>Evan<
Después de hablar un gran rato con Ramiro, por fin nos quedamos dormidos, descubrí que tenía un gran humor y que su familia no era tan grande como la mía.
Desperté por la luz tan fuerte del sol que entraba por una ventana, quería solo cubrirme de nuevo, pero comencé a oír más ruidos por toda la habitación que no me dejarían volver a dormir.
—Buenos días —Logré ver entre luces a dos enfermeras, pero todavía estaba muy dormido como para distinguirlas en su totalidad—. Venimos a canalizarlos para la cirugía.
—¿Qué? —Ramiro rodó por toda la cama hasta caer al piso, intenté no reír, pero por cómo se escuchó el golpe fue demasiado gracioso.
—¿Estás bien?
Me asomé para lograr observar su cuerpo en el piso, su cabeza estaba encima de su brazo y esa sonrisa coqueta me hizo despertar de inmediato.
—Hasta para despertar tengo estilo —Lanzó un beso en el aire que me hizo reír aún más.
—Aja... —¿Él en serio cree que no me doy cuenta de sus coqueteos descarados?
—Ya que están despiertos, les repito que estamos aquí para prepararlos para su operación.
—¿Qué?, Pero la cirugía es en la noche.
—Sí, pero necesitamos hacer esto ahora.
Cerré los ojos y sin más sentí la aguja la cual se mantenía por debajo de mi piel, después de eso retiraron lo debido y comenzaron a colocarme los pequeños pedazos de cinta que ayudarían a mantener eso en su lugar.
—Vendré a aplicarles algunos medicamentos en la tarde —Sinceramente no me emocionaba la idea de estar drogado con tanto medicamento—. En una hora les traerán su desayuno y después de eso no van a poder comer nada, ¿entendido?
—Sí, muchas gracias.
Me recosté de nuevo para volver a dormir, me sentía muy cansado y quería dormir por lo menos otra hora, pero mi siesta no duró demasiado, ya que había visitas en nuestra habitación.
—Evan, cariño —Mi madre acarició el puente de mi nariz con una sonrisa que se expandió en todo su rostro.
—Hola.
—Vine a dejarte algo de desayunar y también traje lo que me pediste.
—Gracias.
—Tal vez venga a verte antes de la cirugía, pedí salir horas antes del trabajo —Se sentó a mi lado acomodando mis rizos y por lo que vi de reojo Ramiro también tenía a su mamá acompañándolo.
—Sí, por favor —Coloqué mi mano sobre la suya y la llevé a mi pecho— te voy a necesitar mucho.
—Verás que todo esto funcionará y volverás a tener una vida normal —Hace semanas me había resignado a morir enfermo, así que sus esperanzas solo me causaban ternura.
—Dios quiere que superes el cáncer.
Tan fácil es, si dios quiere que supere el cáncer no debió dármelo.
—A mí también me gustaría.
—Tu hermana me dijo que no podría venir a verte, pero que intentaría hacerte una llamada—No podía culparla, había estudiado tanto para su examen de admisión a la universidad que no quiero ser una distracción—. Tengo que irme, perdón por no estar mucho tiempo, solo venía de pasada.
—No importa, te amó —Besé su mejilla antes de que se levantará y dejará el cuarto junto a la mamá de Ramiro.
Abrí la bolsa que mi madre me había traído, venían hot cakes, tacos de pollo y jugo de zanahoria, pero no era solo una porción.
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HASTA EL ÚLTIMO SUSPIRO
Teen FictionEl cáncer siempre fue un impedimento para amar, hoy es el que me lleva a conocerte y a tener momentos muy lindos a tu lado, momentos que terminan hasta el último suspiro. (TERMINADA) No se permiten adaptaciones.