Océanos [l.s.]

10

Louis había salido decidido de su casa, más que listo para conseguir un empleo, porque, diablos, no podía estar encerrado en una burbuja toda la vida. Por la puerta estaba Zayn, que lo invitaba con la mirada a decirle lo que estaba planeando. 

—Quiero ser maestro. — Soltó de un momento a otro, Zayn elevó sus perfectas cejas, impactado por lo que leyó en sus labios, no sabía que al castaño le gustaban los niños. El ojiazul no demoró en explicarle, moviendo sus manos al tiempo que hablaba: —Cuando estuve en Los Angeles, había montones de niños que iban a la escuela a hacerse tontos, o que se saltaban las clases, no digo que yo no lo hacía, pero no me gustaría que se convirtieran en personas vacías. Pienso que la educación es muy importante, pero claro, respetaría sus decisiones. Aunque haría de mis clases algo divertido, algo que nadie se quiera saltar. 

Zayn apoyaba completamente a su amigo, él estaba en el último semestre de la universidad, ya estaba a punto de terminarla, y ese era su sueño más grande.

No tardaron en encontrar una universidad privada que necesitaba a algunos normalistas, y Louis quedaba perfecto en ese papel. Él les contó de sus ganas por terminar la carrera, que había abandonado en el último tetramestre*. Tal vez fue porque la mujer encargada vio aquel brillo en los ojos del joven, que lo ofreció presentar exámenes con los jóvenes de su carrera para titularse. 

(La palabra tetramestre se refiere a un periodo de cuatro meses, popularmente le llaman tetra).

Los ojos le brillaron completamente, y dio un rápido sí. Pasó el examen con éxito, él era muy bueno en la educación, a pesar de haberla dejado. Tenía malditos veintiocho años  e iba a terminar su carrera soñada en cuatro meses, no había vergüenza en ello.

Su próxima clase sería en la noche, pues daría las clases en distintos horarios, pero no pasaba de las cuatro de la tarde.

(...)

Su 'primera clase fue todo un éxito. Los chicos que tenían la suerte de estar en una escuela de alto rango lo miraban con curiosidad. 

—Les doy cinco minutos para hacer una pequeña presentación de ustedes mismos en sus cabezas, no espero gran cosa: nombre, apellido, qué carrera estudian y por qué, semestre o tetra en el que van y cuántos les faltan, edad y algún dato random. No pueden ser tan malos en ello. — Fueron sus primeras palabras al entrar al aula, su materia era Autonomía Curricular.

La clase de autonomía era obligatoria, se mezclaban a chicos de distintas carreras y se intentaba formar un ambiente de convivencia mientra les ponían alguna actividad, algunos tocaban instrumentos, otros veían álgebra o biología. Louis, por su parte, daba historia.

Esta clase contaba como su clase de historia también, una materia básica, pero desconocida para muchos. Entre ellos, Louis.

Pasados los cinco minutos, Louis señaló a un chico que se veía mucho más alto que él. —Empiezas tú.

El chico se puso un poco nervioso, a pesar de que era una materia obligatoria, nadie conocía a nadie que no fuera de su carrera. —Mi nombre es Malcom Hordal, estudio gastronomía porque crecí toda mi vida en un restaurante y es bastante fácil, es mi quinto semestre y penúltimo, tengo veintidós años y me gustan la galletas saladas con cajeta. 

Un chico aburrido al parecer de Louis, y unos gustos raros también. 

Lanzó un pequeño avión que había estado haciendo a la mesa de un chico que tenía bastantes cosas en la mesa. 

—Sigues tú, y presta atención. — El chico asintió lentamente, poniéndose de pie como el otro chico no hizo. 

—Mi nombre es Sebastián Jasso, estudio leyes y estoy en el cuarto semestre de ocho, la verdad es que estoy en la carrera por obligación, tengo veinte años y tengo un lunar en la clavícula que tiene forma de pac-man.— Todos soltaron una pequeña risa, incluso Louis. 

Pasaron la mitad de la clase presentándose, hasta que llegó el turno de Louis, después de una morena que lo veía coquetamente, pero él dejaría en claro que no le interesaba el aparato reproductor femenino en el momento de su presentación. 

— Mi nombre es Louis Tomlinson, estudio para ser maestro/psicólogo, por eso recibirán historia-tutoría de mi parte, estoy en el ultimo tetra, tengo veintiocho años, soy gay, y una vez canté en un escenario de un cabaret completamente ebrio, pero todos pensaron que era parte del show. —Todos rieron, algunos sorprendidos, otros no tanto. —No vengo a hacerlos reír toda la vida, pero me gustaría que recuerden este apartado de su carrera como el mejor, y yo lo recordaré de la misma manera. 

Todo iba bien, estaban a un minuto de que tocara el timbre, y una chica hizo un comentario de lo más gracioso. 

— ¿Entonces se la meten?— Louis estalló en una carcajada, dejándolo pasar.

Publico cada un millón de años, oh baby yeah ndea.