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Paula

-¡Ma! -Gritó Roma por segunda vez, Dios, ¿qué quiere tan temprano?- ¡MAAAAAAA!

-¿QUÉ MIERDA QUERÉS PENDEJA? -Me levanté de la cama ya harta.

-Es tarde y ya me tengo que ir, te agradecería mucho que te levantes de una buena vez y que me lleves. Boba.

-¿Cómo me dijiste? -la miré indignada.

-Vos me dijiste pendeja -se defendió- Además estás así porque ayer te la pasaste tomando y te acostaste tarde, últimamente estás peor que albañil recién cobrado.

-Ay, dejá de decir pelotudeces y salí de mi cuarto que ahora voy.

Roma salió y yo me levanté para agarrar mi celular, miré la hora y me sorprendí, es tardísimo. Me apuré en cambiarme y salí del cuarto, Roma estaba sentada en la mesa mirando el celular.

-Vamos hija, dale, dale, dale.

-Recién me mandaste a la mierda y ahora me apuras...

-Roma roma levantate de ahí y empezá a caminar hasta la camioneta o te mando al colegio de una patada en el orto.

-Que vieja insoportable -dijo despacio, pero la escuché. Que falta de respeto. Roma salió de la casa, yo agarré las llaves y salí para empezar el trayecto.

Estacioné la camioneta en frente del colegio y Roma bajó de la camioneta para entrar, no sin antes darme un beso. Ví a Clara, mi amiga y socia, unos metros más adelante, cuando me vió se me acercó desesperada.

-¡Paula! ¡Hola! ¡No sabes lo que me pasó!

-Hola Clarita, contame.

-No me arranca el auto, ¿vos entendés algo de mecánica?

-Ay Clara, pero a vos te pasan todas che... para mí que vos fuiste Hitler en tu vida pasada porque sino no se entiende la yeta que tenés. -Y era verdad, no hay día en el que a Clara no le pase algo.

-Ay pero no me digas eso... ¿Podés fijarte que le pasó?

-Mil disculpas Clara pero estoy llegando tardísimo al local, tengo que arrancar ya. ¿Lo llamaste a Miguel? -Miguel era un vecino de Clara y últimamente estaban muy pegados, Miguel siempre estaba dispuesto a ayudarla en lo que necesitase.

-Sí, pero me dijo que está con un temita y que en una hora puede venir, pero no quiero estar acá una hora Paula.

-Hagamos una cosa, vamos juntas al local y que Miguel pase por ahí a buscarte en una hora y se vienen juntos a revisar el auto así no esperás una hora acá, ¿Dale?

-Está bien Paula, gracias.

-Dale, subite que vamos volando.

Clara subió y arranqué directo al local, estaba llegando media hora tarde.

Llegamos y en el local ya estaban Inés, Caro y Martina.

Todas amigas mías, Inés y Caro son hermanas al igual que Martina y Clara.

-Bueno, al fin llegás ¡che! -Me dijo Maetina apenas me vió.

-Buenos días para vos también, eh.

-¡BUEN DÍA PAULA! -Caro se me acercó y me abrazó con fuerza, como siempre.

-Hola amor. -le dije, en eso, entró Clara atrás mío.

-¡Clari! ¿Qué haces acá? -Le preguntó Inés.

-Me encontré a Paula en el colegio de los chicos y me trajo hasta acá porque no sé que le pasa al auto y no me arranca.

Vos sos el amor - Pautina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora