21. Lily Pink

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Narra Andrés

―¿En serio no hay problema? ―pregunto a Laura luego de subirme a su BMW blanco.

―Para nada, Andy ―responde sonriente, poniendo en marcha su carro―; además, me encanta poder ayudarte.

―Pero tenía entendido por Adrián que iban a almorzar.

O sé por qué, pero tengo cargo de consciencia.

―Me canceló, dijo que almorzará en la oficina. Tiene mucho trabajo y ya sabes que no me gusta importunarlo, por eso voy gustosa contigo. Y bueno, ya sabes que me encanta serle útil a tu mamá.

Bien, bien, no se me ocurrió decir otra cosa; pero es que básicamente no puedo decirle que necesito ayuda para comprarle ropa interior a Camila. Lo cierto es, que reponerle sus pantis rotos solo es una excusa para no perder la comunicación con ella.

Si, lo acepto, es básicamente una excusa. Me estaba sintiendo mal por Adrián, pero ella nunca me miente, además que mi primo es muy empecinado con el trabajo; sin embargo, debí preguntarle. Además, que solo hago esto porque quiero volver a hablar con Camila como lo hacíamos antes. Lo cierto es que ya no me molesta que peleemos, una extraña manera de comunicarnos pero que en el fondo no se siente mal. Me siento estúpido buscando excusas, pero, ella no me deja opciones.

Lily Pink. Laura sí que sabe. Y bueno, tuve que decirle que eran para una sobrina de mi madre que cumple años y ella me recomendó comprárselos. Obvio se río, pero como que entendió que al final mi madre sabía que le pediría ayuda. No me extraña que sea así, ellas se la llevan muy bien.

Ella estaciona afuera en la zona de parqueo provisional y entra, porque ni loco voy con ella. aguardo y espero hasta que casi media hora después regresa con un paquete muy bonito. Abre la puerta, entra y se acomoda y me entrega, primero mi tarjeta y luego la bonita caja con ropa interior, que asumo debe ser bonita por lo que veo en su publicidad.

―No era necesario, yo pude haberlo pagado ―dice mientras enciende el carro de nuevo.

―No, porque así no me cree que los compré yo. Tengo que llevarle la factura ―me defiendo porque solo yo pagaré por los calzones de Camila.

―Vale tontito ―dice toda risueña y pone el auto en marcha―, ¿Qué tal Crepes & Waffles? Está cerca ―propone y aunque me gusta el lugar, creo que sería mejor pedir para llevar.

―Se nos iría el tiempo en la fila.

―No, que va, es lunes. Encontraremos tiempo.

Se muestra tan entusiasta que no puedo negarme a su petición. Además, que hace bastante al cuidar de mi primo, y sé que será una excelente compañía cuando decidan casarse, y de verdad que cruzo los dedos porque todos los planes que tienen se les cumplan. Adrián lo merece, y aunque antes me frustraba dejar ir a Laura, ahora estoy convencido de que hice lo mejor.

―Será, Crepes entonces ―decido mostrándome muy optimista y ella pone en marcha el carro con una agradable sonrisa.

No como las de Camila que son más agrias, pero extrañamente, me gustan.

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Latte amor✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora