Capítulo 25 "Dos chicos"

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Ha pasado un mes en el que no he sabido nada de Nathaniel. He entrenado con mi padre en casa, esa ha sido la condición de mamá, también he entrenado con Adam para reforzar y practicar lo aprendido. Le he preguntado a papá un par de ocaciones el paradero de Nath y solo ha evadido la pregunta, he intentado sumirme en sus pensamientos pero era imposible.

Esta noche saldré con Jacob a cenar para celebrar nuestro primer mes juntos. Era todo un caballero sin duda. Decidí usar un vestido rojo con cola de pato y zapatillas negras. Lo acompañe con un collar de perlas que mamá me regaló por las buenas notas. Jacob me recogió como a las 7 en su coche. Al llegar al lugar era espectacular, un restaurante de lo más lujoso y fino, sus despampanantes candelabros y su piso de madera, sus mesas con manteles blancos tan arreglados con velas en el centro, la cena fue de lo mejor y antes de que llegara la hora de ordenar postre el mesero se acercó para informarnos que es iría temprano y su compañero quedaría a cargo, me quede boquiabierta al ver quien era el compañero, en aquel momento no sabía si ya alucinaba o era real, aquel chico blanco de ojos azules, Nathaniel. No fue sorprenderte para él verme como lo fue para mi verlo ahí como mesero, no pude ignorarlo.
-¿Nath?-dije de lo más sorprendida.
-Hola...-respondió un poco avergonzado aun que no tenía porqué. Nuestras miradas se cruzaron.
-¿Lo conoces?-interrumpió Jacob aquel momento.
-Sí, es amigo de mi padre.-dije volteando hacia Jacob, hacia tiempo que no le veía y lucia muy bien incluso vestido de mesero. Jacob lo inspeccionó con detenimiento y en seguida le ordenó traernos el postre. A lo que Nathaniel solo asintió y en seguida fue a por ello.
Al terminar el postre, Nathaniel se acercó a dejarnos la cuenta, después de una discusión por el pago de esta Jacob se dirigió al baño pidiéndome que lo esperase, en ese momento Nath se acercó a devolver la tarjeta e identificación de Jacob.
-Creí que Los Ángeles no trabajaban.-dije mientras ponía la cartera en la mesa.
-Algunos no lo hacen-dijo girándose para irse pero lo detuve.
-No he sabido de ti. Papá ha evadido mis preguntas sobre ti. ¿Qué ocurre?-dije sintiendo que algo se encendía dentro de mi por el contacto con su mano, sentía pequeña mariposas en el estómago, estaba muy nerviosa.
-Supe que estabas con él y me alégrelo que te haga feliz.-pude distinguir lo que le costó decir esas palabras y decidí arrojarle aquel cuestionamiento que me daba vueltas por la cabeza.
-¿Sientes algo por mí?- dije sin saber que era lo que realmente quería escuchar.  Antes de que pudiera confesar a mi cuestionamiento Jacob apareció, solté la mano de Nathaniel de un momento a otro y miré en otra dirección.
-¿Estás lista, princesa?-dijo Jacob extendiéndome la mano para ayudarme a levantar, tomó sus tarjetas de la cartera, las puso en la bolsa interior de su saco y me tomó por la cintura.
-Gracias por tu servicio, amigo.-dijo en dirección a Nathaniel y le extendió la mano, Nath respondió a su despedida.
-Gracias...-dije casi en un suspiro y nos marchamos, casi al llegar a la puerta del restaurante Jacob me puso su saco para que no tuviera frío al salir y con el me quede hasta llegar a casa. Me daba vueltas en la cabeza cual habría sido la respuesta de Nathaniel si Jacob no hubiese llegado. ¿Que hubiera pasado si su respuesta hubiera sido afirmativa?

Al día siguiente en clase aún pensaba en la noche anterior. En los descansos Jacob me recogía en el salón para acompañarme al casillero, en el desayuno me sorprendió con un chocolate y una nota. En la última hora al llegar a mi casillero encontré una nota, pero esta no era de Jacob. <Te veo en la cancha de fútbol  Atte:N>  en la única persona con esa inicial en la que pude pensar fue en Nathaniel, deje mis cosas en el casillero y fui hacia donde se me indicó y ahí estaba, sentado en las bancas de futbol, lucia tan guapo com si chaqueta de cuero y sus vaqueros. Me acerqué a él hasta que estuviera  sentada junto a él.
-Sí-fue lo primero que dijo, al principio no sabía de qué hablaba y después recordé aquella pregunta que no respondió. Sabiendo pregunté para afirmar.
-¿sí qué?-dije mirándole a la cara mientras él veía el pasto verde de la cancha.
-Sí siento algo por ti-dijo y se giró para poder ver mi rostro. Su mirada era profunda y me encantaban sus ojos azules. Me quede sorprendida ante su confesión.-Por eso me alejo de ti y por eso tu padre no te da respuesta de mi, porque se lo he pedido.-dijo volviendo a mirar el pasto.
-¿por qué lo haces? ¿Por qué quieres apartarme?-dije levantando el tono y tomando su mano a lo cual reaccionó y en seguida la apartó.
-Porque no quiero hacerte daño, no quiero que termines como ella-dijo pasando ahora mano por el pelo con desesperación. Logre comprender que tenía miedo, tenía miedo de otro fin trágico como el de Emma.
-No puedes siempre apartar a las personas por las cuales comienzas a sentir algo-dije más tranquila, tome su cara con cuidado y lo obligue a mirarme.-También siento algo, desde el día en que te vi sentí una chispa, una conexión.-dije inspeccionando su reacción, que era de decepción, lo contrario a lo que esperaba. Aparto mis manos de su rostro.
-Eres una gran chica y yo no te merezco, es algo que nadie aprobaría. Nadie nos quiere juntos-dijo con una profunda decepción.
-con que nosotros queramos basta.-dije tomando su mano nuevamente, esta vez no la apartó, la tomó y me miro, nuestras miradas se cruzaron y comencé a sentir aquella revuelta de mariposas que ha había sentido antes, sin poder controlar más, me besó, junto mis labios con los suyos y comenzó a besarme suave y lentamente para poder disfrutar aquel beso, no podía pensar en nada más, estaba allí disfrutando del momento con él, disfrutando de aquel beso que hacía que en mi estomago surgiera una fiesta. Yo estaba volando por el cielo y no pensaba con claridad, él fue quien reaccionó y me apartó.
-Tienes novio...-dijo solo apartando nuestros labios y aun con los ojos cerrados, nuestras frentes se encontraban juntas y cuando abrí los ojos me encontré con un ceño fruncido en su rostro.
-Puedo terminar con ello-dije sin saber lo que decía, solo quería besarlo otra vez. Volar literalmente con él.
-Él es lo mejor para ti...-decía en un suspiro-Solo, aléjate de mi y no me busques.-dicho esto se levantó de aquella banca y se fue, dejándome con mi corazón en la mano, con aquellos sentimiento que había revelado hacia él, con aquella pasión que él había encendido, solo se marchó...

El secreto de Olivia. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora