informo el pelinegro, para romper el silencio— Tuvimos algunos problemas— Gon miro al rubio dudosamente para después susurrarle en secreto: — Él no quiere que Alluka te haga otra petición.

Kurapika no lo entendió, solo podía sentir una gran contrariedad instalada en su garganta.

— Lo que paso fue...

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"Como Killua había dicho, el que nos amenazaba era Illumi, un hombre alto de cabello oscuro, acompañado de Hisoka.

Illumi le dijo algunas cosas que no alcance a entender, tal vez asuntos de hermanos, y cuando dejaron la charla sentí que debía ponerme en guardia. Su hermano me miro con sus tétricos ojos y me dijo: "Tú no tienes derecho a ser amigo de Killua. Un asesino no necesita amigos".

Eso me enfureció mucho y ataque sin pensar. El logro esquivar mis golpes y tuve una idea; saque mi caña y arroje la tira al árbol detrás de Illumi, corrí para darme impulso y salte casi cinco metros. El trato de ver mi trayectoria pero la luz del sol se lo impidió. Aproveche para manipular el viento a mi favor y darle una patada en la cara.

Cuando volví a tierra, del otro extremo donde salte, Killua me grito alarmado. Sin darme cuenta había aterrizado justo al lado de Hisoka, quien se reía, parecía divertido de verme golpear a su amigo. Me dijo "fruta inmadura" y otras cosas con una mirada muy rara.

Nos miramos, pensando en nuestro siguiente movimiento. El no dejaba de sonreír y me sentí vencido a primeras, pero no iba a rendirme.

Mire hacia Killua, casi olvidándome de que lo había dejado solo con su hermana. El y ese se hombre de cabellos negros estaban discutiendo. No pude escuchar nada desde tan lejos hasta que Killua grito furioso:

— ¡No la trates de monstruo, Illumi!— Killua retrocedió, poniéndose en frente de Alluka— Yo la quiero. Si te atreves a atacarla, dejaras de ser mi hermano. ¿Libertad, dices? Solo piensas en controlarla como a tus títeres de aguja. Y me quieres a mí para tener seguro, ¿no?

— Solo tú puedes calmarla. Y no pretendas inocencia, Kill. Tú eres quien más sabe de Alluka, los secretos de sus reglas. Sus condiciones excepcionales son para ti. Te prometo...Que si llego a descubrir que, por este "amor", eres la excepción a todas las reglas de su poder tomare medidas.

Romance de VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora