chapter nine

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Despertarse entre los brazos de la otra no era una sensación nueva para ninguna de las dos, pero lo que sí era nuevo era la falta de ropa que no está ejerciendo su labor de cubrir sus cuerpos. La rubia abre los ojos tras sentir el molesto brillo de los rayos del sol chocando contra su rostro, y es ahí cuando recuerda que la noche anterior estuvieron demasiado preocupadas de otras cosas como para recordar cerrar las cortinas antes de irse a dormir.

Vaya que lo estuvieron...

Los recuerdos de ayer azotan a Alba como un tsunami, dejándola a la deriva y sin saber cómo reaccionar al no poder evitar comenzar a sentir como sube la temperatura de su cuerpo al recordar todas las sensaciones que vivió ayer, las cuales a pesar de no ser completamente nuevas, sí se sentían distintas. Mas intensas. Le robaron la respiración con mayor facilidad, provocaron que sus piernas temblasen, que el corazón se le acelerase... un sin fin de cosas que jamás se imaginó que se sentirían tan bien al momento de dejar que el deseo dictara la toma de sus decisiones.

El pecho desnudo de Natalia subía y bajaba con cada una de sus rítmicas respiraciones contra la espalda llena de pequeños lunares de Alba, quien jugueteaba con sus largos dedos que se posaban en su vientre con la tenue luz del amanecer alumbrando su habitación. Alba creyó que se sentiría incómoda al dormir desnuda con alguien ya que esto era algo incluso más íntimo que follar con la persona que elijas, o que al menos pasaría frío, pero definitivamente no era así. No podía estar más a gusto. Sintió como su acompañante inconscientemente se acercaba más a ella, abrazándola un poquito más fuerte, y fue ahí cuando la chica más baja notó que, quizá, su mejor amiga estaba reviviendo los mismos acontecimientos que ella dentro de sus sueños.

Y no había evidencia más clara que su polla chocando contra la zona baja de su espalda, y los movimientos de la cadera de Natalia, quien probablemente aún dentro de su mundo onírico intentaba buscar un poco de alivio.

Alba debatió internamente todas sus opciones. Podía levantarse y hacer caso omiso a la situación entre sus piernas, la incómoda humedad que comenzaba a aparecer dejando todo en las manos de una larga ducha para tranquilizarse, para más tarde vestirse con ropa cómoda e ir a preparar el desayuno. También podía cerrar los ojos e intentar dormir otro par de horas, ya que sin duda las necesitaba, hasta que su madre llegara del trabajo. O, sencillamente, podría girarse para quedar cara a cara con la chica que aún duerme abrazada a su cintura, comerle la boca y dejar que los recuerdos de la noche anterior no se quedaran en solo eso, no, que los volviesen a repetir para refrescar su memoria y que permanezcan allí aún con claridad.

Es por eso mismo que dejándose llevar una vez más por el deseo que comenzaba a quemarla desde el rincón más mínimo de su cuerpo, que lentamente se giró y quedó frente a frente con su mejor amiga, quien tras sus acciones intentó de forma fallida retomar su agarre en su cintura y así volver a apoyar su frente contra la piel desnuda de su hombro. Un tierno puchero se formó en el rostro de Natalia junto con un ceño fruncido, que dejaba entrever su inconformidad con la lejanía tan repentina. Por otro lado, Alba no pudo evitarlo y mientras mordía con fuerza su labio inferior, se permitió echarle un repaso al cuerpo desnudo de la chica que aún dormía. Contempló su anatomía tal y como llegó al mundo, dejando sus ojos por un poco más de tiempo sobre su abdomen marcado y una fina linea de vellos que descendía hasta su excitado miembro, y se sorprendió un poco al darse cuenta de que la situación no le incomodaba para nada, es más, debe admitir que la ponía a mil. Recordó como éste mismo, tan solo un par de horas atrás, palpitaba entre sus dedos mientras ella se encargaba de regalarle placer al primer tercio con su boca.

Recordó los gemidos de su mejor amiga, la forma en la que su mano se perdió dentro de su cabello para jalarlo a medida que los minutos transcurrían, como ella se tensó cuando el orgasmo la abrazó... pero también recordó otras cosas. La forma en la que Natalia se había escondido en su cuello producto de su característica timidez a penas Alba volvió a recostarse a su lado, como se disculpó por aquello a pesar de que ella misma le había pedido que se corriese en su boca, utilizando esas las mismas palabras. Como se aferró a su cintura y juntó sus cuerpos, no dejando ni un centímetro de distancia entre ellas, y como ella misma se quedó dormida sintiendo cosquillas por la respiración de la chica del cabello oscuro en su cuello.

Remember everything will be alright || (Albalia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora