— Así que te enteraste...
— El mismo príncipe vino a decírmelo a la cara, papá. Era algo difícil de ignorar, si me lo preguntas.
— La reina quiere que estés presente, Janett.
— ¡Pues claro qué quiere, papá! Mira a mi espléndido hijo de la mano de una maravillosa doncella que no eres tú. — mi padre no pudo evitar reír.
No tenía ninguna gracia, he de decir.
— Al haberte ido del castillo sabías que tarde o temprano Frederick iba a casarse y no exactamente contigo, cariño.
— Lo sé, papá. Solo no esperaba que él viniera a decírmelo, ni siquiera esperaba que me tomaran en cuenta, creí haber dejado claro que no iba a pisar nunca más ese lugar ¿Por qué no simplemente me dejan en paz? — me restregué la cara con las manos, mis ojos picaban y sabía que era cuestión de segundos para que algunas lágrimas lograran romper la barrera y llegarán a ser libres.
— ¿Quieres un consejo de este viejo? — solo asentí de forma afirmativa, mi padre se acercó a mí, levanto mi rostro con sus manos y secó algunas lágrimas que habían logrado escapar. — Déjalo ir, deja ir a la realeza y empieza a pensar en ti. Esta bien que los recuerdes, formaron gran parte de tu vida pero no puedes quedarte estancada en el pasado, princesa. — dejó un beso en mi cabeza y fue a descansar.
¿Dejarlos ir?
¿Dejar ir a Frederick?
¿Cómo dejas ir al amor de tu vida?
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My Centenary Love
RomansaEmpezó como una fantasía, como un sueño. - ... Porque si hablamos de belleza, Janett tu eres lo más bello e inexplicable del universo. Pero el tiempo pasa y los sueños cambian. «Y así, ambos se unen en un beso, donde unen más que labios, unen alm...