❛ love me a lot. ٬٬ ❪❪ saeyoung choi. ❱

Parte única.♡

—Dios, ¿vas a dejar eso de lado? –Seven parece ignorarte–. Hey, Seven. Te estoy hablando.

El chico voltea la cabeza hacia tu dirección, con un notorio cansancio en sus ojos. Alza una ceja inquisitivamente, para después volver a fijar su mirada y atención en el ordenador que tiene frente suyo.

Haces una mueca. La "estadía" de Seven en el apartamento se ha basado en silencios incómodos, en miradas enojadas, en respuestas frías y en ordenadores por todos lados. Colocas los ojos en blanco y das media vuelta para dirigirte a tu habitación.

El móvil vibra ligeramente, indicando un nuevo mensaje: “Yoosung★”.

Decides abrir el mensaje mientras te sientas en el borde de la cama, para luego echarte hacia atrás.

“Solo te hablaba para saber cómo estás y cómo está Seven. No responde los mensajes y me preocupé. ¿Sigue contigo? T_T”

Resoplas. El pelirrojo llevaba ya un buen rato ahí contigo, minutos, e incluso horas... Pero aún así, con todo ese tiempo "juntos", no habían podido mantener una conversación por más de 2 minutos.

De cierta forma, aquella actitud de Seven te hartaba y te ponía nerviosa. No sabías qué pasaba exactamente por su mente, ni qué sentía, ni cómo estaba. Lo único que sabías con certeza es que estaba ocupado y probablemente estresado.

“Está bien ^^ ... Lleva horas en el portátil... He intentado sacarlo de ahí, pero no parece ceder tan fácil. He pensado en romper el pc pero eso significaría ponernos en más peligro lol”

Envías el mensaje y te quedas mirando el techo por unos segundos. ¿Qué pensará Seven?, ¿qué es lo que lo tiene tan "atormentado"?, ¿por qué no abre sus sentimientos? Si tan solo supieras...

La habitación se torna oscura y se llena de un silencio casi lúgubre. Está anocheciendo. Suspirando, cierras los ojos mientras escuchas el leve "tic tac" del reloj de la sala principal.

El móvil vibra un par de veces, pero decides ignorarlo y pronto empiezas a sumirte en un sueño profundo.

(...)

Un golpe sordo te hace abrir los ojos de inmediato. Te levantas rápidamente y sales al pasillo. Las luces están apagadas, y no se ve casi nada a excepción de las luces producidas por las pantallas de los portátiles de Seven.

Buscas con la mirada al dueño de aquellos aparatos pero no lo ves en ningún lado. Escuchas un leve quejido que proviene de la cocina, y algunos sonidos de platos moviéndose.

—¿Seven?

Otro quejido más.

—Seven... ¿Estás bien? –te mueves hacia la cocina, donde la luz tenue de la luna llega a través de la ventana.

Logras acercarte a Seven, quien está con una mano sobre su pecho, en forma de puño. Lo miras a la cara y notas que no está bien.

—Seven, ¿qué... –abres tus ojos como plato al notar que caen gotas de sangre desde la mano de Seven. Sin importar nada, agarras su mano y la examinas: hay un corte más o menos largo pero no profundo en la palma de esta–. ¿Qué pasó?, ¿cuándo fue esto?

—______, no es nada. Sólo... es un corte. –la voz entrecortada del pelirrojo hace que lo mires fijamente. Sus ojos parecen acuosos, como si hubiera estado llorando.

—Oye, ¿estás bien? –pasas tus manos por el rostro del chico. Él asiente ligeramente, intentando sonreír, pero no lo logra. Acto seguido, niega–. ¿Qué pasa?

—Lo siento, _____. –dice suavemente–. Estaba intentando trabajar, pero mis pensamientos no me dejaban tranquilo. Vine por agua, pero rompí un vaso y... pasó esto. –intenta esbozar una sonrisa.

—¿Qué pensamientos?

—Nada, son estupideces. De hecho, debes pensar que soy un imbécil. No puedo creer que dejé que vieras mi lado tonto teniendo un colapso de pensamientos. Debería volver al trabajo.

Seven quita su mano de entre las tuyas, sin importarle nada. Se da media vuelta, pero logras agarrarlo de un brazo.

—Seven. Sé que lo único que me dices es que me aleje de ti. Me repites incontables veces que eres "peligroso", que no me acerque, que voy a salir lastimada. Pero ¿sabes algo? si eso fuera verdad, me lo hubieras dicho desde un inicio; no hubieras esperado haberte vuelto una parte importante de mi vida. No sé si te das cuenta que el daño me lo estás haciendo igual, pero si de verdad quieres que me aleje, dame una última razón. Dila ahora y te juro que te dejaré en paz.

Tu respiración es entrecortada. Las lágrimas amenazan con salir por tus ojos, pero haces lo posible por aguantarlas.

Un largo silencio se presenta entre ambos. Seven voltea hacia ti. Su labio inferior tiembla y sus miradas se cruzan.

—Perdón, _____. Creo que simplemente tengo miedo de dañarte. Siempre creí que yo no merecía tener algo bien con nadie, que lo bueno no estaba destinado para mí. Incluso cuando llegaste, me obligué a ocultar lo que sentía, lo negué y creí que iba a funcionar. Pero veo que para ti eso no funciona. –una pequeña sonrisa aparece en sus labios–. _____, no quiero hacerte daño... Pero realmente tengo sentimientos por ti. Me gustas, ______. E intento amarte cada día más como se me es posible.

—Seven... –sus manos se unen. Están frías–. También me gustas, y sé lo difícil que puede ser para ti esta situación, pero tú sí mereces cosas buenas. Tú sí mereces a alguien que te quiera, alguien que te apoye y esté a tu lado incluso en tus peores momentos, cuando sientas que no puedes más o que vas a explotar. Te amo, Seven. ¿Acaso no recuerdas las mil veces que estuve ahí? No me arrepiento de haberlo estado, y volvería a pasar por todo eso con tal de estar a tu lado.

Abrazas a Seven. Es un abrazo cálido y envolvente. Él pasa sus brazos alrededor de ti y apoya su mentón en tu cabeza.

—Prometo no romperte el corazón. –susurras mientras levantas ligeramente tu cabeza para mirarlo.

—Y yo prometo no romper el tuyo. –Seven besa tu frente, esbozando una pequeña pero agradable sonrisa, para finalmente quedarse abrazado a ti.