P43: Son de paz.

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Danna inspiró profundamente y luego dejó escapar el aire de sus pulmones de manera lenta.

Todavía le seguía doliendo cada centímetro del cuerpo pero cada vez que veía a su bebé más de diez segundos todo rastro de dolor desaparecía. Llevó su atención al electrocardiógrafo a su lado al mismo tiempo que la puerta de la habitación se abría suavemente atrayendo su atención.

Sus ojos se quedaron fijos en el recién llegado y negó un poco.—Lo siento…

—Papá…no.—anunció en medio de un susurro.—Por favor hoy no…

—No quiero discutir o reprocharte nada, Danna.—la voz de Renato Francis salió de sus labios como un susurro y el corazón de Danna se aceleró de inmediato.

—¿Entonces que haces aquí…?—preguntó en voz baja.

—Vengo en son de paz. Yo…solo quería verte…—anunció.—Sé que debes estar pensando lo peor de mi y para ser sincero, no te culpo…de hecho creo que te comprendo perfectamente bien porque al final de cuentas entiendo que fui el peor padre que te pudo haber tocado…y me di cuenta en estos meses que estuviste lejos de mi…—indagó sin apartar sus ojos de los de la castaña.—Pero al final de cuentas tenías razón…

—¿En que se supone que tenía razón?—cuestionó en voz baja.

—Pues en todo en realidad.—respondió.—Lo comprendí en el momento en el que me enteré que habías sido mamá...

—¿Cómo te enteraste?—le preguntó ella.

—Erito me lo dijo.—Danna asintió lentamente.

—Papá...

—Sé que vas a ser una excelente madre y que vas a educar a tu hija de la mejor manera…Erick y tú lo van a hacer bien, quiero decir…—Danna se quedó en silencio un momento.

—Espero que si.—anunció ofreciéndole una pequeña sonrisa.

—¿Sabes una cosa? No es que pueda decir que soy un tipo ejemplar o algo que se asemeje con eso en realidad pero siempre traté de hacer lo que consideraba que era mejor para ti, cuando eras una niña quiero decir porque después creciste y comencé a mirarte como una proveedora de ingresos para que mi fortuna creciera, lo tengo que admitir…—hizo una pausa.—Y de alguna manera no terminaba de comprender el daño que esta haciéndote. Y…—soltó una risita irónica y negó un poco.—mis dos hijos me odian y soy el culpable de eso...

—Las cosas con Chris no iban a ser fáciles de cualquier manera después de todo lo que pasó entre ustedes—le dijo ella sin dejar de mirarlo.—Le hiciste daño, papá.  Humillaste a demasiado a Christopher y era obvio que las cosas con él no iban a ser fáciles de ningún modo…

—Yenny nunca me dijo que estábamos esperando un hijo, si ella me lo hubiera dicho entonces yo…—suspiró.—Supongo que ya no tiene sentido…

—Si lo hubieses sabido entonces te hubieses quedado con ella; lo sé.—susurró la chica.—Y Christopher hubiese estado al frente de tu empresa desde el principio…

—Danna…—ella negó lentamente.

—Sé como es esto, de verdad.—respondió.—Y bueno…ahora lo tienes; así que supongo que si quieres que las cosas entre ustedes mejoren entonces vas a tener que poner de tu parte…ambos quiero decir: tú para enmendar tus errores y Chris para lograr perdonarte…—le explicó en voz baja.

—Creo que si…

—¿En donde está mamá?—cuestionó en voz baja. Renato se quedó en silencio un segundo.—Renato…

¿Sera porque te amo?||Erick B. Colón.|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora