You are perfect ❤

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Un día más en el que se despreciaba así mismo, siempre la misma rutina.

Levantarse, mirarse en el espejo su mayor enemigo y luego despreciar su cuerpo un poco rellenito.

Esa era le rutina del pequeño pelo rosado, le encantaba recordarse que nunca sería de los "estándares", nunca tendría un cuerpo "perfecto" según él.

En este momento se encontraba entrando al baño, para limpiarse unas cuantas lágrimas que siempre salían todas las mañanas.

Se vistió después de salir de bañarse, y otra vez se encontraba dañando su mente, su autoestima cada día era peor.

Fue a la cocina, como siempre su madre ya le tenía el desayuno listo. Siempre se debatía en si por fin dejar de comer "tanto" o que no le importará lo que digan los demás y comerse lo que hay en el plato sin ningún remordimiento de conciencia.

Al final como todos los días, terminaba por completo con su plato.

Se despidió de su madre con un abrazo y se fue en rumbo a su instituto. En donde era el martirio para el, ni siquiera tenía que entrar al edificio para que empezarán las burlas.
En la entrada se encontraban los chicos que siempre le hacían daño tanto físicamente como mentalmente.

Pero no era le momento de los golpes, ahorita en este momento de la mañana solo eran las burlas.

Pasó a paso rápido, para llegar a su salón y sentarse en su respectivo lugar. Al fondo para que nadie lo viera, y no se burlaran tanto de él en el salón.

🌺🌺🌺

Por otro lado se encontraba un peli negro, que siempre observaba a ese pequeño, que la mayor parte del tiempo se encontraba triste y callado.

Sinceramente el no sabia casi nada de él, pero lo único que tenía en claro es que tenía el corazón más puro que podía existir.

La únicas veces que lo había mirado sonreír, pensó que era un ángel, tan puro y tan inocente.

Pero lo que más le llamaba la atención, era su melodiosa voz. Tan suave, que sí la escuchaba por mucho se hipnotizaba con esa hermosa y delicada voz.

Lo que le atrajo de Park Jimin fueron todas y más cosas que se llevaría mucho tiempo en mencionar. Sus manos, su estatura, la forma en que hace sus pucheros. Y le parecía más interesante el que no socializara  con nadie, Park Jimin era solamente un misterio.

🌹🌹🌹

Fue una tarde en la que el peli negro se dio cuenta de lo que esa pequeña criatura que salió de lo más puro del planeta.
Sufría y sufría demasiado.

Jeon se encontraba saliendo tarde del instituto por deberes. Y la naturaleza llamó así que se fue directo al baño.

Lo primero que escucho fueron unos casi inaudibles lamentos. "Por favor ya no me peguen" "Ya déjenme en paz" "Solo terminen de una vez"

Se le encogió el corazón al oír la voz de quien provenían esos tristes lamentos. Era del pequeño pelo rosado.

—Cuando vas a entender, que no te queremos ver en el instituto, pedazo de grasa.— dijo el más alto de ese grupo, mientras lo pateaba más.

—No les he hecho nada, para que me peguen.— menciono en un tono bajo, mientras se cubría el rostro, para no tener tantos moretones y no se notarán en esa parte, para no dar explicaciones.

—Solo cállate gordo patético.— menciono otro, pateando esta vez su mochila.

Y seguían torturando lo tanto física como mentalmente. En ese preciso momento Jeon se harto de esa escena.

—Oigan ustedes, porque se meten con él, si les acaba de decir que no les ha hecho nada, pedazos de mierda.— toda la furia se le notaba, en todas las palabras mencionadas.

—Tu que rarito, también quieres unos buenos golpes.— lo reto el más alto del grupo.

—Te aseguró que sí te metes conmigo, el que saldrá más golpeado serás tu.— en ese momento el otro se acercó dispuesto a golpearlo, pero Jeon ya se lo veía venir, así que lo esquivo con agilidad, propinándole un golpe en la nariz, su puño quedó con algo de sangre.
El otro se retorcía del dolor, mientras daba una clara señal para que los demás intervengan.

Los otros dos se le abalanzaron, uno de ellos por delante de él y el otro por atrás. Pudo esquivar a uno pero el otro le golpeó la mejilla. En ese preciso momento Jimin intervino, se levantó con la poca fuerza que tenía y le pegó con su mochila en la cara a uno. Así dándole más tiempo a Jungkook a qué se quitará uno de encima.

Logro propinarle un buen golpe a los dos con ayuda del rosado. Y al final se fueron los tres casi corriendo adoloridos.

Luego de que por fin se fueran, Jungkook se dirigió a Jimin para ver si no tenía alguna herida.

—Jimin, ¿estás bien?— se aproximó a él, para inspeccionarlo.

—Sí, creo que lo voy a estar.— en voz baja lo dijo, mientras le regalaba una tímida sonrisa Jungkook, el único chico que no lo miraba mal, nunca lo juzgó y por sobre todo nunca se burló. Y lo acababa de defender de esos idiotas.

—Gracias, por hacer eso.— en ese momento lo abrazo, por primera vez en su vida una persona se habia preocupado por él.

—No, n-no hay de que.— Jeon pensó que iba desfallecer, nunca había recibido un abrazo tan sincero en su vida, y más si venía de ese ángel de persona. Obvio, que le siguió el abrazó.

—Jungkook, ¿nunca has sentido asco al verme?— pregunto el pelo rosado, al separarse. Y es que aunque él no le haya dado señales de rechazo, puede haber una posibilidad.

—Nunca, jamás. ¿Por qué habría de hacerlo?— lo miró con una cara de confusión total.

—Pues, por mi cuerpo.— dijo dando a entender, que él tenía su autoestima tan dañada.

—Si te miraras con mis ojos, entenderías lo hermoso que eres.— ese comentario hizo sonrojar al pequeño, lo cual logró hacerle ver más tierno.

—Jimin, eres perfecto. Y si no te lo crees te enseñaré a creerlo.— con eso lo besó. Jungkook sabía que ese chico lo necesitaba y le enseñará lo hermoso que es. Y Jimin supo desde ese momento  que Jeon sera la persona que le enseñé a amarse.

Con eso en mente Jimin, supo que encontró a una persona muy especial. No sólo eso, sino un tesoro.

I Hate Me.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora