Capitulo 40: Azul cielo despejado.

96 9 2
                                    

-Es hermoso.- Interrumpió el silencio Alois mientras recargaba su mejilla contra uno de los brazos que le rodeaba desde atrás. 
El oleaje era suave, la brisa helada. Suspiró profundo llenando sus pulmones con la brisa marina. Con sus propias manos mas pequeñas tomó los brazos de Claude que le rodeaban, depositando un beso suave sobre la piel expuesta de los brazos del mayor.

-Tutto è bello con te.-
(*Todo es hermoso contigo).
Susurró Claude contra su oído depositando un dulce y casto beso en su oreja que le provocó un ligero rubor en las mejillas.
Aquello era un sueño hecho realidad. La preciosa costa italiana a los pies del jardín trasero de su pequeña casa que parecía sacada de una de aquellas películas románticas.
Cada mañana observaban el mar desde la terraza de la casa, abrazados, tomando un café, simplemente conversando antes de que ambos se fuesen tranquilamente a su trabajo.
Estaba en un lugar que amaba, con el hombre que amaba, haciendo cosas que amaba.
Por primera vez no sentía que era demasiado perfecto e irreal. No sentía que algo malo pasaría ahora que todo iba tan bien. Sentía que aquella realidad era tan suya, que nadie podía quitársela. nadie ni nada.

-Molto romantico amore mio.-
(*Muy romántico, amor mío).
Correspondió Alois a las palabras de su prometido, girándose también para regalarle un beso en la mejilla.
Mientras sus ojos azules observaban la infinidad del mar, con una mano entrelazando los dedos de su pareja, con la otra se agarraba a la barandilla de la pequeña terraza.
El brazo de Claude le rodeó por el vientre, pegando su pequeña espalda mas al pecho ajeno, recibiendo cortos besos en la parte posterior de su cuello que le causaba cosquillas.

-Debo irme a la tienda ya.- Decía entre risas Alois, quien era atacado por dulces besos en su cara sonrosada y cuello.

Apenas volvía del trabajo pero el cielo aun lucia precioso y despejado.
Estaba en la pequeña terraza, tomando una copa de vino completamente relajado, llevaba una de las camisas de su prometido para su comodidad, con el cabello revuelto, con los pies descalzos sobre la madera del suelo.
Se le iluminó él rostro al oír la puerta de la entrada. se giró observando a Claude aparecer en la sala como siempre luciendo pulcro con su traje entallado y sus lentes acomodados en el bolsillo pequeño del saco.
Se recargó en el marco de la gran ventana que daba al jardín trasero, regalándole una sonrisa coqueta a su pareja, quien se desprendió del saco y su corbata apenas dejar el bolso en el suelo.

-¿como han ido los niños hoy?- Preguntó dando el ultimo trago a su copa dejándola vacía. Se adentró a la sala depositando la copa vacía en la mesa de vidrio pequeña. Y cuando Claude tomó asiento en el sofá el se montó sobre su regazo, rodeándole el cuello.

-ya sabes, son chicos muy inteligentes, les gusta la literatura.- Dijo animado Claude, pues ser maestro de literatura era algo que le alegraba el alma. -¿Que hay de ti? has vuelto temprano ¿Esa copa de vino era una celebración?- Alois asintió animado, con una enorme sonrisa surcando sus labios mientras sus manitos deshacían los botones de la camisa de Claude.

-Mi línea de ropa será expuesta en La ciudad del amor como colección de otoño.- Se mordió el labio inferior sintiendo las grandes manos tomarle por las caderas con potente placer.

-Pero claro, sabia que lograrías esa firma sin problemas.- Las manos de Claude ascendieron por los costados de su pequeño cuerpo bajo la camisa. -dobbiamo festeggiare- (*Tenemos que celebrar).

Alois amaba cuando su voz sensual pronunciaba tales palabras insinuantes en ese idioma que le parecía tan sexy en los labios de su prometido.
Soltó un ruidito de sorpresa cuando Claude le volteo de espaldas en el sofá, metido entre sus piernas. Su corazón se agitó con la misma intensidad de siempre al verle quitarse la camisa y al sentir sus dedos deslizándose por sus piernas hasta desprenderle de la ropa interior.
El metal de la alianza en el dedo de Claude le provocaba cosquillas y escalofríos cuando deslizaba las manos por su piel, su espalda se arqueaba cada que recibía aquellos húmedos besos en descenso por el vientre.
Su cuerpo se sentía húmedo, caliente.
La camisa abierta, dejó a la vista su completa desnudez preciosa, su espalda creo un arco perfecto, mientras sus uñas se clavaban en los hombros de Claude quien se deslizaba con tortuosa lentitud a su interior.
Gimió desde lo profundo de su garganta al sentirlo completamente adentro, aferrándose a los hombros del de dorados ojos con fuerza, oyendo sus quejidos roncos y jadeos profundos junto a su oreja que le enviaban corrientes calientes por el vientre a la entrepierna.

-Precioso ángel.- Oyó gemir a Claude en su oído.
El roce húmedo de sus pieles deslizándose era fricción de placer, su cuerpo temblaba, espasmos corriendo por cada nervio que poseía. sus piernas se aferraron a la cadera ajena, alzando las caderas, sintiéndolo profundo y duro, rozando tan suave y húmedo contra su interior, provocando descontrol de su respiración, provocando gritillos agudos abandonando su garganta con cada beso en su pecho, con cada embestida, con cada caricia en su cuerpo ardiendo.
su cabeza cayó hacia atrás en el borde del sofá, sus ojos cerrados con fuerza, sintiendo su cuerpo balancearse contra el sofá y la piel de Claude cada que este mismo se movía entre sus piernas.
Enterró los dedos en el cabello azabache. Los besos de Claude eran la gloria acariciándole el cuello, barriendo con sus labios húmedos y suaves cada centímetro de piel salada, marcando con sus dientes la piel de sus hombros, lo cual mas tarde quizá reprocharía por las heridas violáceas y coloradas.
Abrió sus ojos, observando mas allá de la ventana abierta de par en par, el extenso cielo. precioso y claro. Azul, azul cielo despejado. Gimió con fuerza sintiéndose destrozado por el placer, desesperado, llamando entre sus jadeos y gemidos incomprendidos el nombre de Claude, quien no tardo en responderle con un profundo beso en la boca.


-¿Ya revisaste la correspondencia?- Oyó decir a Claude desde la habitación. Salió del baño con la pijama puesta, secándose el cabello rubio con una toalla pequeña.
Se dirigió a su pareja mientras negaba con la cabeza y se sentaba entre sus piernas para que este le secase el cabello.

-Ni siquiera lo he visto, solo lo dejé en la mesa de la cocina.- Decía mientras sentía como Claude le frotaba suavemente la cabeza con la toalla. -aguarda, iré por el, lo veo mientras secas mi cabello.- Dijo divertido, poniéndose de pie, saliendo de la habitación como si de un niño yendo por un caramelo se tratase. Claude pensaba que habían cosas que quizás no cambiasen nunca.
Aguardó tranquilamente, observando como tras breves minutos, su eufórico rubio de ojos azules, aparecía con las cartas bajo el brazo, y un trozo de papel que leía atentamente entre sus manos.
Alois se detuvo a media habitación. bajó aquel trozo de papel con lentitud, mientras de sus ojos brotaban las lagrimas.
Claude sintió pánico de inmediato, poniéndose de pie, observando como el resto de cartas se le caía de los brazos a su pareja.

-¿Que suce.- Alois le interrumpió, y Claude se detuvo antes de poder llegar a él.

-Nos-nos dejaran tenerla.- Alois subió la mirada a Claude, su rostro húmedo por las lagrimas.

-El centro de adopción.- habló el de ojos miel con completa esperanza en su voz, con los ojos picando de ansias por llorar de felicidad.

-¡Podremos tener a nuestra niña!- Alois dejó caer el papel, corrió dando un brinco contra Claude, rodeándole la cadera al mayor con sus piernas. -¡Dios mío! ¡Seremos padres! Claude...- Se apartó aun montado en el cuerpo del mayor para mirarle a la cara. -Nos permitirán adoptar a nuestra niña.-

-Seremos padres.- Repitió Claude. Había cierta incredulidad en su voz, se aferró al cuerpo de Alois con fuerza, sintiendo como este también le apretaba entre sus brazos. no pudo evitar echarse a llorar también.

~FIN~

Wow... siento que el final llegó super rápido, como que aun tenia para mucho rato y ya se ha acabado. pero bueno.

en unos días subiré el epilogo. ahí ya se acaba. Tan Tan.

¿Qué les pareció el final?

Fueron aceptados para adoptar a una linda niña, están comprometidos, viviendo felizmente en un pueblo costero de Italia, por la toscana italiana. uwu
Alois trabajando como confeccionista de ropa, y Claude como profesor de literatura. fue un final feliz, después de todo.

Este no es el final de TOOOOODOOOO.

habrán muchas historias mas que subiré, tengo varias obras en borradores dirigidos a personajes de kuroshitsuji.
Nos leemos pronto. u.u)

(en el epilogo para ser exactos). los amo, bay<3

Fuera De Cámaras&lt;AloisClaude. (CORRIGIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora