SOLO UNA HISTORIA DE AMOR
(…) COMENTARIOS DEL NARRADOR.
CAPITULO IV “SE HA ENAMORADO"
- Te lo digo Beste, esa mujer no me deja en paz – cruza sus piernas estiradas una sobre otra en el pequeño sillón. Tenía varias horas antes de que le tocara grabar otra vez así que habían aprovechado para hacerle la manicura y cuando habían acabado llamo a su mejor amiga; se sentía tan confundida que necesitaba contárselo a alguien.
- Lo sé, he entrado a ver sus historias y la verdad son ridículas. ¿Qué gana con hacer algo así? – contesta su rubia amiga a través de la video llamada. Arregla su largo cabello a un lado en su hombro.
- Uff y no te conté la última, - le dice en tono molesto- subió una donde mostraba una pulsera con un albatros y con la frase de “siempre conmigo", la sostenía una mano de hombre, daba a entender que Can estaba con ella… - estaba tan molesta por esa situación. Sopla sus uñas como si fuera barniz solo para hacer algo con sus manos y no aventar el celular a la pared.
- Ah ah… ¿y donde estaba Can en ese momento? – pregunta Beste con ojos preocupados.
- ¡CONMIGO! – reclama la chica con un grito- fuimos a una función de media noche, regresamos a mi apartamento y se quedó dormido cuando estábamos platicando…
- Wow… que buenos amigos... ¿Le has preguntado a Can que opina sobre eso? – pregunta Beste. Ella sabía que su amiga estaba sintiendo algo muy fuerte por su nuevo compañero y el hecho que fuera tan rápido la emocionaba, pero también la preocupaba mucho. No quería que su amiga sufriera, nunca le había agradado Seckin, de hecho, las había distanciado con sus enfermizos celos.
- No. – contesta tajante como si la pregunta fuera prohibida.
- ¿Por qué no? – pregunta Beste notando el ligero sonrojo de su amiga.
- ¿Como le voy a preguntar algo así? No es mi novio ni nada parecido, solo somos amigos… - la palabra “amigos” le había dicho en un tono tan triste que hasta ella se daba cuenta. Demet desvía la mirada de su amiga.
- Te gusta. – afirma Beste.
- ¿Como crees? – responde Demet con el celular en mano para agarrar su botella de agua evitando sostener la mirada de su amiga.
- Entiendo que la chica esté queriendo hacer este tipo de cosas, le gusta, y aunque suene ridículo era de esperarse – rueda los ojos - Lo que no comprendo es porque te molesta tanto…
- Pues porque… - Demet lame sus labios con nerviosismo – ridiculiza mi personaje. Eso afecta la novela y por lo tanto me afecta a mí.
Beste se ríe tapando su boca.
- ¿Porque niegas que estas celosa? – la reta. Tal vez no había sido buena idea llamar a su amiga, piensa Demet, la conocía demasiado bien.
- De todas formas, no importa, - responde con una sonrisa triste – él no me ve de esa forma…
- ¿Cómo crees? He visto los vídeos y las fotos, amiga, estas viva de milagro porque de otra forma ya te habría comido entera... créeme, él TE VE de esa manera – le guiña un ojo haciéndola reír.
- Te digo que no, - responde Demet estirando sus piernas otra vez sobre el sillón - a diferencia de Seckin, ¿recuerdas que me mando una rosa por día hasta que fuimos novios? Can es totalmente opuesto, aunque siempre estamos juntos. Me regalo su gorra y una playera, siempre pasa por mi o yo por él, salimos juntos, pero solo toma mi mano o me abraza … a veces, siempre pasa a mi apartamento y se queda hasta muy entrada la noche, aunque solo platiquemos. También me deja jugar con su celular, al grado de que tengo que recordarle que está sonando o que tiene mensajes porque se le olvida; siempre cuida de que coma bien, duerma bien, me toma fotos en cada situación extraña y si hay alguna escena donde debo llorar corre a abrazarme al final. Es muy lindo…
Beste no dice nada y solo la observa, su amiga había pasado de explicar su tristeza por que Can “no sintiera lo mismo por ella” a decirle, punto por punto, todo lo que le gustaba de él.
- También me lleva a un bar que le encanta. Es de su amigo Alper, deberías verlo Beste es un lugar bastante agradable, Can tiene un lugar privado y pasamos mucho tiempo ahí solo platicando… con lo que no puedo es con su forma de dormir. Te lo juro Beste, pareciera que este hecho de sueño y chocolate… como el oso pooh…
- ¿Chocolate? – pregunta su amiga sin hacerle saber que ya estaba divagando. Era mejor que se desahogara.
- ¡Si! – responde Demet totalmente distraída- lo come a montones, y hasta a mí me hace comerlo… me voy a llenar de granos y grasa por su culpa…
- Pues yo creo que te ves magnifica. De hecho, te iba a decir que me pasaras tu tratamiento. Vi un video de los dos y créeme, tu piel se ve reluciente… muero de envidia – Beste le guiña un ojo; la chica no era tonta, sabía que su amiga se estaba enamorando de Can sin darse cuenta, esa luz que proyectaba eran sus sentimientos saliendo a flote. La hacían verse hermosa.
- No me he hecho nada, al contrario, Can me está atiborrando de chocolate… - Beste solo ríe de la ingenuidad de su amiga.
- Pues si es cierto lo que dicen de que “eres lo que comes”, Can debe saber delicioso – suelta una carcajada al ver como su amiga pone los ojos en blanco.
- No tienes remedio Beste… - la reprende con una sonrisa.
- Lo sé, - contesta orgullosa – pero ya hablando en serio. Dime que eres consciente de lo que estás haciendo…
- ¿Sobre qué? – pregunta la chica curiosa tomando sorbos de su botella de agua. No entendía a que se refería su amiga y la mira con duda. Beste suspira.
- Bebe estas enamorándote de este hombre… - la mirada de miedo en Demet la hace ordenar sus palabras, no quería asustarla, pero también quería ayudarla – permíteme que te pregunte, tú dices que él no quiere “nada contigo” más que una amistad, o al menos eso me diste a entender. ¿No ha hecho ninguna insinuación? ¿Segura? Porque hasta donde yo alcanzo a percibir, está haciendo de todo para seducirte. Quiere ganarse tu corazón, es decir, el hombre está pegado a ti como sombra y te deja hacer con él lo que quieras, llámame loca, pero yo sospecho que le caes demasiado bien…
Demet no contesta. El recuerdo del sensual beso que le dio en su cuello regresa con fuerza a su mente, había sido uno de los momentos más eróticos que había vivido… luego de esa vez, en el Lucca, había estado besando continuamente su mano cuando le había platicado como conoció a Anil; en el cine, la última vez que habían ido parecía estar más ocupado jugando con su cabello que viendo la película. Una cosa era cierta, de alguna extraña manera se estaba colando en sus pensamientos y en su corazón con sus pequeños pero hermosos detalles.
- ¿Demet? – la llama Beste haciéndola reaccionar – sé que estas asustada. Pero como amiga te aconsejo que dejes de comparar a Seckin y a Can, NO SON IGUALES. Si sigues así solo vas a conseguir sufrimiento. Disfruta el momento bebe, déjate querer y consentir…
- Beste, no lo sé… - responde jugando con la botella de agua en sus manos – cuando lo tengo cerca…
El sonido de la puerta de su tráiler la interrumpe. Levanta la vista y Can entra con una mueca de fastidio que cambia en cuanto la ve.
- Te lo juro, odio filmar con alguien más… podría estar ahí semanas. – se queja el chico sin ser consciente de la conversación que acaba de interrumpir. Como alguien acostumbrado a una rutina levanta las piernas de su compañera para ponerlas sobre las suyas, es en ese momento que ve a una sorprendida rubia con una ceja levantada en señal curiosidad.
- ¡Ah… hola! – la saluda tomando la botella de las manos de una estática Demet, toma agua de ella y la chica voltea a ver a su sonrojada amiga con una mirada de: “solo amigos, claro”
- Hola Can… - lo saluda tratando de disimular la gracia que le da la gran familiaridad y confianza entre ambos. – estaba desesperada por conocerte, Demet me ha hablado mucho de ti.
- ¿En serio? – sonríe el chico orgulloso. Demet solo se sonroja jurando a si misma que se aventaría sobre Beste apenas la tuviera cerca. – cosas malas espero…
Beste se ríe. Nunca imagino que el serio Can Yaman fuera bromista, parecía una buena persona.
- Para nada, al parecer eres todo un caballero de plateada armadura. Soy tu fan ahora, así que tienes que cuidar a mi amiga para no decepcionarme. – Demet rueda los ojos ante la petición y Can ríe.
- Eso intento, pero más bien es al revés, - contesta viendo a la chica a los ojos, solo puede pasar saliva devolviéndole la sonrisa – ella es la que me cuida a mi…
- Bien. También tengo una petición que hacer… - Beste se levanta corriendo desapareciendo del cuadro; mientras no está, Can voltea a ver a la chica a su lado, esta le sonríe… echa un rápido vistazo a la pantalla y se acerca para besarla en la comisura de su boca. Demet está en shock. Cuando está a punto de hablar Beste vuelve – ¡fíjate lo que me compre!
Mueve un libro donde aparece Can en la portada, había sido modelo como el personaje principal, al mover el libro la chica no alcanza a notar el fuerte sonrojo de su amiga que no puede ni respirar.
- Tienes que firmarlo para mi cuando nos veamos Can, por favor. – le suplica.
- Claro, gracias por comprarlo. – contesta educadamente haciendo que la atención de la rubia se enfoque en él mientras Demet procesa lo que acaba de suceder. –¿te ha gustado?
- ¡Por supuesto! – contesta emocionada – Demo me lo recomendó, dijo que aparecías en la portada y me dio curiosidad. Me volveré loca cuando lo firmes…
- ¿Que no tienes un novio Beste? – pregunta Demet divertida con la locura de su amiga tratando de aligerar los temblores de su cuerpo, da a Can una rápida mirada.
- Claro, pero no se enojará si no le decimos – guiña un ojo a ambos. La chica era una coqueta incorregible. Can solo ríe ante su buen humor.
- ¿Tienes planes mañana bebe? – pregunta a Demet. Ella voltea a ver a Can como si de una pareja se tratara. El solo sonríe.
- No, - contesta – ¿por?
- ¡Bien! – sonríe Beste emocionada – mañana nos iremos de fiesta. Solo chicas Can, tienes que prestarme a mi amiga al menos un fin de semana…
- Solo si me la devuelves tal como te la preste… - Demet rueda los ojos a los dos.
- ¡Trato! – contesta Beste – ya quiero que sea mañana. Adiós bebe.
Demet se despide viendo a Can fijamente.
- ¿Qué? – pregunta el terminándose el agua. Ella no sabía por dónde empezar, si por el casi beso robado o por “prestarla” a su mejor amiga.
- ¿Qué fue eso? – pregunta. El solo se ríe.
- No quiero que se quede contigo, quiero que te traiga de regreso a mí. Siempre que no estás conmigo te extraño demasiado, no es un sentimiento que me guste… - contesta con seriedad evadiendo la intención obvia de la pregunta. Ella no dice nada y solo lo observa por varios minutos… se pierden en la mirada del otro, ya había pasado tiempo desde que habían acordado tomarse las cosas lentamente, él no había vuelto a sacar el tema, pero… - ¿Vas a hacer algo en la noche? – le pregunta.
- Si, mi hermano viene a cenar. ¿Por qué? – pregunta rozando sus dedos con los de él que tiene cerca de su mano.
- Mi padre me invito a cenar. Quería que vinieras, pero si va a venir tu hermano mejor pasa tiempo con él. – ella solo sonríe.
Definitivamente tenía que dejar de comparar.
… … … …
C.
Juega con el tierno gato que esta fascinado por su llavero, lo mueve de un lado a otro y este lo persigue, podría hacer esto todo el día. Estaba en el apartamento de Demet, le gustaba mucho estar ahí, era espacioso y muy luminoso, en cada rincón se podía ver la personalidad de la chica reluciendo, mucho mejor que el de él sin duda. Aun le quedaba tiempo para irse, solo que no quería hacerlo… quería pasar más tiempo con ella, avanzar las cosas a otro nivel, pero no sabía cómo. También se había convertido en su mejor amiga.
Esta era la primera vez que se sentía interesado por alguien, que de verdad quería que ese “alguien” lo viera, lo notara… sintiera lo mismo. Le estaba dando espacio, trataba de ser el perfecto caballero con ella, aunque había tenido sus momentos de debilidad… al recordarlos se le erizaba la piel.
Cuando habían grabado el beso en el balcón por segunda vez, Cagri había aplicado la misma estrategia, cortar el momento para guardar la tensión hasta el final. Cuando al fin la había besado, no se contuvo, degusto sus perfectos labios y para su sorpresa ella le dejo… le mandaba ese tipo de señales extrañas todo el tiempo, parecía cómoda en su compañía y con cada roce que tenían no parecía molesta, aun así, permanecía distante… era muy complicado.
- ¿A qué hora te vas con tu padre? – pregunta entregándole su taza de café. No habían dormido nada bien, así que necesitaba la fuerza.
- En la noche, ¿quieres que me vaya? – le pregunta. Trataba de no agobiarla, pero quería que estuviera cerca de él todo el tiempo. Jamás se aburria.
- NO… - se altera la chica tomándolo de su brazo, al ser consciente de su arrebato, quita su mano – solo tenía curiosidad…
- Estaba pensando… - inicia, no sabía cómo continuar, pero tenía que hacerlo.
- ¿sobre qué? – pregunta la chica curiosa.
- Nada… - responde perdiendo el ánimo. No había pasado mucho tiempo desde que dejo a su novio, no estaba seguro de si era el momento correcto.
- ¿Can? – Demet se gira un poco para poder admirar su perfil al mismo tiempo que él gira su cabeza para verla; el deseo en sus miradas se entrelaza, de pronto son hiper consientes el uno del otro, de la cercanía, del silencio, de cómo están apartados del mundo…
Si se atrevieran, nadie se enteraría, nadie oiría… solo las paredes serian testigos de la ardiente flama que los consume. Ella moja sus labios con su lengua en señal de nerviosismo, el simplemente sigue el movimiento… quería probarlos otra vez, pero no porque fuera parte de un guion sino porque ella quería que lo hiciera.
- ¿Puedo pedirte algo? – le dice nerviosa. Su corazón del pobre chico se acelera…
- Lo que quieras… - responde con voz grave.
- Mmmm… - respira pesadamente - cierra los ojos…
- Está bien… - ella le había dicho que a veces su mirada era demasiado, por lo que lo haría, aunque no le agradaba mucho la idea. Los cierra.
Siente como su floral aroma se acerca a él, su sangre burbujeante recorre cada rincón se su cuerpo gritando el nombre de esta sensual mujer, no hay tiempo que perder ni palabras que decir. Si las paredes, la noche y el silencio eran los únicos testigos de esta explosión él no se quejaría… la dejaría hacer, la dejaría probar, la dejaría acercarse todo lo que quisiera a lo prohibido para que supiera todo lo que podría disfrutar si solo se atreviera. Una ligera caricia recorre su mandíbula, en sus labios siente las yemas de sus dedos que sacan chispas encendiendo en el aquello que siempre intenta controlar con su cercanía… es casi imposible.
La chica inhala en un punto cerca de su cuello y su oreja, el corazón le va al mil… no puede más. Cuando siente el embrujo suave pero potente de sus labios en su piel todo explota en su mente, corazón y cuerpo provocando que abra los ojos de golpe… Demet está en sus rodillas apoyada en sus palmas sobre su pierna, su cara escondida en la profundidad de su cuello, está jugando con él, torturando, seduciendo y atrapando todo lo que quiere contener. Sabía lo suaves y rellenos que eran sus labios, sabía que estaban hechos de dulce miel y pecado, lo que no sabía era la adicción tan fuerte que estaban generando en su cuerpo, en su vida… ella solo acaricia, besa suavemente como si de una pluma se trata y sopla llevando su cordura fuera de su cabeza… parecía que no hacía nada, pero hacía todo.
No puede moverse, está embrujado, lo máximo que puede hacer es tratar se respirar y apretar el sillón con la fuerza de sus manos… era demasiado y al mismo tiempo no era suficiente; ella se vuelve más atrevida mordiendo ligeramente, un sonido cargado de frustración y virilidad se escapa de su garganta, recarga su cabeza en el sillón agotado de la falta de tregua y alivio que ella le provoca, quiere que termine y continúe para siempre…
… … … …
D.
- ¿Qué te pareció la comida? – pregunta su hermano con una sonrisa. Veía a su pequeña bellota tan feliz que había querido consentirla, esa traviesa de sonrisa resplandeciente ya había crecido, pero para el siempre sería su hermanita, la pequeña bellota cantarina que revoloteaba por la casa dando piruetas.
- Esta deliciosa, pero ya no puedo más, antes de salir del set Can y yo comimos y aún estoy llena. – no sabía si era consciente de ello, pero su hermana no dejaba de mencionar a su nuevo compañero. Estaba enterado de la reciente ruptura obviamente, pensó que estaba devastada como cuando antes peleaba con su novio, pero, al contrario, se veía brillante, resplandeciente y de muy buen humor.
- Me alegro de que comas bien, podemos pedirlo para llevar ya que dejaste casi todo el plato… - le dice señalando con su tenedor.
- Será lo mejor, Can siempre asalta mi refrigerador. ¿Te conté que es un gran cocinero? Una vez me preparo pan francés, pero te juro que no es nada en comparación a cualquier otro que hayas probado en el mejor restaurante. Le quedo delicioso. – Volkan solo escucha en silencio. Ya iban más de 100 veces que mencionaba a este nuevo compañero suyo, decía su nombre con tanta familiaridad… casi como si hablara de su gato, su peinado o su sillón.
- Y este nuevo compañero tuyo, ¿qué tal? – pregunta lo más inocente que puede. No quería ver a su hermanita sufrir, todavía no podía ver la cara del otro tipo sin querer darle un golpe en la cara.
- ¿Can? – pregunta un poco nerviosa – bien, es un buen amigo. Estamos logrando grandes cosas con la serie. ¿Viste los niveles de audiencia? Están por las nubes… - contesta tomando de su vino. No quería que se enfocarán en Can, estaba segura de que su hermano le daría un sermón sobre eso.
- Estoy orgulloso de ti, sabía que lo lograrías. Pero no es lo único que he visto en internet… - toma de su vino viéndola fijamente. Aquí venía.
- Volkan, solo son chismes. Can y yo solo somos amigos… - se lo dice con toda la seguridad que puede. Un tono rosa colorea sus mejillas, pero es de noche, así que es casi imperceptible.
- Mejor que te mantengas alejada, dicen que es un mujeriego. Un hombre así no te conviene… - le advierte en tono serio.
- Volkan por favor, se lo que hago… - odiaba que la siguiera tratando como a una niña. En ese momento se filtra en su mente la travesura que había hecho en su sillón, como había atacado ese cuello que olía tan bien. Fue un impulso, un juego que Can había aceptado de buen agrado… cuando había terminado Can solo la había mirado fijamente con esos ojos entrecerrados tan cautivadores, la había abrazado y repartido esporádicos besos en su cabeza.
- Demet, eso dijiste la última vez... y mira como acabó- las palabras de su hermano rompen el encantamiento. Baja la mirada al suelo, Volkan era un hombre muy directo, no se andaba con tonterías y ella lo amaba, pero no se daba cuenta el impacto tan profundo que tenían sus palabras.
- Solo somos amigos, no tienes de que preocuparte. – contesta con firmeza.
- Me cuesta creerlo, he visto muchas fotos y vídeos. Le gustas, lo sé, y no me mires así que soy un hombre y se ese tipo de cosas. Hay muchos rumores de que tiene novia, que es un mujeriego. No me gustaría que te lastimara… - la chica le sostiene la mirada. Era por esta razón que no quería tocar el tema. Si, había cometido un error con Seckin pero él era diferente a Can. Can estaba feliz si ella era feliz…
- No quiero seguir hablando de esto. No tienes nada de qué preocuparte, soy una mujer adulta y tomo mis decisiones así le gusten al mundo o no; estoy disfrutando de un muy buen momento, por favor, no me lo arruines. – la súplica de su hermana lo hace detenerse de sus acusaciones. Era mejor que dejaran el tema… por ahora…
- Bueno, quería contarte que hay un amigo mío que te quiere conocer – Demet solo mueve su cabello en señal de incomodidad; no estaba segura de sí era buena idea… - es futbolista, lo conociste un día que nos lo encontramos en un bar… ¿te interesa?
Demet no sabía qué hacer ante eso. En el sentido literal de la palabra, ella era soltera… podría salir con quien quisiera y nadie debía juzgarla por ello, pero, solo de considerarlo, su corazón se siente pesado y oscuro, como si estuviera cometiendo un grave error. A ella no le gustaría que Can saliera con otra chica, así que…
… … … …
C.
Can no daba crédito a los ojos veían, de verdad esperaba que fuera una broma, una alucinación de sus más oscuras pesadillas o que Demet le había tronado tanto su cerebro con sus deliciosas caricias. Fue en ese momento cuando supo que una tormenta se le iba a venir encima, no solo a él, si no a su padre también. Se consideraba a sí mismo una persona con una mente abierta, paciente, alguien a quien le gustaba escuchar todos los lados de la historia, después de todo era abogado… pero esto, esto era el colmo…
- Hola Can – lo saluda Elif acercándose para saludarlo. De inmediato voltea la cara para que solo bese su mejilla, pero su mirada no está en ella sino más bien en su padre.
- Hola – contesta con voz cortante. – papá, ¿podemos hablar?
- Claro hijo… - Guven se levanta sorprendido. Su hijo no era grosero, mucho menos con las mujeres, así que este arranque era algo que no esperaba. Su cara enojada lo hace sentir mal, como si le hubiera causado alguna pena…
Ambos hombres se alejan, Guven le da una mirada de disculpa a Elif que solo asiente. No se esperaba la reacción de Can, jamás lo había visto enojado, pero ahora, era evidente que estaba furioso. No la quería allí, sea cual fuera la razón, Can estaba furioso por su presencia, pero estaba segura de que con un poco de esfuerzo volvería a ser su Can tan despreocupado como siempre.
Can sentía que la cabeza le explotaría de coraje, estaba teniendo problemas para contenerse de gritar y rugir de frustración, solo empeoraba al ver las miradas de reconocimiento de las personas alrededor. Esto estaría en internet en 5 segundos y Demet se enteraría en 6…
- Explícame que es esto porque de verdad quiero creer que no es obra tuya… - Can se daba cuenta de que le estaba hablando fuerte a su padre, no debía, pero estaba tan enojado por lo que había hecho y por las consecuencias que no podía pensar bien.
- Can, la chica quería verte… estaba muy alterada, es tu novia, ¿no? – pregunta Guven confundido. Can jamás le había hablado así.
- ¡No! – grita; tratando de calmarse, respira hondo cubriendo su cara con sus manos, le aterraba pensar en las consecuencias que tendría esto – lo siento. Papá por favor, jamás hagas algo así sin consultarme… acabas de conseguirme un mundo de problemas. Todo el mundo se enterará y creerán que ella y yo tenemos algo y…
- ¿Y? – pregunta Guven; algo en la mirada de Can era diferente, estaba sumamente preocupado por lo que estaba sucediendo… no sabía cómo explicarlo, pero todo él se veía diferente.
- Ya no importa… - Can agita su cabeza mirando al suelo. Sabía que Demet interpretaría todo esto de la peor manera; él le había prometido que ya no se relacionaría con Elif, de hecho, ella misma lo había visto borrar todo contacto con ella, pero también sabia lo sensible que era respecto a los chismes… no quería ni pensar en todo lo que iba a salir mal.
- Hey… - saluda Ibrahim acercándose a ambos hombres; había llegado y había encontrado a la supuesta novia de Can sentada sola, cuando le había preguntado dónde estaban, ella le había señalado donde… el ambiente se sentía sorpresivamente tenso - ¿qué hacen aquí?
- Nada… - responde Can tenso saludándole – regresemos…
Can pasa entre los dos de regreso a la mesa. Ibrahim pregunta a Guven que pasa, pero este solo agita la cabeza y se va…
Toda la cena Can ignoro a Elif a pesar de los intentos de la chica de acercarse a él, estaba decidido a no empeorar todo más de lo que ya estaba; su tío había hablado con el pidiéndole consideración por su padre por lo que Can trató de controlar su mal humor, se dejó hacer fotos y participó en la conversación, pero sabía que eso no arreglaba nada. Todos los mensajes se habían quedado sin contestar…
… … … …
D.
Los golpes en su puerta resuenan sin control. Eran las 2 de la mañana, no sentía sueño, no sentía cansancio… no sentía nada, solo se ahogaba en esta pausa de donde nada podía alcanzarla. Él había llegado hacia demasiado tiempo, no sabía cuándo, pero no dejaba de golpear la puerta pidiendo su atención, la había saturado de mensajes, explotó su teléfono con llamadas y aun así no entendió… ella no quería verlo.
¿Tenía algún caso? Todo el mundo le había advertido que esto sucedería, pero quería creer que él era diferente, que había visto en ella a alguien a quien atesorar, que podía confiar en él pero no, otra vez se había equivocado… tal vez debería ponerle fin a lo que fuera que tenían, quedarse en el plano de los amigos y no moverse de ahí, arrancar de raíz ese sentimiento que florecía en su corazón, que calentaba su sangre y llenaba de dicha su alma… era mejor ponerle fin por siempre.
Con suavidad abre el cerrojo, él está con los brazos abiertos apoyado en el marco de la puerta. Se ve cansado, desesperado… a pesar del aire acondicionado afuera trae una playera de tirantes, su cabello medio recogido y su belleza tan perfecta como siempre.
- Quiero que te vayas – le dice con voz firme. El baja su cabeza, sabía que pasaría esto.
- Demet yo no la invite, mi padre fue. Confundió todo y arregló esa cena, pero te juro que yo no tuve nada que ver… - al ver que no se mueve vuelve a entrar, él la persigue.
- No importa Can, no tienes que darme ninguna explicación… - le asegura con un nudo en la garganta – eres un hombre libre, puedes hacer lo que quieras. No me interesa.
- Demet… - le ruega el chico desesperado. Esa mirada fría en sus facciones lo estaba matando.
- Ni si quiera ser porque estamos en esta situación, TU y YO solo somos amigos. Nada más. Nunca he sentido ni sentiré nada por ti… - el temblor en sus labios la traiciona. Se voltea ya que no quiere que la vea de esa manera.
- No te creo… - susurra el acercándose para girarla en sus brazos. Sus ojos empiezan a hacer su magia en ella, empiezan a hipnotizarla… no puede permitirlo.
- ¡NO! Suéltame… - se zafa de su agarre – que te quede claro. Lo que sea que está en tu imaginación, no existe, ¿Por qué iba yo a sentir algo por ti? Me mentiste… ¿acaso crees que soy tonta? ¿Qué soy una niña desesperada que necesita amor? ¡conmigo no vas a jugar! – le grita con lágrimas acumuladas en sus ojos.
- ¿Quién dice que estoy jugando contigo? – le reclama el, no puede creer que ella no lo entienda - ¿Qué no ves lo que hago por ti? ¿Qué no ves que me paso cada segundo de mi día pensando en ti? Soñando contigo, haciendo de todo para que seas feliz… ¡¿ACASO NO LO COMPRENDES?! ¡¿QUE MAS TENGO QUE HACER PARA QUE TE DES CUENTA?! – le grita agitando las manos; sin darse cuenta ambos se fueron acercando hasta estar cara a cara. El dolor en su corazón, no la deja pensar, no la deja verlo a través del sentimiento de traición. Esta perdida.
- Yo no te pedí que lo hicieras… - susurra la chica con frialdad; en su profunda mirada ve el momento en que recibe el golpe de rechazo que lo deja noqueado. No hay nada más que decir, no hay nada más que hacer… tras una última mirada, se da la media vuelta y se va.
… … … …
(“Preso del pánico hago una pausa revisando todo mi cuerpo… ¿estoy desapareciendo? Me giro sobre mí mismo para revisarme, pero por extraño que parezca estoy completo… no entendía. Por lo general, cuando una pareja, que no es pareja, pero si quiere serlo tiene una discusión se enreda en sus inseguridades cerrando su corazón a mí. Me mata. Pero en este momento yo estaba más vivo que nunca, ni un ápice de mi cuerpo estaba desapareciendo, al contrario, tenía mucha energía, pero sabía que no debía confiarme de eso.
Los veo a ambos, están más cerca de lo que creen… por un tiempo él solo se recarga en la puerta de su casa apoyando la cabeza y preguntándose en qué momento todo se desarmo de esta manera, en qué momento todo se salió de control… ella, esta al otro lado en la misma posición con lágrimas rodando en sus mejillas aun escuchando el retumbar de sus acusaciones. Sentado a un lado de ambos, no me pregunten como lo hago, los observo compartir los mismos pensamientos, el mismo dolor, la misma culpa, la misma confusión, a mí mismo dentro de ellos… es por eso que sigo aquí. De alguna forma inconsciente, ellos no quieren acabar conmigo… solo no saben qué hacer.
Observándolos a ambos, se exactamente el punto en el que se encuentran, conozco la palabra que los define, se cómo ayudarlos, veo la solución perfectamente detallada pero no debo moverme, ellos solos lo deben descubrir. Estamos al inicio de mi crecimiento, no estoy totalmente desarrollado, pero si estoy vivo… estoy en el momento donde todo está a flor de piel, donde me sientes tan presente, tan ardiente, tan hermoso que no sabes que hacer conmigo. Destapo todo lo que tienes oculto… destapo todo lo que intentas esconder, todo por esos ojos que te miran, te reflejan, te consumen, te atrapan para no dejarte ir. Para mi tristeza… si ellos no pasan esta prueba, no habrá más que hacer, terminare muriendo o convirtiéndome en algo horrible que solo me aterra imaginar. Ese es un monstruo, soy yo en mi parte opuesta, soy amargura, conformidad y odio… no me gusta, no quiero ser eso.
Ahora ambos están en sus camas tratando de hacer descansar su agotado corazón; ella abraza la almohada que él uso por última vez, usa la playera que le regalo y piensa en las horribles cosas que le dijo, se tortura con la culpa y se desahoga con lágrimas calladas que hacen pesado su corazón… él, ve el techo pensando en ella, en su fría mirada y sus duras palabras, la culpa de su falta de valentía lo agobia, saca su celular y se tortura viéndola sonreírle en todo momento, no puede dormir y no lo hará porque donde este ella está su mente y corazón, es su hogar.
Muchas personas me han intentado plasmar en diferentes ámbitos, ya sea la música, la pintura o la literatura soy la perfecta inspiración para aquellos que creen en mí, que me sufren, que me sienten y que esperan compartirme; ¿Qué posibilidades hay de que dos almas que están unidas por mi escuchen las mismas palabras? ¿Qué posibilidades hay de que se den cuenta de que hay una palabra mágica para lo que están sintiendo? ¿Qué posibilidades hay de que las palabras estén tan cargadas de significado que habrá un pequeño camino hacia su siguiente paso, hacia la liberación de esa flama ardiente que ahora los quema por dentro robándose su tranquilidad? Es fácil, esa posibilidad soy yo.
En ese mágico momento, ambos seleccionan la misma canción… empieza a sonar, las palabras danzan en la habitación vacía y por un momento, ambos están uno junto al otro escuchando… ahora lo entienden…
Hey, ve más despacio.
¿Qué quieres de mí?
Sí, tengo miedo.
¿Qué quieres de mí?
Puede que haya habido algún momento,
en el que me traicionase a mí mismo.
Érase una vez un tiempo,
en el que no me importaba un carajo.
Pero ahora, aquí estamos.
Así que, ¿qué quieres de mí?
¿Qué quieres de mí?
No te rindas,
estoy solucionándolo.
Por favor, no cedas,
no te decepcionaré.
Me dejó hecho un lío,
necesito un segundo para respirar.
Tú solo sigue volviendo
Hey, ¿qué quieres de mí?
¿Qué quieres de mí?
Sí, está claro
que, cielo, eres hermosa.
Y no tienes nada de malo.
Soy yo, soy un bicho raro,
pero gracias por amarme,
porque lo estás haciendo perfectamente.
Puede que haya habido algún momento
en el que te dejase escapar.
Ni siquiera lo intenté, pero creo
que podrías salvar mi vida.
No te rindas,
estoy solucionándolo.
Por favor, no cedas,
no te decepcionaré.
Me dejó hecho un lío,
necesito un segundo para respirar.
Tú solo sigue volviendo
Hey, ¿qué quieres de mí?
¿Qué quieres de mí?
No te rindas conmigo,
no te decepcionaré.")
… … … …
D.
Beste corre por el vestíbulo, aprieta múltiples veces el botón del elevador, pero este se tarda demasiado. No puede esperar. Toma las escaleras para llegar lo más rápido posible, no puede detenerse… cuando al fin llega a la puerta toca el timbre y golpea múltiples veces. Al abrirse, una Demet sin peinarse con ojeras y una enorme playera que pasaría por vestido la recibe… sus ojos rojos le dicen todo lo que necesita.
- Tenías razón Beste… me he enamorado de él… - su voz se corta por el sollozo que escapa de su garganta acompañado de lágrimas, recuerdos y una gota de felicidad.
… … … …
C.
- Te vas a caer con eso… - Nazli se gira al sonido de esa voz suave y arrastrada. Can. Voltea y le sonríe ampliamente, él se acerca sosteniendo la caja que ella lleva cargando para saludarla. No entendía porque, pero algo en el aspecto de Can le decía que no estaba bien.
- Qué bueno verte Can, ya te extrañaba… - lo abraza con cariño. Habían sido amigos desde hacía mucho tiempo, ahora estaban un poco más distanciados, pero Can era una de las mejores personas que conocía y lo quería como a un hermano.
- Yo a ti, - responde con media sonrisa - ¿Dónde está Burak?
- ¿Te refieres al señor “yo no me levanto temprano en fin de semana”? seguramente dormido en casa – le contesta agrupando un montón de papeles del piso y colocándolos en la caja que Can sostiene; el chico ve a su al alrededor, había un total desastre en la oficina, eso significaba una cosa …
- ¿Cerraron el caso? – pregunta colocando la pesada caja en una mesa.
- Si… al fin, fue un caso difícil. Nos tomó seis meses, pero al final todo valió la pena… - la chica le guiña un ojo y Can sonríe, no esa sonrisa amplia que mostraba sus hoyuelos era más bien un rastro de que en algún momento Can había sido feliz.
- Que bien. Felicidades. – contesta distraído sentándose en el único espacio del sillón.
- ¿Qué te pasa? – le pregunta limpiando una silla para sentarse frente a él - ¿parece que tuvieras un corazón roto y no supieras que hacer con él?
Antes de contestar baja la mirada. Can no era una persona de compartir sentimientos, tal vez solo con su madre, pero a nadie más. Se consideraba una persona muy reservada, pero esta era la primera vez que se sentía tan mal, tan perdido y tan atrapado; Nazli era una amiga de hace años, la conocía perfectamente, sabía que podía confiar en ella así que podría funcionar. Después de contarle prácticamente toda la historia ella se queda pensativa, al final solo sonríe.
- Para solucionar esto tienes que aceptar el estado en el que estas… - le dice apoyando sus codos en sus rodillas sosteniendo su barbilla en sus delicadas manos.
- ¿Cuál? – le pregunta el chico. Tenía una gran cantidad de emociones que describían su estado que no sabría por dónde empezar.
- Que estas enamorado de la chica… - responde con delicadeza. En ese momento la pesadez se levanta de su pecho, las piezas se unen y todo vuelve a iluminarse otra vez.
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SOLO UNA HISTORIA DE AMOR
RomanceHistoria ficticia de como surgió el amor entre Can y Demet.