capitulo: #3

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Para cuando llegue al ultimo escalón las lagrimas ya empapaban mis mejillas como cataratas. Se escucho un estruendo en la planta de abajo, algo se a caído y se a roto y verdaderamente no me importa.

— ¿ Que debo hacer para que me perdones y volvamos a hacer la familia inseparable que conozco?... Dime que ... Debo hacer... Por que esto... Me esta matando— Dise máx con la tristeza desbordante de su garganta. Y también un nudo en ella atravesada que no le permite hablar.

— Que vas a lograr si todo lo mandaste a volar después de tu estupidez de apostar algo no debido... Que vas a solucionar, nada por que todo lo acabas de mandar a la mierda y con ella mi dignidad y mi felicidad, que no lo entiendes Máx, tu arruinaste toda mi vida ¡TODA! —  Respondo saliendo dispara a mi habitacion, donde nadie es capaz de ingresar al saber que capaz de salir deseando nunca entrar dé nuevo.

— ¡abre la puerta ______!... O te juro que...—

— O me juras ¿que?, ¿venderme pegarme? ¿ que?, ya todo lo as mandado a la mierda, ¿recuerdas?—salte a mi cama cubriendo me con el edredón y las almohadas para ya no escucharlo mas.

— ¡NO PODRÁS EVITAR  POR SIEMPRE _____! — respondió dándole patada a la puerta para no lograr su objetivo y  luego marcharse. Me gire mirando a la ventana. El día se veía gris sin vida en ello, era triste y amargo, me levante  de la cama y me quede contemplando la mañana tan gris y aburrida es como ese mundo en el que no quieres vivir, en el que la felicidad se esfuma en un cerrar de ojos sin siquiera darte cuenta de eso un mundo sin vida. Gotas resbalaban por la ventana señalando lluvia que caía, me aparte de la ventana y me cambie de ropa, un cambio no le hace daño a nadie ademas si mi hermano no iba a hacer nada entonces yo lo haría con mis propias manos.

Abrí la puerta de mi habitacion y baje las escaleras con sigilo, no había nadie a la deriva, y así era lo planeado.

Cogidas mis llaves y la dirección de la casa. Sali por la puerta principal con cuidado de no hacer estruendo.

Detuve un taxi y le dicte la dirección de mi destino. Al llegar le pague al taxista y pinche el timbre de la gran entrada. Alguien respondió a través de un parlante que se encontraba al lado del timbre.

— ¿Si quien es?. No hacemos donaciones— respondió una voz gruesa.

— No e venido a pedir limosna, e venido a hablar con su jefe— la frialdad y el miedo inundaban mi cuerpo de modo que sentía un nudo en mi estomago y mis rodillas temblaban.

— Si, de parte de ¿quien?— pregunto el hombre a través del parlante.

— Soy la hermana de Máx Singer— hubo un momento de silencio de su parte.

— Si adelante— hubo un momento incomodo que se notaba a leguas en la voz del guardia, la gran puerta se abrió, dejando ver un gran jardin repleto de arbustos, flores y e lechos de todos los tipos, bien cuidados, y unas cuantas estatuas de piedra maciza, camine por todo el sendero, hecho de marmol. Al llegar a la entrada de la mansion, sin darme tiempo de tocar. Esta se abrió sin previo aviso dejando a la vista toda la muebleria y pinturas que apenas se lograban ver por la entrada, al entrar quede asombrada de cuan magnifico era aquella manción. Una lampara de araña colgaba del techo, cubierto de cristales y magnificas estatuas se hallaban en casi todo el salón sin contar los cuadros y tapicería que había en todo el lugar. Este mundo no podía ser real, solo daba vueltas admirando todo a mi alrededor. Entonces una mucama me toco el hombro, indicando me que tenia que  ir al estudio donde estaba aquel hombre. Yo solo podía sonrojarme por la escena en la que la mucama me encontro, pero de inmediato obedeci sus instrucciones, y fui por el pasillo al fondo, asta encontrar la puerta de roble, y sin esperar mas golpee la puerta. Los nervios me estaban matando y mi respiración era entrecortada, solo podía morderme la lengua y tratar de mantenerme en pie. "Adelante" dijo alguien tras esta, y yo habría la puerta asomando la cabeza para observar a un hombre de mediana edad no mayor de 40 años, pera algunos cabellos grises resaltaban de su cabello castaño oscuro con algunos rulos, no muchos. El se encontraba detrás de un escritorio de madera, con unas hojas esparcidas por todas partes de este.

— Adelante sienta te—  me indico, y me adentre a la habitacion y tome  asiento.

Mientras el mantenía la vista baja observando esos montículos de papeles.

— Muy bien, a que as venido— pregunto, separando su vista de los papeles. En ese momento no podía articular palabra alguna, la angustia y el temor se apoderaba de mi, y la piel se me ponia como como de gallina.

— ¿ y entonces?— pregunto.

— Eh, yo... Venia ha-hablar con usted— respondo con un tartamudeo en la voz. Pero solo puedo ver a los ojos de aquel hombre. Eran verdes como la esmeralda. Error no tenia que verle a los ojos, mi temor aumento mas.

— tienes miedo de mi ¿cierto?— pregunto enarcando una ceja.

— Sí—

— No deberías temerme, pero vamos al punto. A que as venido—

— A hablar con usted. Sr.Styles— respondo leyendo el titulo que se hallaba sobre la mesa.

— Oh porfavor dime Edward— dise el levantando se de su asiento. Tomando asiento a mi lado.

— Muy bien, ahora vamos al grano, a que has venido— Pregunta.

— Yo e venido a hablar de la apuesta que usted hizo con mi hermano, Máx Singer — Respondo seria.

— Cual apuesta— pregunta quedando pensativo— A la apuesta, si el aposto a su hermana, o sea tu— Responde.

— Exacto—

— Has venido a entregarte, por que tu hermano acordó entregarte dentro de una semana— Responde con tono burlón.

— Yo no e venido a entregarme, yo e venido a negociar— Respondo.

— Pues habla, que tienes para mi— pregunta.

— Pues vengo a ofrecerle una oferta un poco pobre pero es lo único que puedo pagar...— Me interrumpe.

— No, yo no quiero tu dinero— Responde indignado.

— Entonces, que hago para que olvide la apuesta. Por que haría lo que sea para que usted olvide esa apuesta— Respondo suplicante.

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