Di que me recordarás - Justin Bieber y Tu. [2nda Temporada]

Era él- [ Capítulo 4]

Capítulo 4.

Volví a soñar que él me desnudaba. Volví a soñar con sus manos acariciándome la piel, volví a soñar con Justin.

Tal vez debía acudir a un especialista y confesarle que seguía escribiendo cartas sobre él. Seguía haciendo como si tuviera una relación con él. Era jodidamente doloroso.

Ocho de la mañana. Calle Harcour Street, Dublín.

Una maldita calle con todas las casas iguales, exactas, con flores de colores colgadas de unas farolas pintadas de negro que quedan perfectamente compaginadas con el tono de las casas. Era una maldita calle de diseño en la que una desearía vivir si tuviera el suficiente dinero como para poder permitirse seméjate alquiler mensualmente. Ahí estaba mi editorial.

Había empezado a llamarla mía desde hace unos días, cuando me dije a mi misma que ese era mi nuevo hogar y que debía olvidar mi acento español, mis ganas de comer jamón y mis orígenes instintivos que me hacían mandar a la mierda a cualquier persona que no pensara como yo o como a mí me parecía que se debía pensar. “Me tengo que reprimir” me dije a mi misma.

Hoy empezábamos con el nuevo jefe y había reunión a las ocho y cuarto. Karen me había sugerido el vestido color berenjena que me hacía los pechos grandes, según ella era el mejor vestido que me había podido comprar en la vida. Me daba vergüenza y pavor enseñar mis curvas, mis quilos de más o mis centímetros de menos. No era una persona perfecta y me daba vergüenza enseñar mis imperfecciones.

Las escritoras podemos crear personajes con super-autoestimas que no tienen miedo de nada, nunca tienen miedo a enseñar sus kilos de más y de decirle al chico que tiene ganas de un revolcón matutino y eso a mí no me pasaba. Nunca me había pasado.

-El nuevo jefe esta en la plantilla- me dijo Karen animada.- No he podido ver quien era pero según Reen, la de la quinta planta es un hombre muy guapo!

-¡Ya tocaba alguien guapo! – Exactamente Marcus no era un hombre muy atractivo a mi parecer. Las canas le salían por los laterales de la cabeza y los botones de sus camisas parecían torturados por su gran tamaño. Era un hombre algo mayor con problemas de peso aún que nadie negaría que era un buen hombre.

Una sala con más de treinta empleados reunidos en una gran mesa directiva con siete escritores presidiendo la mesa en la que me encontraba yo. Quince sillas de color negro perfectamente colocadas con algún que otro Mac encendido, esperando ser aporreado por los publicistas, representantes e editores de nuestra editorial. Ni rastro del nuevo jefe.

-Llega quince minutos tarde- anunció su secretaria. Era pelirroja, con unos LV anunciando sus pasos y una falda de tubo que le hacía parecer diosa de Olimpo.

Y ahí estaba yo. Sentada en tercer lugar, con un vestido que no merecía a una dueña tan impaciente e movida que estaba desgraciando los bajos perfectamente planchados de este.

-Es nuevo y encima llega tarde, vaya vergüenza de jefe- se me ocurrió decir a mi en mal momento.

Justo en ese momento unos zapatos demasiado caros traspasaron el marco de la puerta y me hicieron estremecer. El nuevo jefe había sentido mis palabras.

-Siento mi tardanza señorita McLane- dijo el jefe.

Esa voz. Su voz. Subí la mirada rápidamente para encontrarme con unos ojos color miel que sonreían con complicidad. Era él.

Karen había dejado de teclear y yo prácticamente había dejado de respirar. No sabía cómo reaccionar ante tal situación.

Con un elegante gesto se sentó en la silla que presidía la mesa. Todos se habían callado ante su llegada y sabía perfectamente que aun que ese fuera Justin Bieber, el cabrón que me había roto el corazón, yo no podía reaccionar así ante un jefe.

-Soy Justin Bieber. Vengo desde LA para recuperar esta editorial y sacarle provecho a esta sin tener que despedir a ningún empleado. Estáis en el punto de mira y no deseo tener que prescindir de nadie así que espero que sigáis haciendo vuestro trabajo tal y como lo habéis hecho siempre.- dijo él en un tono neutro.

Era el maldito tono que usaba siempre que se convertía en un empresario de hielo. Había usado más de una vez ese tono con algunas personas en el instituto pero nunca conmigo y realmente se me hacía raro escucharlo hablar así. Era una novedad que no me gustaba experimentar.

Creía que me había librado de ese hombre, de esa pesadilla vestida de dios griego que me hacía enloquecer pero aquí estaba. Ahora era mi jefe.

 AL FINAL ME HE DECIDIDO POR SUBIR DOS CAPÍTULOS CORTOS YA QUE NO SÉ SI PODRÉ SUBIR LA SEMANA QUE VIENE -QUE LO MÁS SEGURO ES QUE NO...- Y ESPERO QUE OS GUSTE!

A PARTIR DE ESTOS CAPÍTULOS SUBE EL TONO DE LA NOVELA ASÍ QUE SI A ALGUIEN NO LE GUSTAN ESAS COSAS, NO SE SIENTE COMODA O NO LE DEJAN LEER ESO PUES PREFIERO AVISTAR! 

ESPERO QUE OS GUSTE, ESPERO COMENTARIOS Y VOTOS Y NADA MÁS! GRACIAS POR DEDICARME UN TIEMPO! 

Atentamente: heyisjustinbieberx

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