No va a volver a pasar (I)

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Iván le saluda con la cabeza y una sonrisa cuando la ve aparecer en la zona del aeropuerto donde habían quedado. Son apenas las siete de la mañana, pero Aitana está insultantemente guapa para la hora que es. O al menos a él le parece que ha merecido la pena madrugar por verla acercarse con sus ojos verdes aún adormilados pero dedicándole una leve sonrisa de buenos días.

Agradece con una sonrisa el té para llevar que Iván le ha pedido y se acomoda a su lado para tomárselo antes de pasar el control.

Iván comenta con ella por encima los puntos de la reunión que van a tener en Barcelona y Aitana asiente con la cabeza algo distraída. No presta demasiada atención hasta que un nombre aparece en la conversación.

-Creo que lo de la exposición de Cepeda puede ser un buen tema para cerrar el número.

-¿Cepeda?-se gira hacia él sorprendida- ¿Cepeda...?

-El que ganó el premio con aquel reportaje, ¿lo leíste?-pregunta despreocupado.

Aitana asiente con la cabeza aún pensando en si alguna vez Luis le ha hablado de alguna exposición.

-Pues va a hacer una exposición de fotografía mezclada con poesía o algo así me comentó.

-¿Le conoces?-frunce levemente el ceño entendiendo que hay cierta relación entre ellos.

-Sí, desde hace unos años. Antes coincidíamos más.

Aitana asiente con la cabeza en silencio y se ofrece a tirar los vasos de papel de ambos a la basura antes de encaminarse hacia el control.

¿Una exposición? Sabe que por capricho del destino o de un dios maligno que la tiene en el punto de mira, esa entrevista va a caer en sus manos porque sigue el mismo estilo de las que ha estado haciendo hasta ahora para esa publicación.

Aitana se equivoca muchas veces, pero su intención pocas veces le falla. Así que la semana siguiente camina hasta la galería que va a acoger la exposición de Luis y cuya dirección le ha proporcionado su revista.

No sabe por qué esta nerviosa si han pasado una semana viéndose sin apenas esforzarse en poner excusa. O precisamente por eso siente la garganta seca.

Tose levemente y Luis se gira alzando las cejas sorprendido al encontrarle frente a él.

-No me contaste esto-dice Aitana mirando a su alrededor evitando sus ojos.

-No tuvimos mucho tiempo para hablar.

-Siempre hay tiempo para hablar-se encoge de hombros acercándose más a él.

-Así que eres tú la chica de la que Iván habla maravillas. ¿Quieres ver lo que tengo ya montado?

Aitana asiente con la cabeza y le sigue. Mientras pasean, le cuenta que es un sueño que siempre había tenido y que a raíz del premio muchas galerías se pusieron en contacto con él, pero que no quería hacer algo precipitado, sino estrenarse con algo con lo que se sintiera cómodo y se sintiera él.

Aitana toma notas de vez en cuando con algo de frustración. Por no hablar, no tuvieron tiempo ni de hablar de sus sueños.

"20 poemas de amor y una canción desesperada". No es muy original, dice él con una sonrisa mirándola antes de girarse y continuar andando. Aitana no puede evitar mirarle de arriba abajo cuando lo hace y morderse el labio para después suspirar.

La exposición la forman 21 fotos con sus respectivos 21 pequeños textos, frases, poemas. Son 20 poemas de amor hechos foto.

Todas en blanco y negro, en ninguna se ve completamente a la protagonista de la captura, pero no es difícil para Aitana ponerle nombre a los rostros que para el resto de mundo no lo tienen.

Canción Desesperada (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora