VII

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—¿Tienes todo ya?— Preguntó Alucard colocando la silla de montar a su yegua, a un lado suyo se encontraba una cesta de picnic que colocó en la parte de atrás de la silla; era eso de las diez de la mañana cuando se disponían a salir. El sol daba pero no tan fuerte, la primavera hacía de las suyas en ese entonces. —¿Uhm? Sí— Dijo el castillo ajustando las hebillas en la parte de abajo de la silla. Al estar todo listo ambos montaron sus caballos, aún la yegua del rubio no se acostumbraba a él por lo que estaba algo inquieta.

—Tranquila, cariño.. no te haré daño ¿si?— Murmuró acariciando su cuello con suavidad haciendo que bufara, era algo terca pero de por sí eso la calmó, ambos emprendieron camino adentrándose un poco en el bosque. — Primera vez que me siento tan a gusto aquí..— Argumentó Trevor dejando escapar un suspiro, Alucard le miró de reojo con una pequeña sonrisa. —Uhm.. ¿por qué?— Cuestionó a lo que el castaño cerrando los ojos respondió.

—Pues.. hacía tiempo que no pasaba momentos así con nadie, bueno.. nunca los pasé con todo lo que ocurrió y eso. Pero me hace.. ¿cómo decirlo? ¿feliz? pasarlo junto a una persona especial, que en ese caso eres tú— Las mejillas del dhampir tomaron un leve rubor. —Vaya..— Susurró.

Al cabo de un rato pararon cerca de la orilla de un riachuelo donde dejaron que los caballos bebieran agua, allí Alucard preparó lo que era el picnic en lo que Trevor ataba a un árbol a los caballos después; cuando el castaño volvió ya estaba todo listo. —¿Podrías dejar de ser tan lindo? Me dan más ganas de comerte, Jesucristo— Se sentó en el mantel al igual que el rubio.

—Y dime... ¿qué te pareció lo de anoche, eh? Pillín— Alzó las cejas un par de veces, el de cabellos largos no le hizo mucho caso. —El que lo provocó fuiste tú..— Se sirvió un sándwich de queso, mientras hacía uno de carne de jabalí para Trevor. —Aún mi promesa de enseñarte a besar sigue en pié— Sonrió el castaño acercándose hasta quedar a la par de los hombros del rubio.

—¿A sí? ¿Y cómo lo harás? ¿Acorralandome de un árbol y besándome apasionadamente?— Dijo de manera sarcástica, el de ojos azulados sonrió de manera maliciosa. —Si tu lo dices, tus deseos son órdenes rubia— Error, para malicia llamen a Trevor y también para comerse al rubio. —¡EH! ¡NO, NO! ¡¿PERO QUE HACES!?— De un momento a otro estaba encima de los hombros del castaño siendo llevado hasta un árbol.

Parece que los labios de Alucard no saldrían libres de los de Trevor, lo que podemos decir es que ambos disfrutaron hasta que la vergüenza pudo con el rubio haciendo que cubriera su cara. —¡No, no!— El castaño no paraba de reír, ante su mirar era tierno lo que este hacía. —Si sigues así me darán más ganas de besarte, rubia!—

Son un amor ¿no?

𝐈𝐍𝐌𝐎𝐑𝐓𝐀𝐋 𝐋𝐎𝐕𝐄. ;; 🍯 Alucard x TrevorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora