mingi cree que no hay un ser más precioso existente en la tierra que kim hongjoong. podría pasarse horas y horas viendo al peliblanco sonreír. es demasiado puro para estar en un mundo tan cruel, contaminado de mentiras y promesas vacías. aún así, nunca pierde esa energía vibrante que lo caracteriza, y piensa que su existencia es como una medicina que cura todos sus males.
alguien como él no puede ser real, ¿cierto? tal vez en una vida pasada, era una especie de ángel, un ser extraordinario lleno de luz, demasiado espléndido. es que, para mingi, hongjoong era la definición de todos, o al menos la mayoría, de los adjetivos calificativos positivos que habían. y no habían suficientes palabras en el mundo, como para describir lo que el mayor provocaba en él.
era difícil dejar de pensar en que hongjoong era lo mejor que podía haberle sucedido en la vida. y mientras mingi seguía perdido en sus pensamientos, el peliblanco continuaba jugando en el parque, saltando cada tanto para evitar pisar las rayas o subiendo a los bancos extendiendo sus brazos simulando ser un avión, tal como un niño.
"gi, deja de pensar tanto y ven aquí." llama su novio haciendo señas con sus manos para que vaya a su encuentro.
mingi fue hacia su novio sonriente. "puedes caer, hong." musita preocupado.
"si caigo, ¿me atraparías?
"eso siempre, tenlo por seguro." lo ayudó a bajar sosteniendo su cintura para luego dejarlo en el suelo.
"¡mira mingi, una estrella fugaz! ¡pide algo!" exclama emocionado, señalando el astro que cruza el cielo estrellado, dando pequeños saltos con sus pies.
"uhm, no necesito pedir algo, todo lo que quiero lo tengo justo frente a mí."
el peliblanco se queda sin palabras. mingi lograba hacerlo sonrojar sin mucho esfuerzo.
"¿d-de verdad?" susurró quedito, nervioso.
mingi hizo un ruido afirmativo. "no quiero nada más que no seas tú."
"¿por qué de pronto eres tan dulce?"
"supongo que es tu culpa. haces que mi lado tierno salga a la luz."
hongjoong sonrió, entre los brazos del pelirrojo se sentía a salvo, protegido.
se sientan en el pasto, con hongjoong entre las piernas de mingi, el mayor jugando con las manos del contrario, ahí con la luz de la luna bañando el rostro de hongjoong, lucía aún más precioso.
"hong..." murmura mingi intentando encontrar las palabras adecuadas para dirigirse a su hyung, aquel por el cual su corazón latía emocionado. "ambos sabemos que me cuesta mucho expresar mis sentimientos y más aún hablar de ellos, pero uhm, solo quería que supieras que haces que me enamore de ti cada día, a cada segundo con cada cosa, cada acción tuya. llegaste en un momento preciso, para demostrarme que el amor, efectivamente es algo que le puede suceder a todo el mundo, incluso a mí quien no creía que algo tan extraordinario pudiese sucederme. sé que por dentro aparento toda la seguridad del mundo, pero si tengo que hablarte con sinceridad, la verdad es que en el fondo tengo miedo de que te canses de mí, a pesar de esas imperfecciones que dices que amas y que me vuelven especial. por eso quiero agradecerte porque lo haces sin dudar, y sé que así pasen mil años me seguirás amando tal y como soy. kim hongjoong, tú eres mi mundo, para ti soy solo una luna, una pequeña estrella que ilumina tu corazón.
si el plan de mingi era hacerlo llorar, lo había logrado porque no podía dejar de hacerlo mientras lo besaba repetidamente.
"te amo mingi."
"y yo a ti, hongjoong."
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alguien, no recuerdo quién me dijo una vez que necesitaba una segunda parte de 'tiny hands' y quise hacerlo a pesar de que no quedó exactamente bien¿¿¿ pero espero que les guste, los tkm
